Ellos, los que se besan...

Besos, todo se reduce a besos en el mariposario de los amantes. Se envuelven en una saliva divina cual elixir humano. Pastos verdes y campanas arrullan el rugido de la lluvia. Las flores son más flores, las nubes más nubes y la felicidad... es más felicidad. Para los que aman el tiempo no pasa, la muerte no existe y los aullidos del más allá son sólo anuncios para saltar del trampolín. Sólo anuncios para cambiar de forma.