martes, 30 de noviembre de 2010
Memorias en el parque
Una niña sentada hablándole a la lluvia, entre rocas azules. El cielo lloraba, su mano dirigida hacia abajo espanto mis sentidos. LLovía hacia arriba y su mirada similar a lejano oriente, con el aroma de la ruta de las sedas notaba con desconcierto una ciudad que se abría camino entre bosques y cordilleras. Pueblo grande, ciudad pequeña, metrópolis desconocida... caracter desconocido. Dibujada en la frente tenía un símbolo, sospechaba de mi presencia pero su distante movimiento de muñecas, casi dibujando mariposas en el aire semejaba el desplazamiento de una bañena en el océano. Sentí un aliento frío en mi nuca, un susurro que se mezclaba con los sonidos del ambiente, era un voz de ultratumba. Volví mi mirada, no había nadie, simplemente yo pescando en las nubes.
domingo, 28 de noviembre de 2010
Estrellas
Estaba ahí el cantante, despidiendo a su amante. En una nave espacial con pañuelo le decía: encuéntrame cada vez que tengas insomnio.
sábado, 27 de noviembre de 2010
Duele
Las madres alrededor del mundo harán la verdadera revolución, la revolución que nos devolverá al paraíso. Matriarcado se parece a la palabra madre, un mundo gobernado por su amor quizás permita que la humanidad prevalezca ante el deseo de poder. En egipto ya eran respetadas, el hecho de tener dicha condición, sin importar su estrato social, las hacía merecedoras de una distinción.
Sepan ustedes que cuando invocamos, cuando soñamos, cuando creemos en algo, es porque en el alba lejana, el dictador y el vendedor de obleas recuerdan lo mismo: "el amor de madre". Inclusive el huérfano...
Sepan ustedes que cuando invocamos, cuando soñamos, cuando creemos en algo, es porque en el alba lejana, el dictador y el vendedor de obleas recuerdan lo mismo: "el amor de madre". Inclusive el huérfano...
viernes, 26 de noviembre de 2010
Soy un asco... En la calle corriendo, descubrí que hice lo que pensé nunca haría. Mis sueños construidos de fantasías y dulces hanselianos se han derrumbado y sólo quedan esas enormes calles en pleno fenómeno de la niña. Pensé que era mejor, pensé que era un mejor ser, una mejor persona, descubro que no es así, he tocado límites intocables. Muerte, no puedo morir, aún amo a muchos... Vida, tampoco puedo vivir... Paz, eso es lo que quiero, paz, en todo el sentido de la palabra.
lunes, 22 de noviembre de 2010
Pasaje al infierno
Un ángel blanquísimo como el alba que los ejecutivos no suelen ver se le acercó.
Débil y entregado a la tierra que lo vio nacer, acostumbrado a lo paranormarl de la vejez, se acomodó el gorro y le dijo: ¿qué más?
El ángel acostumbrado a ser el que impresionaba estaba sorprendido: "llegó tu hora de ir al cielo"
El anciano movió la cabeza hacia los lados, indicándole que no entendía: "mi lugar al cielo déselo a alguien más, quizás su necesidad sea mayor que la mía. Deme un viaje al infierno si no le molesta"
Aún más confundido el sujeto celeste, sujeta si se prefiere, ése de la mirada cementerial le pregunto: pero ¿cómo? ¿Acaso no te das cuenta que es un lugar horrible?
Los enormes ojos azules se abrieron como el cielo después de la tormenta, claro como el cuarzo azul y el sabio viejo le respondió: "toda mi vida luché por un cielo que me parecía imposible, me dediqué a encontrar sentimientos y en la cumbre de la edad le tengo una noticia, el cielo es una noción, una creencia verdadera, el espacio es la excusa... No sé si me hago entender, no es dónde usted está lo que lo hace pleno sino cómo se siente. Por todo lo anterior le agradezco su ofrecimiento pero encontré lo que se me había perdido en este plano de existencia; viajé por las dunas del desierto, encontrando miradas amigas y enemigas, al final miradas, hace poco en un espejo noté que la pupila era infinita y descubrí lo que había venido a buscar... mi cielo. Le regalo el suyo... acabo de descubrir el mío"
Débil y entregado a la tierra que lo vio nacer, acostumbrado a lo paranormarl de la vejez, se acomodó el gorro y le dijo: ¿qué más?
