Cuando llegué a tu consultorio, era una víctima, me preguntaba por el mundo, miraba techos de las habitaciones y en general era el mendigo en los brazos del guerrero. Contigo me di cuenta que era especial, que las preguntas que tenía acerca de la vida quizás a alguien le interesaban, más allá de lo callado que era, más allá de la soledad que resguardaba en las cavernas de mis ojos, había algo que me decía adelante; he intentado entender de dónde sacabas tanto amor... tal vez, cómo lograbas irradiar tanto sin agotarte. Aún no lo entiendo. Con el tiempo me fui dando cuenta que caminábamos juntos de la mano, ninguno tenía certezas, querías que yo fuera feliz por encima de mis barreras, yo con lo que tenía.
Después de frecuentarte un tiempo muy seguido, cuando miraba al espejo veía a alguien increíblemente sexy... Veía a alguien hermoso física, mental y emocionalmente. Modestia de por medio, contigo aprendí a ser fuerte: la mujer que era dio a luz al guerrero. Mis prejuicios sobre los demás, en general sobre el pasado se iban modificando, aprendí que el perdón era más que enterrar: era mirar, abrir los ojos con fuerza. Quisiera poder decirte en esta carta todo lo que siento pero debo acudir a la magia que me enseñaste para plasmar en cada letra ese pequeño halo que había en tu consultorio, si es que se le puede llamar así, amiga alquimista.
Recuerdo que me quedaba mirando con detenimiento los cuadros, los adolescentes no son buenos hablando y menos si se trataba de mí. Siempre me llamaba la atención ese del ángel empujando al otro al precipicio. Con el tiempo llegaría a entender que esa era tu misión. Te preguntarás qué ha pasado en mi vida, si bien es cierto que la cotidianidad trae todos sus pormenores, he alcanzado ese punto donde hay fuerza para volar. Habrán tormentas y ventiscas, caídas y tropiezos pero más que migrar, volar es cuestión de instinto.
¿Quién soy yo?
Yo soy amor, yo soy la dulzura, la fuerza, la emoción, la exitación, el vuelo, la lluvia, soy las burbujas de los parques, soy el soplar del viento, los globos que se escapan de las manos de los niños... Yo soy alguien que ha vislumbrado la felicidad.
Antes buscaba encontrar respuestas en otras dimensiones, hoy he descubierto que la vida en sí misma es un misterio.
¿Quién eres tú?
Eres el susurro, eres el sol, eres la luna, eres la madre, eres la hermana, la confidente... Eres la "Guerrera", eres la fuerza, eres las flores, eres la gratitud, eres la experiencia, eres mi amiga.
Cuando llegué a tu oficina recuerdo: el marranito rosado, las camillas, los cuarzos, los cuadros, tu diploma, las plantas (tus hijas), tus adoradas secretarias que me trataban como su hijo... Recuerdo todo con detalle. Cuando salí de tu consultorio, me llevé de todo eso, sólo una cosa: amor.
Quisiera poder decirte de corazón a corazón todo lo que siento, sin embargo, sólo me queda cargar una palabra con ese universo
GRACIAS
1 comentario:
... VOLAR... ¡VOLAR ALTOOO!
sin cadenas... sin venganza... sin rencor... PERDONAR... GRACIAS :-)
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