Las huellas llenas de agua reflejan el cielo, reflejan la luna y los astros, juguetean con el espejo cristalino del solsticio.
Las huellas las borra el viento, la hemorragia llena de erosión y esocrrentía se desliza junto con un poco de nosotros. Y las playas... las playas son cementerios de la memoria. Se necesita valor para mirar adelante, porque ahora somos futuro y pasado, halados como si nos fuéramos a partir en dos. Y ese pequeño espaciecito, donde no somos ni futuro ni pasado, ese diminuto espacio que los distingue a veces se niega a sí mismo.
Aquel espacio donde no hay pasado ni futuro, es nuestro presente, aunque lo queramos negar, latente en la penumbra habla de libertad.
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1 comentario:
Las huellas siempre me fascinaron... Creo que debo tener como 50 fotos solo de huellas... "Las playas son cementerios de la memoria"... Genial
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