Me pregunto dónde estás
y si en la multitud de diez millones que me rodea
esperas parado en alguna esquina de la ciudad.
Si quizás, como yo, te sientes incompleto
y si tal vez como tú, estoy destinado a reunirme.
En los sueños nos habremos de ver
como futuro o como pasado,
como memoria o progresión.
Y nuestras raíces que se conocen hace años
nos dirán que hay algo en el otro
más familiar que el desierto de diez millones que nos rodea.
Quizás sean nuestros ojos
los que reconozcan el púrpura del alma,
o nuestras manos que al contacto básico,
estallen de emoción.
Hemos recorrido largos caminos,
sin percatarnos, que nos buscábamos
y que paso a paso, éramos el sendero.
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