lunes, 31 de diciembre de 2012

Voces con piel

Bogotá se organiza como una cuadrícula, en calles y carreras. Las que van de sur (en realidad desde el centro) a norte son las carreras; las que van de oriente a occidente son las calles. Caminaba una de las carreras principales y pensaba en uno de mis primos fallecidos. Es curioso cómo superamos a las personas. Es agobiante pensar que no somos indispensables pero es satisfactorio poder creer que nuestra ausencia no significará dolor eterno.
 
El viento soplaba sobre mi cabello, como las caricias que mi abuelito paterno le daba a mi mamá, o como las que ella me ha dado a mí: son particulares, tenemos la costumbre de jugar con el cabello de los que amamos, de hacer masajes en el cuero cabelludo; me gusta la soledad, la disfruto y la sufro, sé que es mi hogar, un lugar ambivalente que me entiende pero que yo no entiendo.
 
 
 
Me desplacé entre luces ajenas, entre sueños viejos y frustraciones odiosas. Qué doloroso es el pasado; qué científica la mirada que he desarrollado para analizar cada situación de mi vida. Me cuesta creer que cuando nos volvemos adultos una sequía nos invade la piel... Los cuentos de hadas son apuñalados por informes egoístas y lo que creíamos posible en la adolescencia se vuelve borroso en un cristal víctima de la velocidad.
 
 
 

Caminé entre las moles, buscaba lo inexplicable... Mi autoreclusión y al mismo tiempo mi epifanía ¿qué sería de mis zapatos sin mí? Buscarían otro dueño ¿qué sería de esta bufanda sin mí? Sería parte de un lienzo ¿qué me hace indispensable en una ciudad de siete millones? No lo sé y tampoco me interesa. Las preguntas sobre la existencia, he aprendido que se responden solas.
Si soy sincero con mi blog, estos días me he sentido particularmente débil. No se trata de depresión, ni reproches a la vida, después de todo he descubierto que eso lastima a los demás. Simplemente, creo que di de más... Que di demasiado y las fuerzas se me han ido acabando, mis memorias siguen cursos en espiral, en dirección a mejores sueños.
 
Me gusta creer que el futuro será mejor, aun cuando mi rigurosidad mental me reduce al escepticismo de antaño. Veo sombríos los nuevos pasos, los nuevos caminos y seguiré dándolo todo de mí, a pesar de que mis fuerzas cada día mengüen más.
 
¿Agradecer? Agradecerlo todo: por los viajes, por la gran oportunidad que significa estudiar, por los sentimientos, por los que me escucharon y rieron conmigo, por los que me aman, por los que amo... Gracias por las noches, por el agua, por el sol... Gracias por los prados verdes, por las calles despejadas en las que se puede ir a toda velocidad. Gracias por la comida, sobretodo por la que me gusta, gracias por la gente que es feliz, por los que hacen el amor, por los que se levantan, por las segundas oportunidades... Gracias por mi familia, por mis papás especialmente. Gracias por mis hermanos, por sus oportunidades, por la paz que no se oye, por los que se descubren, por los que descubren, por los que alcanzan, por los que despiertan.
 
Feliz año nuevo
 
 
Qué viva la vida...

sábado, 29 de diciembre de 2012

De fuegos sin luz

Las caricias y los besos que acompañan camas huecas, cargados de frialdad en pasiones ajenas ¿a qué sabe una piel de hielo? A esqueleto, sabe a una tiesa y dura membrana que se rompe con los días inciertos. Le pregunté a la luna por aquellos períodos que vivimos sin amor, aun cuando se supone es un plan perfecto y sólo me respondió que la noche es hermosa, que los faroles brillan en silencio.
 
Extraño las épocas cuando creía, extraño cuando existía esperanza.

jueves, 27 de diciembre de 2012

En esa hacienda, llena de flores, no era extraño que la neblina cubriera los caminos. Todo tipo de mitos surgían alrededor de la montaña y los niños procuraban no caminar cuando el crepúsculo había pasado.
 
Don Elías, un campesino más con un gusto particular por las guanábanas, le gustaba ver ese mundo fantasmagórico; se parecía tanto a los cuadros chinos que se pusieron de moda años atrás. Su nieto, de ojos gigantes color pardo le preguntó: ¿qué hay en la montaña? El viejito sonrió, se levantó y con una voz dulce, le explicó.
 
