Pausas para pensar,
para sentir la brisa
y mirar la ciudad.
Pausas que nos confunden
y nos enfrentan.
Que nos someten a vernos,
en medio de la velocidad artificial
de nuestras vidas.
Pausas inesperadas,
que sorprenden los planes inflexibles
y manan a través de grietas.
Que oprimen
y que liberan.
Pausas para perdernos un poco más,
en el dédalo que es la vida
y encontrarnos, curiosamente
en la soledad de estar sin norte.
Pausas para amar de otra forma,
para ser humildes,
para crecer.
lunes, 4 de marzo de 2019
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