jueves, 20 de mayo de 2010

Intacto.

El horizonte es intacto, los rayos del sol lo persiguen como en competencia ecuestre, sin embargo, ni siquiera el fuego de la madrugada alcanza tal distancia. Lleno de aire se desplaza en todas partes, siempre lejos de la mirada decora siluetas del imaginar. Inalcanzable su mejor amigo, espera tras la máscara en forma de media luna que dibuja el movimiento de los astros. El tiempo pasa, el sol nace, una y otra vez, muere y nace... el horizonte se alarga, una y otra vez.

Inmortal de sí mismo lo miran los amantes, por un instante, sólo por un segundo olvidando el mar... es lejos, muy lejos, es imaginario, intangible, intocable, incapaz, in... in todo.

La vida transcurre, segura de sí misma con los pies muy fijos en la tierra. Monólogos del espacio circundan las polillas en lo profundo del movimiento del tic tac. Segundos que van segundos que vienen, el correr de los átomos se agita con una aurora boreal y bosteza muy húmeda la madrugada, empañando los cristales del transporte público.

Cabalgan los vientos, el tiempo, la velocidad, los relojes y el corazón, pero el horizonte, en aquel lugar indescriptible se hace dueño de su trono... lo intangible.

3 comentarios:

Garsil dijo...

Buenas tardes... Es allí dónde está lo indefectible,
es allí dónde el amor busca refugio,
los sueños se escapan en la inmensidad,
explosiones de febriles se fugan.
Gracias por la imagen. Garsil

JP dijo...

Inmortal?

Alguien dijo Inmortal?

Vía Morouzos dijo...

Y solo puedo decir que me siento Universo...