sábado, 26 de abril de 2014

La Metamorfosis-Franz Kafka (8/50)

Gregorio Samsa se levanta una mañana convertido en un insecto monstruoso. Comerciante de profesión, se aturde frente al nuevo panorama; sin embargo, lo que realmente trastoca su vida es la ruptura de las rutinas. 

Debido a su trabajo, debe cumplir con horarios extenuantes que no deben ser abandonados. Sus padres, que alguna vez tuvieron abundancia, ahora dependen completamente de Gregorio. Grete, hermana del protagonista, interpreta con pasión el violín pero la situación económica le impide ser parte del conservatorio. De no ser por el incidente, Gregorio planeaba anunciar en navidad que le ayudaría a cumplir su sueño sin dudarlo.

Dado que el principal del negocio al que pertenecía el protagonista ha visto la metamorfosis (con asco), la condición económica de la familia flaquea. Gregorio debe permanecer en un cuarto mientras su hermana le lleva comida, abre las ventanas y asiste su penosa condición. 

Grete hace las labores de limpieza con resignación (no las tolera); el padre se convierte en funcionario de banco, persigue a su hijo y renta parte de su vivienda a inquilintos; la madre aún tiene temor, se agita de principio a fin, vive un amor contrariado. 

Cuando Grete interpreta el violín delante de los inquilinos, Gregorio inevitablemente quiere demostrarle que lo disfruta más que nadie, que deseaba cumplir el sueño de su hermana; sin embargo, ocasiona todo lo contrario: los inquilinos piden que no se les cobre debido al desagradable suceso. La familia reflexiona sobre la metamorfosis y concluye que ese ser repugnante es otro y si fuese Gregorio comprendería que lo mejor es estar lejos.

La sirvienta de la familia (la única que no siente asco hacia la criatura), de vez en cuando mira morbosamente a Gregorio. Es ella quien descubre que Gregorio ha muerto lo cual genera indiferencia y alivio en la casa. Los Samsa deciden irse a una casa más pequeña.

Increíblemente sintetizado, es una reflexión acerca de la vida del hombre del siglo veinte.

1 comentario:

Elena P.G. dijo...

Un libro que no se olvida, y cuya lectura cala tan hondo que transforma a quien lo lee. Me produjo un tumulto de sentimientos su lectura, una amalgama de sensaciones y un recuerdo inolvidable.