El ángel acostumbrado a ser el que impresionaba estaba sorprendido: "llegó tu hora de ir al cielo"
El anciano movió la cabeza hacia los lados, indicándole que no entendía: "mi lugar al cielo déselo a alguien más, quizás su necesidad sea mayor que la mía. Deme un viaje al infierno si no le molesta"
Aún más confundido el sujeto celeste, sujeta si se prefiere, ése de la mirada cementerial le pregunto: pero ¿cómo? ¿Acaso no te das cuenta que es un lugar horrible?
Los enormes ojos azules se abrieron como el cielo después de la tormenta, claro como el cuarzo azul y el sabio viejo le respondió: "toda mi vida luché por un cielo que me parecía imposible, me dediqué a encontrar sentimientos y en la cumbre de la edad le tengo una noticia, el cielo es una noción, una creencia verdadera, el espacio es la excusa... No sé si me hago entender, no es dónde usted está lo que lo hace pleno sino cómo se siente. Por todo lo anterior le agradezco su ofrecimiento pero encontré lo que se me había perdido en este plano de existencia; viajé por las dunas del desierto, encontrando miradas amigas y enemigas, al final miradas, hace poco en un espejo noté que la pupila era infinita y descubrí lo que había venido a buscar... mi cielo. Le regalo el suyo... acabo de descubrir el mío"
Cuando
Aun si lloro sale el sol
Aun si el día pesa sale el sol
Aun si pierdo la calma sale el sol
Aun si me atormenta el sueño esquizofrénico sale el sol
Aun cuando dudo de la condición humana sale el sol
Aun cuando las iglesias son oscuras sale el sol
Aun cuando la crueldad parece enorme sale el sol
Aun cuando se abren abismos sale el sol
Aun cuando se mueren quienes amas sale el sol
Aun cuando hay guerra sale el sol
Aun cuando dudo de mí sale el sol
Aun si me duele vivir sale el sol
Aun cuando tengo que decir adios sale el sol
Aun cuando me rompen el corazón
Aun cuando siento qu lo pierdo todo sale el sol
Aun para los ciego sale el sol
Aun cuando siento la voz seca sale el sol
Aun en la pobreza, el hambre y la misera sale el sol
Aun en los uburbios de la ciudad sale el sol
Aun cuando el humano se detruye sale el sol
Aun cuando me enamoro sale el sol
Aun cuando dudo sale el sol
Aun cuando... lo pierdo todo... sale el sol
"el sol brilla para todos"
Aun si el día pesa sale el sol
Aun si pierdo la calma sale el sol
Aun si me atormenta el sueño esquizofrénico sale el sol
Aun cuando dudo de la condición humana sale el sol
Aun cuando las iglesias son oscuras sale el sol
Aun cuando la crueldad parece enorme sale el sol
Aun cuando se abren abismos sale el sol
Aun cuando se mueren quienes amas sale el sol
Aun cuando hay guerra sale el sol
Aun cuando dudo de mí sale el sol
Aun si me duele vivir sale el sol
Aun cuando tengo que decir adios sale el sol
Aun cuando me rompen el corazón
Aun cuando siento qu lo pierdo todo sale el sol
Aun para los ciego sale el sol
Aun cuando siento la voz seca sale el sol
Aun en la pobreza, el hambre y la misera sale el sol
Aun en los uburbios de la ciudad sale el sol
Aun cuando el humano se detruye sale el sol
Aun cuando me enamoro sale el sol
Aun cuando dudo sale el sol
Aun cuando... lo pierdo todo... sale el sol
"el sol brilla para todos"
martes, 16 de noviembre de 2010
Témpera
Mujer amarilla, de retazos suaves y olvidados en el lejano piso de la calle olvidada.
Señora de las fronteras Colombianas, navegante de partos y dolores reprimidos,
Amiga, hija del oficio, amiga de las elodeas y Suizas aindiadas, vecinas del pacífico.
Hoy te vengo a hablar de mi corazón.
Dichoso quien cuente contigo, matriarca olvidada en las punzantes agujas de croché, en los dolores de dormitorios, de fincas cafeteras y sueños eclesiásticos. Eres la melancolía que como pintura se derrite en la pared, hastiada de la estática estación seca, ruega a la lluvia lágrimas y Edén.
