miércoles, 16 de octubre de 2013

Murmuran las palomas por los destinos de los hombres disparados. Como cristales caminan en una ciudad que aún no tiene nombre. Las olas susurran destinos sin fin, vidas sin objetivo y túneles que nos atrapan hasta el medio día. Se sabe de antemano que tu vida y la mía son de excesos de velocidad que moriremos atropellados por un tifón de recuerdos empapados.

2 comentarios:

Elena P.G. dijo...

¡Qué bonito, qué poético, qué lleno de emotividad!!!!!!

Desconcierto dijo...

Me ha gustado...y...mucho, Vicky

un abrazo!!