"...Huesos sustituidos por piedras.
Te cosieron.
Te remendaron..."
Alejandra Pizarnik, 4 de noviembre
Murmuran que vino de España, con el cetro y la corona en un baúl.
Es un hombre que sonríe con frecuencia,
que corrige con disciplina,
que recorre las plantaciones
y aconseja en la reparación de molinos.
No tardó en descubrir que en las montañas estaba lo no descubierto:
los animales, los venados y las flores.
Sin duda un científico en rigor.
Es el virrey Amar.
Algunos dicen que vino tras los pasos de Humboldt.
Otros afirman que soñaba al igual que Pizarro encontrar bosques de canela.
Lo cierto es que se transforma en un manojo de nervios y miradas oscuras,
justo antes de las lluvias de octubre.
Lo cierto es que se transforma en un manojo de nervios y miradas oscuras,
justo antes de las lluvias de octubre.
Detrás de él siempre va un esclavo,
parece que lo trajo desde las Antillas.
El virrey siempre se preocupa porque no le falte pomarrosa;
le gusta que sus servidores huelan bien.
En una ocasión, el conde de Resoviv vino a visitar a su merced.
Famoso por ser gordo y violar negras, al acabar la cena pidió una para pasar la noche.
Sin el beneplácito de su majestad, osó tomarla de la muñeca y arrastrarla por los pasillos.
El negro de ojos grandes le pegó una bofetada.
Famoso por defender a los suyos, según miembros de la Real Audiencia, tenía antecedentes.
Famoso por defender a los suyos, según miembros de la Real Audiencia, tenía antecedentes.
Cualquiera hubiera esperado la ejecución de la alimaña por ofender a un noble de tal porte.
Sin embargo, por causas misteriosas murió el marqués dos días después.
Llenaron de piedras el cadáver y le cosieron la boca.
Mucho se murmuraba en la plaza,
ante lo cual su majestad Amar organizó una fiesta
y emborrachó a toda Santafé de Bogotá.
Nadie recordó el suceso.
Excepto yo, que lo recuerdo todo.
Se murmura que el virrey no ríe,
no lee y no sueña, en aquellas jornadas en las que le entran los calores.
Son esas noches de agonía que suele llamar
a su novio oscuro y se escuchan sonidos lejanos en las puertas de madera.
Parece que le rompieran los huesos y le cosieran el alma.
Parece que le rompieran los huesos y le cosieran el alma.
5 comentarios:
Qué texto tan duro y certero a la vez... Se infieren tantos hechos, se palpa tantísima emoción en cada palabra que... el palpitar del insomne virrey no deja de sacudir mis oídos... Bravo, Vicky. Y... Maravillosa Pizarnik, siempre...
Buenas tardes... Tantos siglos de injusticia,
hoy no estamos en tierra extraña,
y a pesar aun la vivimos...
El insomne virrey avizora nuestra raza. Un abrazo, Luz.
Garsil, esta tierra está enrarecida con las sangres derramadas y los Holguín, los Newman, los que pretenden ser virreyes en una época que ya no los tolera. Un abrazo.
Delicioso texto, veloz, singular y evocador.
CrisC, gracias. Singular y evocador como el virrey y su negro esclavo.
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