Dices que quieres morir, la vida últimamente no te trata bien. A tu edad también yo querría morir. Imagino lo que las dunas de la soledad han escrito en ese Cristo, fiel confidente que mirando al cielo te habla de otro lugar. Auras verdes surgen por toda la ciudad, ese pueblo olvidado en el rincón del sur, ése que ya nadie visita, ése comercial, carga en cada vidrio roto, en cada cóndor, en cada sueño real, ínfulas de biografía, verdad de sensación.
Amiga del alma, quizás no te gusten mis gestos, ni la forma en la cual he degenerado la masculinidad. Hermana de frambuesas, de frutillas, de sueños jorobados en la capital... quisiera escribirte un poema que no duela, ni ametralle tu conciencia, hija de angustias, madre de pesares, señora del amor... elevo una oración por tu nombre, tal como lo has hecho tú por mi en tantas ocasiones.
Diosa de diosas, elevada en la luz entre las luces,
Curva infinidad en las alturas, mirada de ángel, venado encantado, paloma glorificada
Escucha el latido de tu sierva, que sea su alma la cual decida cuando trascender.
Ser eterno de montañas verdaderas, sólo te quiero pedir, mujer en mi interior, que ilumines su sendero
Sé feliz, te amo...
A pesar de que odies el largo de mi cabello, te amo...
Señora de las fronteras Colombianas, navegante de partos y dolores reprimidos,
Amiga, hija del oficio, amiga de las elodeas y Suizas aindiadas, vecinas del pacífico.
Hoy te vengo a hablar de mi corazón.
Dichoso quien cuente contigo, matriarca olvidada en las punzantes agujas de croché, en los dolores de dormitorios, de fincas cafeteras y sueños eclesiásticos. Eres la melancolía que como pintura se derrite en la pared, hastiada de la estática estación seca, ruega a la lluvia lágrimas y Edén.
Dices que quieres morir, la vida últimamente no te trata bien. A tu edad también yo querría morir. Imagino lo que las dunas de la soledad han escrito en ese Cristo, fiel confidente que mirando al cielo te habla de otro lugar. Auras verdes surgen por toda la ciudad, ese pueblo olvidado en el rincón del sur, ése que ya nadie visita, ése comercial, carga en cada vidrio roto, en cada cóndor, en cada sueño real, ínfulas de biografía, verdad de sensación.
Amiga del alma, quizás no te gusten mis gestos, ni la forma en la cual he degenerado la masculinidad. Hermana de frambuesas, de frutillas, de sueños jorobados en la capital... quisiera escribirte un poema que no duela, ni ametralle tu conciencia, hija de angustias, madre de pesares, señora del amor... elevo una oración por tu nombre, tal como lo has hecho tú por mi en tantas ocasiones.
Diosa de diosas, elevada en la luz entre las luces,
Curva infinidad en las alturas, mirada de ángel, venado encantado, paloma glorificada
Escucha el latido de tu sierva, que sea su alma la cual decida cuando trascender.
Ser eterno de montañas verdaderas, sólo te quiero pedir, mujer en mi interior, que ilumines su sendero
Sé feliz, te amo...
A pesar de que odies el largo de mi cabello, te amo...
domingo, 14 de noviembre de 2010
JF
No voy a entrar en detalles de cómo te conocí, porque si de sinceridad se trata, no recuerdo muy bien cómo fue. Diría que era atracción o simplemente admiración lo que sentía por ti, eras tan divertido y era tan fácil hablar contigo que algo en mí hacía que me agradaras demasiado. Eras el mejor amigo de mi hermano, él te apreciaba bastante y como los hermanos menores terminamos siendo influenciados por los mayores... no mentiras, creo que el cariño que te tenía era algo que merecías, a decir verdad, me agradabas bastante. Tu hermano era de mis pocos amigos, lo difícil de la situación es que desaté en más de una ocasión mi crueldad con él, cosa de la cual me arrepiento porque era un ser indefenso. Me gustaba tu casa, tus papás, es más hasta tu empleada era mi amiga, me daba onces y parte de las tortas que les preparaba. Era tanta la confianza que yo tenía que era cuestión de timbrar para saber que yo podía pasar. El olor de tu casa aún lo recuerdo, era extraño, me gustaba hablar contigo e imaginar que me tomabas en serio, tal vez algún día fue así.
