miércoles, 26 de mayo de 2010

Tu nombre.

Has caminado desierto, le has preguntado a la luna y has escuchado. Las arenas guardan tu nombre y tus oídos los cantos de las ballenas. El solano carga tus voces mientras los gusanos de seda hablan de ti.

Aquellas noches del bosque, envolviste la magia de tu cabello en la oscuridad y tu mirada brillaba como lumbrera, como supernova, como cefeida que quiere indicar la distancia.

Te arrastraste y lloraste entre los cementerios de la dignididad, rogaste por un poco de amor, tus huesos se volvieron mariposas y el cielo conociste. Cual Pléyade guiaste a navíos, por los caminos más densos del agua.

Fuiste volcán que nunca apaga, volcán lleno de silicato, dispuesto a explotar y enviar su ira. También te vi llover, una y otra vez sobre tus mejillas. Erosionaste los pastos europeos y las acacias americanas. Te deslizaste sobre el Amazonas con disfraz de delfín rosado... pretendiste a los tucanes y a las sirenas, lo intentaste todo.

Recorriste el sistema solar, de ahí saltaste a Andrómeda, a Sirio, a Vega, a Orión y muchos otros lugares de los que jamás me contarás. Construiste aviones con tu piel y dejaste cercado el infinito para que nadie se percatara de la ausencia de palabras.

Dibujaste entre las dorsales océanicas tu columna y edificaste en Tailandia un templo a tu mirada. Conoces el pasado y el presente, la derecha y la izquierda, el corazón y la mente.

Le oraste a dioses de lenguas que aún no puedo pronunciar, tatuaste en sánscrito tu nombre sobre el Tibet, pusiste tu bandera en el Mediterráneo y pisaste la luna... de Júpiter, Ganímedes.

En tu piel mil cicatrices, en tu mente mil directrices, un sinfin de experiencias relatan los versos de tu ser.

En el eco de la neblina grabaste rostro, plasmaste espantos, penas y glorias. Cruzaste la Nube de Magallanes nadando con los ojos cerrados y me trajiste recuerdos del centro de la galaxia.

Mirando hacia un lago encontraste tu destino, aquella noche, aquella hierba iluminada por la hermana de la tierra, llenaron la paz de tus ojos. Verdes como las aguas mansas... por fin frente al Hado.

"Festina lente"
Apresúrate despacio.

3 comentarios:

Garsil dijo...

En la soledad se construye,
se comparte en la inmensidad,
perfección allá en norte infinito,
legado en sur nuestro destino,
"Corro eterno" Gracias por el sueño. Garsil

Susana dijo...

QUE BELLO!!!
Y SI MI REYNA ASI ES!
RESPECTO A LA BELLEZA!
ELLA ES SÓLO LA PERCEPCIÓN HUMANA!!!!
........
PRECIOSO ES ESTE BLOG TUYO.....
"tu nombre"
Impera el momento del conocerse
desde adentro.
La comunión con el universo.
Saberse.
Tenerse.
El encuentro....

Vía Morouzos dijo...

HERMOSO