sábado, 21 de enero de 2017

Aura O las Violetas - José María Vargas Vila (4/100)


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"Aura O las Violetas" fue una novela de José María Vargas Vila en cuyo prólogo deja entrever el profundo amor por sus hermanas y por su recientemente fallecida madre. Escrita en primera persona y en un castellano tal vez barroco, recuerda la literatura romántica de Silva por las atmósferas oníricas y la de Jorge Isaacs por los amores imposibles.

El narrador, describe una zona vecina a un bosque inmenso y nativo. Allí es donde se desarrolló el amor entre él y Aura. Unos niños que se obsequiaban flores y besos. Y es precisamente en ese espacio, donde yacen las violetas que de alguna forma son la misma Aura.

El protagonista debe despedirse de su amada quien recientemente había fabricado una corona de violetas. La abandona con el corazón roto y una vez en su casa, éstas se han marchitado. Su destino es estudiar en Bogotá, ciudad natal de su madre.

Cuando el narrador sale a vacaciones, se alegra de encontrar a Aura. Sin embargo, ella intenta evadirlo. De rodillas le pide una explicación y ella le confiesa que se la dará después. Mediante una carta, Aura le escribe al día siguiente que ha debido casarse con alguien más ante lo cual el protagonista se siente defraudado y la insulta.

La madre del narrador, le explica que ha debido hacerlo porque su padre murió en la guerra, sus hermanos dependen de ella y su madre tiene un estado delicado de salud en el hospital. Un hombre de una ciudad cercana le pidió que se casaran y ella sin otra opción, aceptó.

No sólo se rompió el corazón del protagonista sino que también su salud se deterioró. Su madre y hermanas lo cuidaron pues en esa época, un hombre era el único sustento de un hogar. 

Sin rendirse, decide ir a caballo a la iglesia con tan mala fortuna que tras dirigirse al altar, descubre que ya se han casado. Vuelve a su casa destruido e intenta suicidarse con un arma. Su madre que ya a estas alturas no puede tolerar ni un drama más cae inconsciente. 

Cuando ella despierta, él le promete no volver a pensar en Violeta. Y de hecho lo intenta, con tan mala suerte que cuando va al teatro, la ve hermosamente vestida y cruzan sus mirada. Luego ella se marcha con su esposo.

Un tiempo después el protagonista le escribe una carta a Aura en la que le expresa su amor a lo que ella responde diciéndole que eso no está bien en una mujer casada y que "no se van a entrevistar", ni a "intercambiar correspondencia".

Tras la decepción de ese escrito, pasado un tiempo, la carta del marido de Aura lo sorprende. Solicita su presencia. Cuando el narrador llega a la casa, descubre que Aura está muerta y que el último en pronunciar fue el de su amado. Ve como la entierran y a pesar de intentar irse con ella al fondo de la tierra, su amigo lo detiene. 

El autor parece dedicarle una nota final al protagonista, a quien llama amigo y de quien indica, no murió al lado de la tumba de Aura sino en un río desconocido, con una cruz de guadua que señala su lugar de descanso y espinos rodeándolo.

Quise leer este libro después de verlo en "Confesión a Laura", desde mi punto de vista, una de las mejores películas colombianas. Si bien es cierto en nuestra época el excesivo detalle y el lenguaje de metáforas puede despertar suspicacias, es importante comprender que es una trama de finales del siglo XIX. Según leí en las páginas que precedían el prólogo, fue prohibido en la parroquiana Bogotá. A pesar de que su forma de relatar los paisajes y las tristezas, inevitablemente me recuerda a José Asunción Silva y parte de la trama, especialmente la muerte de Aura y la cruz en la tumba, me remiten a la María de Jorge Isaacs, debo reconocer que la creación de las atmósferas me pareció genial, especialmente la referencia al personaje oculto "Las Violetas": Un bosque, o un claro, donde dos niños se besan, ocultos del mundo y plagado de violetas.


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