Hace mucho una película no me conmovía. Por lo menos tanto. "Yo Soy Simón", la vi por casualidad. Acompañaba a mi amigo cincuentón a verse con su exnovio de veintitantos, con su novio de otros veintitantos y de paso a ver una película.
No esperaba mucho. Generalmente en el cine hay mucha basura. Me encontré con una obra de temática gay que a diferencia de las demás, no se enfocaba morbosamente en relaciones tóxicas. De hecho el protagonista es alguien cool y muy guapo, y bastante adaptado.
Básicamente, la película se trata sobre un chico que secretamente revela ser gay y deja su email. Entonces el protagonista le escribe, se destapa con él y a medida que avanza la conversación se enamora. Intenta reconocerlo entre sus conocidos y siempre termina equivocándose.
No sé si es porque ando muy sensible o porque nunca había visto una película para adolescentes, romántica y así de dulce. Quizás sea porque sé qué significa estar en el clóset y tener miedo a perderlo todo.
De adolescente, imaginaba historias de amor imposibles y con finales felices. Nunca ocurrieron, soñé demasiado. En cambio, en la película el protagonista es insistente en afirmar "yo también me merezco una historia de amor".
Precisamente estos días estoy intentando dejar de relacionarme a nivel superficial con otros hombres y a dejar de frecuentar lugares donde uno no es más que un objeto para los demás. Estoy intentando hablar con las personas, intentando entenderlas. Quizás porque yo también merezco una historia de amor.
Por cierto, me encantó la banda sonora.
"...I will find any way to your wild heart..."