Un día te comenzaste a comportar diferente, me decías cosas bastante amigables, me tratabas bien en frente de mi hermano, es más... dijiste algo así como: "eres mi mejor amigo", debo reconocerlo, esperaba por eso muchísimo tiempo, sentía que algunos cohetes explotaban en mi interior. Ese día me sentía muy especial, sobre todo, muy bien. Para subir a mi apartamento mi hermano y tú lo hicieron por ascensor, yo, por escaleras. Tiempo después mi hermano me contó que estabas haciendo todo eso para manipularlo, y en el ascensor le dijiste que yo era tu rehén; con mi otro hermano desde el computador realizamos una llamada, pero nos hicimos los bobos y no contestamos. Me dio tanta vergüenza y miedo, mi hermano a modo de chiste me dijo: "no vas a poder volver a ir a esa casa" después de llamar. Días después, no sé si al otro, vi que tu puerta estaba abierta, intenté entrar pero sonó mucho, me dio tanta pero tanta pena que salí corriendo y tu empleada estaba algo confundida, dijo mi nombre en tono de pregunta, no contesté mientras bajaba las escaleras con miedo en el pecho, luego ella se enfadó, dijo algo así como: "tonto" y cerró. Esas tres cosas mezcladas: la llamada, tus juegos y la puerta hicieron que las palabras de mi hermano el del computador se volvieran realidad: "no vas a poder volver a ir a esa casa". Y así fue, no volví nunca más, salvo un cumpleaños de tu hermano o alguna ocasión que no recuerdo y lo que duró años se acabó. Hace poco cuando ingresé a la universidad coincidencialmente iba en el bus y quien se sentó a mi lado se paró, aprovechaste y te sentaste próximo a mí, intentaste hablar conmigo y yo te respondí como le respondo a pocos, con monosílabos. Hasta hace unos segundos, estabas en mi casa visitando a mi hermano, ya ni siquiera te saludo, creo que eres de las personas de las que más desconfío, algunos pensarán que guardo rencores, no es así, o tal vez sí, quizás simplemente tengo buena memoria.
sábado, 13 de noviembre de 2010
domingo, 7 de noviembre de 2010
Fuego en la linterna
Casi siempre que veo a los demás me frustro, su capacidad para socializar, para divertirse, en fin.. para vivir, me hace sentir que no soy suficiente. A veces creo que quisiera aprovechar la vida, tener un poco más de ellos sin embargo caigo en cuenta que la verdad, no me gustaría para nada ser como ellos. Fotos burbujeantes me demuestran la fuerza de una sociedad, ellos sí pueden, yo no. Ellos pueden fácilmente hacer amigos, en cambio yo... poseo tanta timidez, tanta inseguridad, me sudan las manos cuando alguien nuevo me habla, me avergüenza que alguien me mire, me tiembla el mundo cuando se fija en mí. Procuro no destacar, el silencio reina en mi vida, me río poco, gusto de las cosas cosas extrambóticas. He descubierto que nunca seré como ellos, por fortuna o desgracia, jamás podré hablar sin que algo dentro de mí tiemble, mi risa sale algunas ocasiones pero como un maremoto que no para. Mi forma de caminar es algo graciosa y afanada, me gusta ser exageradamente la sincerdad y la amistad verdadera. Mi timidez, mi silencio, mi seriedad, todo eso hace parte de lo que cargo, pero también de lo que amo cuando me miro al espejo, amo al que se refleja en la vitrina, al que usa colores poco comunes, al que le gusta llamar la atención de maneras poco usuales, al que no le da pena estar solo, amo a ese ser que con talento vive una vida que a pesar de que a veces sea asfixiante, es única.
viernes, 5 de noviembre de 2010
JS
Siempre pensé que cuando fuera a escribir sobre ti, seria un día especial, solo, con la daga en el corazón. Me duele abrir el corazón, es algo que nunca supe hacer, nunca lo aprendí y me cuesta inclusive a unas cuantas de tu universidad escribir de ti, como si no leyeras y no supieras que mi mirada aún brilla cuando nos cruzamos. Sólo fuiste una víctima de mi enfermedad mental, para quien no sabe, qué diablos, me voy a dejar de secretos, sufro de erotomanía. No es una metáfora literaria la que cito, ni un simila, ni nada que se le parezca, soy erotomaníaco, sufro de amor. Esta enfermedad consiste en enamorarse de completos desconocidos, personas con las que tienes escasos contactos, inclusive ninguno y a partir de sucesos creas historias completamente distorsionados, al puntode jurar que son verdad. Yo me enamoré de ti, amado desconocido. Si mal no recuerdo por esa época mi hermano era amigo tuyo... Siento que me desnudo con estos datos, tengo miedo que descubras mi secreto, quien soy yo, me da pavor que sepas lo obvio, que te amé o te amo, la verdad no lo sé ni me interesa. Tus ojos eran de ese café casi violeta, tu tez de un claro como la luna y tu cabello castaño.
