Estaba perdido y náufrago en mis días. De repente, un recuerdo de aquél libro llegó a mi mente "que tus pensamientos sean los más elevados, tus palabras verdad y tus actos los más nobles" fue entonces cuando decidí entregar todo de mí a esta doctrina. Tres días después, mientras me miraba al espejo me dije con una sonrisa: "es lo mejor que he hecho por mí mismo".
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1 comentario:
Buenas tardes...debilidad y fortaleza
todas son antítesis y contradicciones
en todas nos olvidamos de paradojas,
alimentarse sin nutrirse.
Gracias.
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