sábado, 24 de julio de 2010

Polímeros.

"and not kust one day,
every day is an ordinary day.
And not just one day,
in her world is an ordinary girl"
China Forbes-Ordinary Girl.
En esos duros momentos, después de pesados trabajos en mi interior, busqué una respuesta, en vez de esperar la felicidad la tomé a la fuerza. Sería feliz a cada momento ignorando el resto de problemas que le pesan al mundo. Compré un pedazo de gloria volcándome sobre las tiendas, una vez tenía muchas bolsas en mis manos, me di cuenta de algo, no podía comprar la felicidad.
Quizás los amigos me darían felicidad, mirando al cielo en un culumpio, mientras lo escuchaba hablar, me di cuenta que tampoco a pesar de amarme serían capaces de darme la felicidad.
Intenté encontrar un poco de alegría en los objetos curiosos, desde instrumentos del lejano oriente, hasta aceites esenciales del cercano campo. El resultado, el mismo, a pesar de ser todos preciosos, no me darían lo que buscaba.
Un último paso, mi hermosa curiosidad, algún curso, saber mucho, uno que otro idioma, quien sabe entender las reacciones químicas atmosféricas y la incidencia de los rayos ultravioleta en la formación de ozono en el polo sur en la primavera austral; para recibir de lo mismo.
En muchos lugares, incluidos decentes, indecentes, bonitos, feos, amplios, no tan amplios, etc. Busqué un poco de ese néctar divino que probé cual insecto afortunado primaveral y recordé que cuando atravesaba por el enamoramiento, curiosamente, me sentía afortunad.

1 comentario:

Vía Morouzos dijo...

El enamoramiento... Mmmm... ¡Qué sensación tan maravillosa!

Y la felicidad...

Al final siempre relaciono mi estado anímico con la música, con el ritmo de mi cuerpo, con aquello que me hace vibrar o no...