Agitó sus manos para despejar un poco la neblina y con gotitas de escorrentía capturada le dijo:
 
"Depende del día y de la hora. El origen de la vida lo verás en las noches, cuando resplandescan las velas. Los amantes se quitan lo que estorba (la ropa) y se dejan llevar por lo esencial. Es probable que escuches gritos, similares a los de épocas primitivas. No temas, el amor también es salvaje.
 
En el día caminan los solitarios, le hablan al árbol, le hablan a la flor y al canto del picaflor. A veces de mirada triste, llevan historias de pueblo, en pueblo, en búsqueda de audiencia; como quien desea significar su existencia a través de la palabra.
 
Al final del camino, hay una roca grande, para que la gente no olvide... para que la gente crea."
 
Confundido, el nieto preguntó: "¿olvidar qué?", ante lo cual el hombre de campo respondió:
 
"Hubo una época en la cual la gente no temía a los caninos de la noche. Las débiles instituciones permitían que a pesar de los intentos de la iglesia por conquistar nuestras consciencias, éstos fueran inusufructuosos.
 
Los sacerdotes le oraban a la luna, acto seguido consultaban a Cristo sobre los rituales que eran convenientes para el solsticio. Los dioses del agua eran consejeros y no era poco común ver espíritus de la naturaleza surcando el cielo.
En una ocasión, un hombre de sotana rompió la armonía. Expulsó a los monjes, excomulgó a quien pudo y persiguió a todo ser que no fuera bienvenido en su mitología. Preparado para hacer su último ataque, decidió hacer catequesis en una escuela para niños, lo que no sabía, es que los espíritus puros son inmunes a las bestialidades del hombre.
Viendo que un infante elevaba crucifijo en dirección al sol y hablaba en lenguas milenarias, intentó abofetearlo, sin contar con la tempestiva visita de un hada. Dispuesto a quemarla por hereje, porque no tenía derecho a existir, apuntó una escopeta justo al corazón.
Listo para aniquilar, contaban los ancianos... Llovió miel. Las balas no pudieron salir por el cañón y por primera vez un  clérigo sin corazón comprendió que la vida no tiene sentido sin dulzura. Ahogado entre memorias infantiles, recordó que algún día lejano, en una roca, se juró a sí mismo cuidar al mundo de todos los males.
Las armas y los muertos fueron recogidos y acumulados en cera de abeja; son testimonio vivo del mundo del cual poco a poco 'nos fueron despidiendo'"

 
 
 
 
 
 

 
 
 
 

martes, 25 de diciembre de 2012

La sangre: de pie siempre.

Desciendo de personas que nunca se rindieron. Sé que lo único que queda de mí son cenizas... Y esto me recuerda una historia. Los españoles cuando llegaron a América estaban obsesionados por un mito que circulaba acerca de ciudades de oro; de hecho encontraron bastante. Su sed llegaba al punto de creer que encontrarían lugares tapizados de dorado.
 
 
 
Si se evoca la creencia acerca El Dorado, a grandes rasgos se trataba de un cacique que se bañaba en oro ¿de dónde surgió ese mito? En el páramo, un lugar sagrado para las tribus, había una planta similar al frailejón la cual dejaba caer sus hojas secas y las acumulaba. Cuando éstas eran quemadas emitían un aroma bastante particular. Los nativos solían aplicarlas en sus cuerpos, lo cual resultaba en un brillo espectacular.
 
Esta historia me hace pensar en cuán diferentes eran mis ancestros, lo que para los peninsulares era oro, para los habitantes de las tierras de montaña, también era precioso... Pero no era un metal. El brillo, el aroma y en general el símbolo que guardaba el ritual, eran preciosos. Esto me deja una lección: "las cenizas son oro, por eso hay que bañarse en ellas".
 
Con base en mis restos he de reconstruir un collage, en el cual sea más fácil vivir.
 
Gracias a los que caminan a mi lado. Un millón de besos.

lunes, 24 de diciembre de 2012

En defensa de la inocencia

Arremete contra los obstáculos: las rutinas, los buses y el smog. No te rindas aun cuando seas lo suficiente maduro para denigrar de la magia. No abandones la ingenuidad, ni el deseo de descubrir. Nunca permitas que los hombres de voz vibrante apagen el fuego.
 
