sábado, 14 de enero de 2012

Mariposas naranjas

Hace meses comenté en este blog lo que me recordaban las mariposas naranjas. Esta noche entró una a mi habitación: negro con naranja. Adoro su caracter dócil; movía sus antenas y escalaba por mi pared. De repente, la luz la confundió y tuve que apagarla. La encontré segundos más tarde caminando en el piso, entendí que debía sacarla para que no corriera riesgos. Tomé un vaso y un plástico fino, la atrapé y la intenté liberar, pero se resistía. Era como si quisiera estar más tiempo conmigo, como si me quisiera decir algo. Frente a esas preciosas estrellas que se ven por esta época, le dije unas cuantas palabras y deje el vaso en la ventana para que "decidiera ser libre". Sé que volverá, como mariposa, o alguna otra forma.

Tu alma está en pie.


1 comentario:

Elena P.G. dijo...

Tu relación con las mariposas me recuerda a la mía con las libélulas...
Sí, las almas siguen en pie. Siempre, eternamente.