Afortunado soy de tener un corazón que llora y difícilmente miente cuando en sus reservas tiene agua. Aunque el sol se me apague a menudo, la brisa me corte la piel y la realidad tome tonos más rudos de lo que parece, tengo la fortuna de percibir. Es sensacional sentir el ruido de la ciudad, conmoverse con el humo que sale de una taza de té, enfurecerse por una palabra o estallar a risas por un simple recuerdo. Qué suerte tengo al no ser fuerte... Qué suerte tengo de poder sentir.
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3 comentarios:
¡Es la fortuna de vivir una vida que merezca ser llamada vida!!!!
Tremendo texto... Miro el humo del té que tengo entre las manos, y me siento más cerca de ti. Un abrazo, Vicky, ¡Feliz 2012!
Yo no me siento afortunado de ella...
... la quietud, lo tengo en cuenta, soy mayor que tú...
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