Ármate, llénate de valor que la batalla será grande. Invoca a tus deidades, monta el carruaje y retorna al origen de los mitos: el lugar que te dará fortaleza. Los desamores intentarán despistarte, cambiar tu rumbo; el desagradable sabor de la ausencia te hará creer que el camino más corto es el escepticismo... Pero no te rindas, aun hay miles de muñecos esperando en una caja a resdecubrir la esencia del mundo.
 
Esos gigantes antros llamados templos donde los humanos se ufanan de su desprecio a la vida desnaturalizarán tu profundo deseo por descubrir tu cuerpo. Pero no te rindas, cuando nadie mire, rosa tu piel ante el tibio calor del universo. Déjate llevar por el silencio y busca a tus dioses corriendo sobre el agua; como los maestros.
 
Las muertes y los desengaños: desde papá noel hasta los reyes magos, minarán tu existencia. Pero la verdadera prueba está aquí. Si al final de tus días, tus ojos brillan, habrás vencido a la muerte.
 
Feliz navidad mis apreciados amigos, amigas, lectores y cosmonautas.

domingo, 23 de diciembre de 2012

Gracias

Gracias por la vida, por la gente que me rodea. Desde niño tuve la fortuna de crecer en un entorno donde lo tenía todo: amor, comodidades y un futuro prometedor. Sé que me he vuelto una persona insensible. A comparación del niño de ojos brillantes de hace algunos años, no queda nada; he optado por el camino del pragmatismo.

Gracias por tener la posibilidad de estudiar. Gracias universo por mis tíos y tías... Gracias por tener unos papás tan cariñosos que a pesar de sus errores intentan demostrarme algo que sé: me aman. Gracias por tener la posibilidad de hacer deporte, de enloquecer en las discotecas y saltar como si no hubiera fin.

Gracias por mis amigos y amigas... Gracias porque están bien de salud. Gracias por las oportunidades que han tenido mis hermanos. Definitivamente muchos adorarían tener mi vida, a pesar de que a veces me sienta vacío te doy mil gracias y bendigo a este mundo, a todos los profetas y a todas las deidades, inclusive a los escépticos.

Perdón por los momentos en los que desdeño de la grandiosa vida que me ha tocado universo, pero bien sabes que soy supremamente temperamental; he intentado controlarlo pero la sangre me bulle como a mis ancestros. Envío mis mejores deseos a todos los que desencarnaron y amo. Espero hayan redescubierto las maravillas de la vida, los misterios del cosmos.

Gracias, y lo siento, lamento ser tan negativo. Tú conoces mi historia y creo que me entiendes un poco. He intentado, de verdad que lo he intentado, ser más positivo pero me cuesta. Y es que si soy objetivo... Mi vida es sensacional. Gracias por todo... Gracias.

sábado, 22 de diciembre de 2012

Metal



Creo que algunos elegimos pieles de metal cuando descubrimos cuán frágil es nuestro interior.

viernes, 21 de diciembre de 2012

América negra



¿Será quizás la sangre que corre por mis venas? ¿Quizás sea la fortuna de haber nacido en un lugar donde muchas culturas se mezclaron en condición de esclavitud?

A lo mejor eso hace que días como hoy en mi corazón surja nostalgia por ese continente negro. Por los guerreros tribales, por los bailes en la llanura seca, por los tambores y por esa hermosa piel de sus habitantes que brilla de manera intensa ante el coqueteo del sol; una piel oscura como la noche y viva como el cantar del atardecer.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Este cuerpo

Madre selvas brotan de mí y esta vibración en mi interior me recuerda que estoy vivo. Receptáculo divino, espejo de todos los destinos, late con fuerza el corazón. Cuántas décadas para ver un montículo caer... Cuántos sueños en estos ojos que no serán. El curso de mi alma en la piel: todas las caricias, todos los sueños de épocas doradas.

Esa sensación dulce que me recorre, que me asfixia, que me envuelve en un halo protector e inocente que todo lo puede. El deseo de trascender de la carne y en la carne. Los instintos y su origen cósmico; el profundo deseo de transgredir las barreras y hacer una metáfora del otro. Mis pulmones me instigan a respirar más rápido y reposo sobre un torbellino, justo en el centro... De dónde vengo.

martes, 18 de diciembre de 2012

Un barquito de papel

Érase una vez un niño con un barquito de papel. A diferencia de sus hermanos, él no tenía un pincel o un avión; tenía un barco. Con los años creció (ni modo que no) y mientras los seres con los que vivía, eligieron un destino que los hizo satisfechos, él nunca supo qué quería.

