jueves, 17 de diciembre de 2015

Fractales

Caminaba y descubría que los hombres sólo somos fractales,
de una imagen divina ¿acaso de un caos infinito cuya figura nos imita?

Descendió el andén, sintió los miedos que siente la gente con un futuro por delante.
Retrocedió en medio del desacierto de saberse solo en un lugar oscuro al occidente de la ciudad.

Lo habían echado. Unos papeles mal diligenciados y un par de tequilas bastaron para que se deshicieran del químico estrella del laboratorio.

Calle abajo un sujeto que podía distinguirse humano apenas por su cabeza,
su aroma permeaba las imágenes oscuras y era similar al de las cavernas de murciélagos.

Un hombre borracho no es nadie frente al hecho de un robo seguro.
El maloliente se aproximó y como era la costumbre desenfundó el cuchillo y se lo clavó en el pecho al transeúnte.

Mil imágenes pasaron en la mente de Adriano: el primer amor, cuando su madre le enseñó a escribir, las geometrías de la flor de la granadilla y el color de los estanques.

Un niño asomado en la ventana, se percató que a medida que el ladron se marchaba, su sombre simulaba un hombre gigante. El cuerpo de Adriano simulaba el pie que completaba la figura antropomorfa.

4 comentarios:

CrisC dijo...

… los miedos de quienes tienen ese futuro por venir es una imagen poética, bella, poderosa y veraz

y terrible la desolación de ese hombre subterráneo -fractal de sí mismo más que de algún dios manirroto- que atraviesa la obscuridad para dar su pecho transparente a la hedionda alimaña

“¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos!” G.A. Bécquer

luz dijo...

Vino a mí la imagen de las partículas de nieve... Los miles de copos cayendo desordenadamente mientras el viento los empuja hacia un punto incierto, la pisada, el gris, la nada. Hermosa y poderosa imagen la del final, Vicky.

Un fortísimo abrazo y felices fiestas, amiga. Ojalá el 2016 te traiga muchísimas cosas buenas.

Vicky dijo...

Qué solos están. Por cierto, no sé qué es mejor si tener pasado o futuro. Felices fiestas.

Vicky dijo...

Somos copos, a veces gotas irregulares que de manera inexplicable justifican la existencia. Felices fiestas, un abrazo.