miércoles, 23 de diciembre de 2009

Las cárceles

Hay días en los que hay que decir, lo que es más apropiado decir.

Desde que tengo borrosa conciencia de mi entorno, el mundo mencionó castigos que imponían sociedades a aquellos que violaban normas.

Recuerdo que aquellos que violaban nuestra carta de derechos, o parecían violarla, terminaban en un lugar llamado "carcel" que viene siendo una celda con rejas por lo general donde se deja a seres humanos en la mayoría de los casos, encerrados por tiempos determinados por procesos jurídicos.

Creo que seremos recordados en un futuro como sociedades primitivas, muy primitivas de hecho, más que por nuestra fiolosfía o avance tecnológico, por nuestras cárceles.

¿Qué objetivo tiene una celda? ¿cambia un ser humano en ella?¿cuantos inocentes están en las cárceles? Es muy fácil ponerse a hablar de paz, en un país con centros de reclusión asinados, qué asinados, atestados de reclusos hambrientos de un rayito de luz.

Siempre lo he dicho, no se trata de compasión, se trata de "verdad" y es cierto que las sociedades se constituyen aparentemente bajo el nombre del bienestar mancomunado, lo cual a mí parecer no es algo con lo cual cumplan dichas cárceles.

Que hay gente muy peligrosa etc, etc, etc. Cuando la justicia sea de un solo amo y no de dos como decía el señor de Nazareth, me parecería un proceso coherente.

Cuantas torturas inventadas en nombre del bien común... matemos a la oveja negra parece ser el lema del ser humano. Claro, es más difícil encontrar las causas de la delincuencia, de la violencia, de la ignorancia pero sobretodo de la pobreza sentimental.

Cuantas madres en las cárceles mientras nosotros con una reverencia decimos que es lo justo.

La cárcel es un método de tortura, no le hagamos un trono eufemístico sólo por ser parte de un sistema acordado y aceptado.

Y esto me cuestiona personalmente, me lleva a pensar que el perdón es algo más que una actitud de caridad inter-relación, tal vez el perdón es una verdad, o por lo menos un proceso a la verdad que hasta el día de hoy no sé qué es.

"es cierto que he violado su ley, pero seguía una ley que existía mucho antes y existirá inclusive mucho después de su reinado, la ley del corazón"

martes, 15 de diciembre de 2009

Cuando te vayas...

Cuando te vayas, pediré por días y horas que te quedes. Rogaré que te quedes un poco más. Sin embargo te irás.

Cuando te vayas déjamo la textura de tu cabello, su color a madrugada, ese color del cielo cuando no se decide entre ser noche o madrugada.

Sé que nunca te irás, es imposible que dejemos la esencia. Déjame un poco del fuego que llevas en la vida, déjame el arado de tus hombros para poder resistir el cosmos sobre mi espalda tal cual tú lo hiciste.

Déjame algo de tu sonrisa para no quedarme a la hora de mirar la vida de otra forma, déjame tu aroma y tu gusto por las flores, pero aunque sea visítame en sueños.

Llévame por un tunel tan oscuro como cuando me sentabas a meditar y escuchaba tu voz susurrar. Por favor aunque sea déjame tus pulseras rotas... déjame algo de tu melancolía para mirar con nostalgia el atardecer.

Tendré muchos de tus vestidos, no sé cuál elija, para comprender que el mundo también es femenino. Regálame la madrugada, pero en silencio, para que las estrellas no despierten al sol.

Cuando llore, déjame algo de tu sueño, para poder soñarte, para poder visitarte y cortar flores invsibles. Agua, un poco de agua para poder beberla como en las noches de mi infancia... un poco de tus prejuicios para poder mirarlos con tu inocencia y ternura.

Me enseñaste las cosas más importantes de la vida, me enseñaste a cambiar el mundo con dulzura, a pensar en otros, me enseñaste sobre el amor.

Podrías dejarme aunque sea un poco de tu voz...?

Sabes... no me dejes nada. Porque lo diste todo, donde estés, cuando estés, sólo sé feliz.

Yo me encargaré de olvidar que somos uno, para recordarlo una y otra vez... como siempre fue.

martes, 8 de diciembre de 2009

Todos con nuestras particularidades, en mi caso, las patologías mentales, recorremos caminos.


lunes, 7 de diciembre de 2009

^^

Llevo un tiempo de pelea con el amor. Hoy mientras salía a entregarme a uno de los círculos del infierno le dije: "bueno, ahora sí, si me salvas existes" y en efecto el amor me ha salvado una vez más, quien viera mi vida no creería las ideas más ocurrentes que me salvan de las situaciones más extrañas. Entonces bueno, en algún lugar de la existencia, quizás en alguna galaxia esté el amor espiando mis pasos e impulsando el sentido del humor de mi vida, porque me salvó de una forma increiblemente graciosa.

viernes, 4 de diciembre de 2009

Los siete vórtices.

