sábado, 27 de enero de 2018

Sauce Ciego, Mujer Dormida - Haruki Muarakami (17/100)

"Sauce Ciego, Mujer Dormida" no decepciona en cuanto a los elementos oníricos típicos de Murakami. No obstante, a través de este libro logré detectar ciertos elementos en común con respecto a textos anteriores (After Dark) que había leído.

Un tono tranquilo. 

A diferencia de escritores como Bukowski o Miller, encuentro un tono reposado que se apoya sobre personajes no muy extraordinarios, o en seres singulares normalizados por entornos cotidianos. En el caso del hombre de hielo, su esposa lo conoce cuando va a patinar y entabla una conversación "común y corriente". El pánico y el suspenso no se apoyan en elementos claramente definidos. La ruptura de la cotidianidad y los análisis personales hacen que logre efectos como el terror, con simples llamadas anónimas en las que una voz misteriosa le pregunta a un artista visual "¿Sabes con quién hablas?".

Una narración de enlaces entre historias.

Considero que lo que hace que el lector se quede atrapado en sus cuentos es que logra de manera muy suave pasar de la historia A a la B, suavemente y con elementos básicos que los conectan. En una de sus historias comienza a relatar la biografía de un pianista homosexual. Luego la de su pareja que es un afinador de pianos. Luego, la historia de cómo salió del clóset y la reacción adversa de su familia y el desprecio de su hermana, próxima a casarse. Misteriosamente, el afinador conoce a una mujer que siente gusto por él. Sin embargo, no pasa nada, simplemente ella le confiesa que tiene cáncer de seno. Finalmente, llama a su hermano, quien le dice que al día siguiente sería operada de un cáncer en su seno. Reconstruyen su relación, gracias a un ser vulnerable que confundió su inclinación sexual.

Exacerbación de elementos cotidianos y materialización de metáforas.

Murakami toma elementos de la vida diaria, como una intoxicación con cangrejos, para crear escenarios de pánico, en los que los personajes al vomitar descubren que su organismo está lleno de gusanos. También se vale de sauces ciegos, de moscas que ingresan a los oídos. Mantiene alerta al lector con pequeños elementos que desencajan de cuadros normales y elevan a escenarios mágicos. Una camarera ve cómo un encargado le lleva la cena a un dueño de restaurante, todas las noches a la misma hora. Nadie nunca ha visto al dueño. Hasta que ella cumple 20 y le toca encargarse de la tarea. Descubre a un anciano bastante amable que le concede el deseo de ser otro ser.

Finales abruptos y conectados.

En algunos de sus textos se vale de una construcción suave y delicada, con finales abruptos que le dan sentido a todo el texto. En el relato de la camarera que mencioné, durante todo el texto se hace implícito el deseo que le pidió al anciano. El lector logra comprenderlo cuando ella, años más tardes entabla una conversación con un señor que confiesa no tener ningún deseo en mente. La protagonista le dice "quizás ya lo pediste". De manera abrupta se remonta a la noche en la que la camarera cumplió 20 años y el anciano le dice que sea precavida, que nunca había escuchado algo similar y le concede el deseo. Se puede inferir que deseó ser otra y por ende, es el señor que habla con quién fue ella.


3 comentarios:

Atticus dijo...

Firmo lo que dices de la primera línea a la última. Es uno de los textos que más me gustan de Murakami, lo recomiendo siempre, es de los más puros y sugerentes y, pese a que son varios los relatos, hay una unidad de tono y de tema entre ellos. Muy recomendable siempre; para iniciarse con Murakami es ideal.

Vicky dijo...

Atticus, en eso tienes razón. Me gustó más Murakami como cuentista que como novelista. Su tono, adoro su tono cotidiano y suave. Gracias por tu visita.

CrisC dijo...

Dejé a Murakami atrás hace tiempo. Quizás vuelva.

Traté mucho a Bukowski y a Miller. Los disfruté hasta en las relecturas. De todo hace tiempo. No veo los paralelismos, el mucho tiempo será.

No sé si en la literatura, pero en el cine sí. Me refiero a esas historias aparentemente desconectadas y que no lo están, alzando al final un gran fresco significativo.

Lo cierto es que cuanto reseñas, anima a la lectura.