En su adolescencia acostumbraba ver atardeceres. Pensó un día en estudiar en una carrera que no lo alejara de los pastos, de las flores y del cielo azul. Nunca estuvo seguro de lo que eligió, sin embargo se dio cuenta que ese camino lo había conducido a frías bibliotecas, personas ajenas, temas grises y libros interminables.

Pasó el tiempo y tras dar todo de sí, la vida sólo le concedió lo de siempre: incógnitas ¿a dónde irá ese barquito de papel? ¿A dónde todo ese fuerzo, esos segundos, esa parte de su juventud que perdió en una universidad? ¿A dónde va todo eso?

domingo, 16 de diciembre de 2012

Nombre

Corría por los prados; su piel iluminada por los rayos del sol tropical de alta montaña guardaba memorias que el viento evocaba. La gente de su región natal pensaba que no bautizar a un infante era algo fatal. Su tía muy temprano le dijo a su mamá: "si la niña no ha ido donde el cura antes de los siete años, se la lleva el diablo".
 
El 14 de enero su mamá se levantó muy temprano y la vistió de una manera particular. La niña detestaba todo tipo de ropa; la segunda cosa que más odiaba era bañarse, sólo lo podía hacer en ríos, ante la aurora como testigo. Después de llorar, hacer pataleta, suplicar... Se tuvo que resignar a usar ese vestido ridículo y caminar hasta la iglesia.
 
El sacerdote del pueblo era un sujeto de mirada inclemente. Siempre le decía a la gente que era mala, malagradecida y  sucia de espíritu. Cuando se disponía a derramar agua de la jarra de plata sobre la cabeza más inocente que nunca haya tocado el agua, Elena, la niña de la historia, al sentir que estaba fría y su aroma artificual le dio una patada y se fugó. Sus familiares la intentaron detener... Pero no fue posible, estaba molesta, tanto que se comenzó a quitar la ropa; insultaba a ese hombre de ultraderecha de maneras que cualquier rojo hubiera envidiado. Finalmente, complemente desnuda frente al santuario, con cara de crucifixión le dijo: "si usted me bautiza lo mando al infierno".
 
Las viejitas que cargaban camándula, el alcalde, inclusive el obispo, intentaron convencer a la mamá de Elena de los beneficios de un exorcismo. Dadas las condiciones para capturarla como a una demente, Elena, ahora una adolescente, se dejó llevar por las venas de la tierra: un río.
 
Pasaron los años y conoció una comunidad. Eran unos jóvenes que bailaban en los bosques e invocaban dioses milenarios. Un día, mientras se preparaba para reunirse con ellos, notó en la mirada de éstos algo severo. El olor a incienso le recordó la iglesia, los mantos blancos, evocaron ese detestable vestido que rompió frente a todo el pueblo. Uno de los miembros se acercó y le dijo: "te vamos a iniciar". De inmediato se lanzó a ese río de aguas cristalinas que conduce al corazón de una ciénaga.
 
Hoy camina sin ropa por los bosques, le habla a las enredaderas, a las mariposas y a uno que otro colibrí. Sabe que tiene la fortuna de ser una mujer sin bautismo, cuyo nombre pertenece a la pradera, a la música del viento y al sonido del cienpies.

lunes, 10 de diciembre de 2012

Bogotá DC: memorias de un centauro


Florence Thomas describe que en sus primeros días de conocer Colombia vio un caballo tirado en la calle lleno de gusanos. Seamos sinceros, este es un país de bárbaros. Muy a pesar de lo que los antropólogos digan sobra esa palabra, persisto... Ninguna sociedad que se autodenomine "racional", "civilizada", puede maltratar a alguno de sus seres.
 
Mientras caminaba, tras Atlantis vi un caballito agonizar. No sabía qué hacer. Los ojos se me aguaron cuando vi los suyos con susurros de brisas madrugadas. Esos ojos con color a horizonte apagado. Mucha gente se congregó a su alrededor. Intentaron canalizar suero. La policía ambiental tardó dos horas.
 