Tardé en darme cuenta de mi corazón roto. Dos años siempre parecen suficiente, sin embargo no hay tiempo determinado para el camino de las emociones.

Estaba meditando, chakra por chakra los iba recorriendo y todo iba bien, hasta que llegué al chakra corazón y me llevé una sorpresa. Lo sentí frío y vacío... intenté hacer visualizaciones y ejercicios energéticos para ver si de esa forma se recargaba, sin embargo seguía igual, como una gran cúpula que alberga nada. Es curioso, pensé que era sólo algo metafórico aquello del corazón roto o vacío, pensé que era simplemente algo religioso, algo poético, pero era tan literal.

Mi debilidad surgía en el corazón. El sol del cuerpo, el león de la rueda.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cuando llegue mi barca a tierra firme, sabrá la vida que hice todo lo posible y me hundí.

^^el primer paso para soñar, es dejar de dar pasos y comenzar a aletear^^

martes, 1 de diciembre de 2009

Refugios

Pedazos quedan en el piso... de algunas sombras. Girar y girar con vendas en los ojos hasta caer, por la fuerza centrífuga que busca huir de sí misma, dar vueltas. Las sombras de los torniquetes por pies, saben bien que algún día serán uno con su dueño, y su dueño será uno consigo mismo.

Hay sombres que guardamos, no escondemos, guardamos... las sombras de los muebles, de los que amamos, de los que odiamos, las sombras son lo que son, democráticas, monárquicas, elitistas, verdaderas, falsas, sinceras, mentirosas, al fin y al cabo sombras que se persiguen unas a otras con deses de reencontrar la unidad de lo oscuro.

Sombras que deambulan en caminos cerrados y en la noche crecen para no ser más. Un pequeño raýo de luz espanta, como escabulléndose buscan respuestas a su origen...

A dónde se van las sombras cuando llega la luz?

Sombras honestas. Otras tantas reales.

Sombras al fin y al cabo debajo de mis pies.

jueves, 26 de noviembre de 2009

Me ama... no me ama... me ama... no me ama...

Cuantas flores no han sido asesinadas en nombre del amor.

lunes, 23 de noviembre de 2009

Si ha de ser el punto final de mi historia... quiero decir que fui feliz, con lágrimas, dramas, tristezas, amarguras, fui feliz a mi modo. Fui feliz cuando miraba atardeceres, fui feliz cuando mi mami me acariciaba el cabello, fui feliz cuando mi papi me hacía sentir amado, fui feliz con mis hermanos, y al mayor ya lo perdoné. Fui feliz amando y creo que es mi único camino... fui feliz en mis mentiras, porque viví un mundo alterno, paralelo en mi cabeza, donde era posible cualquier fantasía romántica. Fui feliz con mis peluches, fui feliz mientras estuve con mi tortuga, fui muy feliz...

El viento sopla entre las ramas, y ellas señoriales se desplazan, cayendo de una forma débil... hojas del otoño que fueron verdes en primavera... hojas que creyeron que crecieron, hojas que fueron. Cual fotosíntesis escondía aquel verde que en plena temporada de rayos lumínicos irradiaba alegría a todo el bosque...

Hojas que se van, hojas que caen, pero no caerán nunca más... hojas que renacen, polvo de la tierra, polvo de estrellas, de este árbol me he de caer para ser su alimento. He de ser hoja que abona la vida en las entrañas de la misma... he de ser otoño... la alegría.

Gracias cosmos, son pocas las palabras para lo mucho que amé, lo mucho que me sentí amado y lo muy feliz que fui... y que seré.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Historias de hombres sólo para mujeres

Una vez en un programa de televisión escuché algo que en principio me pareció algo poco inteligente: "la vida es como un partido de fútbol, hay quienes juegan y quienes ven jugar tras la barra" ahora esta frase cobra tanta fuerza en mi vida...

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Monarcas


Apunto de rendirme te vi y entendí. Tan frágil y cruzas el océano... sí... no se me olvida que soy muy frágil, pero quizás y sea capaz de cruzar el océano de mi vida

lunes, 9 de noviembre de 2009

Etapas






Hay momentos en la vida en la que es confuso el camino.







