Caminaba por el centro de Bogotá y como cuando no tengo mucho que hacer entro a la Cinemateca Distrital.
"Magallanes" se ambienta en Perú. El nombre de la película corresponde al del protagonista, un chófer de un coronel retirado. Una de las primeras escenas corresponde al desenlace. El ex coronel en silla de ruedas mira al mar y a través del horizonte al lado de su ex subalterno. Le pide a gritos a un vendedor de helados que muestre lo que trae entre manos. Le ordena a su chófer que lo requise. Lo toma de la camisa, lo zarandea y como un soldado obediente, el protagonista procede.
Magallanes conserva una fotografía, prueba del abuso al que fue sometida una niña de quince años. Decide, con la voz y la letra de su hermana, extorsionar al hijo político del coronel. Es designado para atrapar a los extorsionistas por el encargado de la Policía. Logra obtener el dinero, no obstante, es timado con billetes de periódico.
Posteriormente secuestra al político. Logra cobrar el dinero correspondiente a la extorsión. Y se lo lleva a la joven que fue hecha esclava sexual por el coronel. Ella lo rechaza porque no sólo fue víctima del alto cargo, a cambio de su libertad, debió entregarse al protagonista.
Me pareció una película con excelentes tomas, con paisajes interiores que recuerdan el neorrealismo y una trama que revela el machismo latinoamericano, la corrupción del estado y la vulnerabilidad de la mujer.
Una de las escenas, a mi gusto, mejor logradas es cuando la protagonista recuerda lo ocurrido en Ayacucho y corre por las montañas, mientras entre las sombras se revelan las luces de Lima.
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