lunes, 8 de diciembre de 2014

Final Fantasy: Spirits Within (Fantasía Final: El Espíritu en Nosotros)- Hironobu Sakaguchi (2001)



Durante mi infancia recuerdo inauguraron un centro comercial, se llama Atlantis Plaza. Tenía diez años cuando mi mamá en contra de la costumbre, me dijo que sí: iríamos a ver una película.

No sé cómo, ni por qué, elegí Final Fantasy: Spirits Within (Fantasía Final: El Espíritu en Nosotros). En esa época no comprendía mucho el inglés, tuve que concentrarme en los subtítulos, aunque las imágenes eran tan fuertes que era imposible no contemplarlas con asombro. Cuando pregunté en el colegio (entusiasmado) si alguno de mis compañeros la había visto, ninguno sabía de qué se trataba. 

Tras muchos años, comprendí gran parte de los símbolos y la historia. Ahora puedo ver con madurez cómo se le restó reconocimiento a una realización que enmarcó el espíritu futurista, el cuestionamiento sobre la naturaleza humana, el conflicto ambiental y el amor en los tiempos de la tecnología. Considérese que la película significó una pérdida millonaria para Square, le costó el puesto al director y quizás contribuyó a la fusión del estudio con Enix.

En la película, la tierra es un lugar inhóspito y fantasmagórico en el 2065: ha sido invadida por extraterrestres y la se convive con la ansiedad. Aki Ross a través de sueños que ha tenido regularmente, cree tener la llave para devolverle la tranquilidad a la humanidad. Curiosa, valiente y decidida busca formas de vida que han subsistido a la invasión. Los escenarios hacen alusión a Estados Unidos (Nueva York es ruinas y Tucson es cuna de extraterrestres).

Durante una de las expediciones de Aki,  ella resulta rodeada por los "enemigos". Es salvada por el capitán Gray Edwards y el escuadrón Deep Eyes. Durante el desarrollo de la historia, se desentierra el profundo amor que el capitán y la doctora se profesan.

El concejo debe tomar una decisión: cómo eliminar la amenaza. El general Hein propone usar un arma que destruya el cráter desde donde emergen los extraterrestres. El doctor Sid, eminente científico y mentor de Aki, aconseja acudir a la compatibilidad entre el espíritu de la tierra (Gaia) y los espíritus extraterrestres; el uso del láser destructivo podría generar una pérdida fatal para el planeta. Es importante mencionar que para la época (2065) "Gaia" es aún una teoría y le resta credibilidad científica al doctor.

La ambición del general, el amor de Gray y la firmeza de la doctora desarrollan una historia donde los moldes prefabricados de la amistad, el romance y el heroísmo cobran fuerza; sin embargo, es de resaltar el uso de los símbolos y la magistral construcción de paisajes oníricos. Una película que tras ser desempolvada cuestiona sobre el amor, la tecnología, el humano y el futuro.

"Dr. Sid:: Yo alguna vez fui joven también, tú sabes.
Aki: Doctor, una guerra está ocurriendo. Nadie es joven, nunca más."


1 comentario:

Luz dijo...

Leo la última frase y pienso en mi abuela cuando me decía algo así como que nunca iba a ser más joven que ahora... Me has hecho pensar en ella, VIcky :) Abrazos!