Veo, o sospecho del futuro como un camino oscuro. Todo ha sido tan pesado, incomprensivo, incoherente y exigente que no sé de dónde saqué fuerzas para asumir tan grande misión.







Algo en mí, quizás la obstinación, me llama a continuar ¿por qué? no lo entiendo aún, sólo tengo la certeza del poder que he descubierto en mí, a pesar de que a veces camino entre dunas, a pesar de no tener nada seguro, he aprendido a lanzarme al vacío. Como los cobardes gatos que desde su cobardía de espacios cerrados un día decide saltar.





He llorado lo suficiente como para dejar de sentir autocompasión. He aceptado suficientes retos como para empezar a confiar en mí, he estado tan ansios que aprendía a amarme en medio de la guerra del medio, en medio de un mundo de cabeza aprendí a caminar.

Hoy con una confianza extraña como mañana húmeda, decido caminar sin certezas, sin saber a donde llegaré.

jueves, 5 de noviembre de 2009

...

Es tan difícil darse cuenta de la ceguera. ceguera deambula por charcos, por rios, por calles largas y con extrañas penumbras... ceguera no sabe dónde está y a dónde va.

Volteamos a mirar, la gente pasaba mientras un perrito estaba recostado sobre la calle enladrillada. La candelaria llena de sollozos y estudiantes muy ocupados se movía en sí misma, revolucionaba sus entrañas. Comprendí por un instante el poema de aquella mujer "yo no quiero vivir en una ciudad de plástico" y en efecto, el perrito y nosotros nos encontrabamos sobre el plástico...

Cuantas vidas no hemos pasado derecho?

domingo, 25 de octubre de 2009

A veces...

A veces creo
A veces lloro
A veces deseo
A veces imploro
A veces ruego
A veces percibo
A veces creo
A veces lo digo
A veces sueño
A veces me decepciono
A veces nace una ilusión
A veces siento lleno el corazón
A veces sonrio
A veces me caigo
A veces me levanto
A veces desespero
A veces me calmo
A veces pienso
A veces me cierro
A veces me hundo
A veces vuelo
A veces leo
A veces no
A veces me conmuevo
A veces soy un ser hermético
A veces veo luz
A veces oscuridad
A veces tengo miedo
Y por lo general amo sin saberlo

domingo, 18 de octubre de 2009

Al principio creía que alguien que me amara llenaría mi soledad. Tal vez, llenaría todo lo que me faltaba, nunca jamás neesitaría nada. No entendía el porqué de tantas cosas.

Ahora entiendo muchos. Basta con mi soledad. Basta conmigo, por resignado que suene. Si ese imaginario llenaría todo lo que me faltaba, entonces, quizás... yo perdería mi capacidad de descubrir que soy un ser completo.

Soy libre, al comprender. Soy libre al saber que el amor no tiene límites, acompaña inclusive en la soledad.

^^ que bonito es estar con uno...

martes, 13 de octubre de 2009

En algún lugar... y tiempo.

Retornar a cada célula, como si fuera hoy. Como si vivieras el presente. Que la piel se estire, que los sonidos fluyan fuertes o leves en los oídos, que el tímpano vibre. Que los alfileres se caigan y su música metálica perturbe con estruendo, el silencio matinal, viviendo a cada segundo, escuchando tic tac's. Devolviendo recierdos, consecutivos a la memoria.

Aromas que rodean la intimidad de lo subjetivo de cada objeto. Respuestas insólitas circundan la nieve de los rayos cósmicos.

El manto gélido retorna una vez más y de nuevo se creee. Receptáculo de experiencias, desoblando el alma en los sentidos, adquiriendo percepciones indescriptibles, sueños, conocimiento, luces, sabores.

Lugares del nunca jamás justo en los dedos, en la vista maternal, en el llanto infantil, en lo verdaderamente íntimo... los sentidos.

martes, 6 de octubre de 2009

Hay momentos en los que no se debe contener las lágrimas, sólo cerrar los ojos y atarse a lo primero que hay adentro.

Hay momentos donde es mejor desaparacer como los niños, volverse invisible tapándose los ojos.

miércoles, 16 de septiembre de 2009

El sombrero de papel

Iba caminando en las frías calles de la ciudad, con la mirada aletargada dando vueltas por los pensamientos que surgen, esos, esos que surgen cuando pasas por donde has pasado tantas veces. Caminaba y caminaba, caminaba sin parar, sólo arrastrándose como mancha gris en una mancha gris más grande. Pasó por los carismáticos faroles, adornados con el tinte oscuro que pone la polución al metal y de nuevo miró sus zapatos.