Cada vez que cruzabas mi camino o siquiera te me acercabas, si tan solo me mirabas salía corriendo; no sé amar, cuando lo hago me siento tan feliz que huyo. Lo sé, es incomprensible la intensisdad con la que vivo las cosas. No elegí ser el ser llorón que soy, ni el ser apasionado, mucho menos las cien locuras que padece esta alma. Hasta hay romance en mis patologías mentales, ya ves, me trajo hasta ti.
Hace poco vi tu mirada y recordé algo, lo había enterrado en lo profundo de mi piel para que ningún salvaje pensamiento lo desenterrara y volviera añicos. Intenté superarte en dos años, qué ignorancia poseo, olvido no es sinónimo de tiempo, ni razón sinónimo de amor. La locura permanente y la cualidad de eternidad circundan lo que estoy destinado a sentir. Me duele el pecho mientras escribo, dos años me pesan, dos años y medio, es el mismo dolor que sentí cuando te fuiste. Estaba rodeado de mis compañeros y al darme cuenta que no estabas por un instante sentí ese agudo bruto que suena cuando las cuerdas del violín se rompen. Un dolor recorría mi cuerpo, quise llorar, llorar mucho, pero ante dos mil personas eso es pecado, o te habilita a ser víctima de chismes. Preferí llegar a mi casa, llorar entre las sábanas de la cama de mami, lloré todo lo que pude. No aceptaba tu partida, nunca creo que la acepte y mi condena es pretender un futuro cuando mi origen es el pasado, la sonrisa y la fantasía. No quiero seguir escribiendo, espero entiendas. Destilo mis penas en las letras y ahora te decanto a ti. Quiero paz, quiero abrir el corazón, sé que no te puedo olvidar, sin embargo no te pretendo peremne en el estado de abandono en el que me sentí (siento). Fuiste o eres, uno de los amores de mi vida y duele decirlo, pero es probable que en mis huellas haya algo de ti, inclusive mi biografía se plague de mis obsesivos intentos por encontrarte en sueños. Creo que no eres de mi equipo, eso es lo más gracioso, juraba que me amabas cuando sólo una vez nos saludamos. Algo no cuadra, insisto algo no cuadra. No lo contaré, es la única esperanza de que tu amor, no fue sólo ilusión. Hasta la próxima, hasta cuando tenga derecho a escribir de ti... Hasta que yo decida renacer.
martes, 2 de noviembre de 2010
No pierdas
No pierdas la locura, ni el sigilo del cual dota la adrenalina
No pierdas el áurea esperanza que recorre las miradas brillantes
No olvides la mirada pura, la mirada dulce...
No pases derecho el atardecer púrpura, el placer anaranjado.
Siquiera intentes dejar ir en el susurro el pensamiento dulce, la ternura, la inocencia...
Aún cuando las estrellas constelan, no pierdas el lenguaje del silencio, el cabello, la cabeza...
Permea superficies capilares, como aceite; dulce néctar, pájaro voraz.
Espera, no digas no, no olvides la sonrisa, no pierdas el horizonte, el infinito.
Espera, no pierdas los disfraces, el deseo de volar, y los opositores, todos los enormes edificios, ejecutivos y banqueros irán en contra, cual fracaso más mordaz el que han vivido éstos, olvidaron llorar...
Conserva la humedad en los ojos, la suavidad en la palabra, la inocencia en la caricia, la humanidad en la acción. Conserva la animalidad en los afectos, el férreo valor que da la locura, la eternidad, el cielo y la verdad. Haz eterno el sueño, el despierto sueño de viajar entre mil densidades, busca en los rincones, carritos o muñecas, peces, dragones o aviones. Busca en la esencia lo sutil, lo obvio, lo tangible, lo etéreo, conserva hasta el final el deseo de amar, eso te da vida, eso te hace feliz... tal vez más que el deseo, tal vez más que desear, tal vez en el fondo, lo que te hace héroe, dios y nube es el amar, ama para siempre, ama hasta el final.
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