Es mi derecho a olvidar mis valores católicos del amor y el perdón... Es la posibilidad de decir sin tapujos, sin miedo a herir, sin cargas... Sin nada más que mi palabra pura y sincera. Tengo el derecho a cansarme de la homofobia de mi madre, del desamor de mi padre, del despotismo y egocentrismo de mis hermanos. Tengo derecho a fatigarme de mis amigos de la infancia y adolescencia: envidiosos, chismosos y competitivos, casi tanto como mis hermanos.
Reclamo el derecho a cansarme de Bogotá, de Colombia y sus políticos corruptos. Reclamo la posibilidad de aborrecer el destino de la clase media en este país de tercer mundo: sueldos bajos (miserables), arribismo y clasismo por doquier. Hago uso de lo que me fue concedido desde antes de nacer... La posibilidad de decir no más... A una sociedad, a una familia a las que nunca pertenecí.
Como decimos por estas tierras, me mamé... Estoy mamado de este país, de este lugar... De este destino.
ME MAMÉ....
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