¿La problemática? Sucede que en Bogotá los recicladores tienen "el legítimo derecho" a utilizar caballos en carretas bastante rústicas. Aquí en Colombia no hay penas por matar a un animal, por dejarlo desnutrido o en estado de hidratación. El alcalde dice que tardará un año el proceso de abandonar esta tradición ¿en un año cuántos caballos se mueren?
 
Finalmente, entre aplausos risas y lágrimas, el caballo se levantó triunfante... Como quien resucita. Si bien no se puede destruir el comercio de los recicladores de un día para otro, no se puede esperar a que más animales estén al borde de la muerte.
 
Uno de los defensores de animales decía que eso sucede en el sur a diario y que a ellos les da igual. Una mujer se ofreció a cuidarlo en su finca, a llevarlo, todo con tal de pensionar a semejante ejemplar víctima de maltratos. Las respuestas siempre son la misma pendejada tricolor que a nadie le llena el corazón de pasión: "el inspector es quien decide". Eso, palabras más, palabras menos, quiere decir que si se le da la gana de devolvérselo al verdugo (el que conducía el vehículo jalado por caballos) lo puede hacer.
 
Aquí no hay penas, no hay resguardos, no hay nada. Somos el país más feliz del mundo (en teoría el segundo) pero de qué sirve una partida de gente sonriendo si la vida se nos va de las manos con una facilidad ¿qué sentido tiene faltarle al respeto a algo tan frágil como la existencia?
 
Entre los que se prestaron para ayudar al caballito, un hombre (apuesto) del mismo color del equino, un veterinario y una veterinaria insistieron para ayudarlo. El hombre color canela era muy atento, por un momento pensé que en vidas pasadas debió ser caballo. Sus ojos por alguna extraña razón se me hacían conocidos... En fin, me llamó mucho la atención la manera tan dulce en la que acariciaba el rostro del animal.
 
Finalmente me fui, con la felicidad de un caballito salvado y el amargo de una sociedad perversa. Hay asesinatos por hecho y por omisión. Todos somos asesinos cuando nos callamos un crimen a voces.

domingo, 9 de diciembre de 2012

Clarividencia


Es la sombra que en una fiesta nos susurra el origen de la vida. Son los golpecitos de un ángel en la ventana, el caminar de un duende... Perros de espíritus encarnados ladrando en la noche. La araña que ve la bailarina, pasar al fondo del teatro. Clarividencia son las voces en los sueños plácidos de octubre...    El miedo a las siluetas dichas, las incógnitas tras el velo. Clarividencia es tu esencia.

martes, 4 de diciembre de 2012

El círculo de la vida

Arriba o abajo, pobre o rico, en la cima o en el pavimento, en los pabellones o en la corte... Como hombre o como mujer ¿por qué tantas vueltas? Muchas cosas, quizás pienses que no valen la pena... Pero habrás tenido el lujo de vivir desde muchas perspectivas. Tu opinión no será un punto en el universo, habrás salido, cambiado, amado... Intentado, creído, llorado. Decidido...

domingo, 2 de diciembre de 2012

Sentado


Este lugar por estas fechas es casi tan solo como las almas desahuciadas por un mundo que olvida fácilmente. Entonces al pensar en ti, tan insistentemente, me doy cuenta que esa promesa que le hice a mi corazón la estoy rompiendo. Quién lo creyera, yo que hasta hace unos días parecía protegerme de la vida como un erizo, estoy dejando caer mi espinas; me estoy desnudando ante una vida en la cual el aire gélido nos puede inducir pulmonía. 

Simplemente me queda recordar, poquito a poquito (como el ave que recoge migajas) mi pequeño problema. Prometí no abrir el corazón después de descubrir que mi mundo era una fantasía, pero es tan difícil para mi centro sentimental declararse zona de barbecho. Me crecen lianas en las tapias de las emociones. Soy receptáculo de pulsaciones tan fuertes, que tengo miedo. Temo que ese mensaje que me dio el universo en la cafetería en la cual me negué a saludarte, sea cierto: "amor perfecto". Es curioso, transité montañas para encontrarlo y ahora dudo.

Sólo mi alma sabrá... Sólo mi alma sabe.

Haré mi mayor esfuerzo por no perder esta vez la noción de la realidad. Pensando en JK...

Lamento si te he lastimado con mi frivolidad, tengo mucho miedo.

1991

Dame fuerzas. Dame fuerzas... Octubre del 91, dame fuerzas para proseguir.