No lo negaré, en ese instante estaba triste, mis zapatos reflejan mi vida y aunque no lo quería reconocer, ya había sido sufiente. Jamás lloré en frente de otros, era demasiado para un hombre que tiene que deambular en las calles y ganar la vida haciendo cara de hambre, para unas cuantas monedas.

Siempre mi vida fue así, nunca quise terminar donde estoy, pero en parte, dicen que cada puerta que se cierra te acerca a tu destino. Y eso era yo, destino, mis zapatos eran destino.

En la tarde pedí una sopita, estaba ya cansado, me gusta cuando tienen mucha sal. Término medio, ni muy caliente ni muy fría. De nuevo mis compañeros de ciudad; debo decirlo mientras algunos tienen casa yo tengo ciudad. Caminaba apasible sin mirar, procurando evadir sus pretenciosas miradas, cuando de repente un taxi casi me atropella. Ya se imaginarán, los gritos de siempre, y es que eso de no tener corbata como que a uno le cuesta el respeto y la dignidad, como decía el profesor de literatura, la revolución francesa, era francesa de nacionalidad, pero burguesa de identidad.

Me cuestiono que valgo yo, no le sirvo a nada ni a nadie, no te sirvo quizás ni siquiera a ti. Aprendí que no valía mucho esa tarde que sin querer queriendo, comprendí que los colegios son para llorar. Caminaba, como lo hago ahora, cuando todos mis libros se regaron por el pasillo. Los niños no paraban de reir, mi rostro estaba caliente y las miradas de ellos llenas de placer, lo que no sabían es que eran los libros de papá. Fue un hombre que me quiso hasta donde pudo, me dio todo, nunca me faltó. Pero ya ven, la vida celestial reclamó su nombre y con prematuros 7 años aprendí a barrer cercar a la fontana. Intenté estudiar, de verdad que sí. Pero quien piensa en estudio si la gente te trata mal y no te quiere.

Dejémonos de sensibilidades, contaba acerca de dicho viernes en el que como todo mortal yo respiraba y a medida que respiraba, me puse a usmear las canecas de basura. Una vez encontré algo muy interesante, era una carta de amor hecha trocitos. A veces las cartas de amor delatan el estado del corazón.

Nunca he amado, debo decirlo, a mi papá y se acabó.

La tarde por curioso que parezca, no es gris. La tarde no penetra las miradas tristes.

Mis pasos lentos y cansados del calor, decidierion quedarse en un punto del cosmos y recibir aquel momento.

Sentí algo muy leve en la pantorrilla. Me asusté al principio, pero cuando miré, no sentí miedo. Era un perrito. Los perros nunca me gustaron, ladran y atacan. Son muy malgeniados. Pero este, este debo decirlo era todo un "cachorrito", me lamía con parsimonia los zapatos, mientras yo con los ojos fijos en este cuadro no entendía lo que me decía la vida. La vida dice muchas cosas, otra cosa es que no las tomamos en serio.

Algo en mí, no sé qué, hizo que lo cogiera.

Las tarde con él se hizo corta, hace mucho no corría, quería enseñarle a correr, si uno no corre en las calles es como difícil. Pero el cachorro no me hacía caso sólo caminaba oliendo y saboreando su entorno ¿de qué diablos sirve un animal que no corre? no lo iba a dejar, eso no se hace, a mí la vida me dejó solo, pero se lo tenía que regalar a alguien.

En la noche quise leerle algo para que se durmiera, no tengo cuentos. Uní los pedacitos de la carta y se los leí:

"...al principio era el amor, y el todo era el amor. A medida que te fui conociendo, dejé de temerle al grasnido de los gansos. Sabía lo que sentías por mí, tal vez no fui suficiente, sólo sé que te di el corazón entero y te ruego me lo devuelvas. Al principio, era yo, y tú eras yo. Mi génesis comienza contigo y para curiosidad de los teólogos termina en ti... termina en un apocalipsis insondable. No es necesario que digas que lo sientes, sé que en el fondo estamos destinados a volvernos a encontrar... en algún lugar de la ciudad..."

De la vida se ha dicho mucho, pero ¿quién nos enseña a amar? cosa tan difícil leer cartas de amor.

El perrito se durmió, con su sueño, sentía que mis parpados caían. Y al otro día de nuevo la ciudad, el chiquito ya había levantado su mirada al sol mientras yo dormía. Le dije: vamos. Y el con su mirada por alguna razón sentí que me decía: "ven".

En la calle me tocó cargarlo, las niñas, algunas pasaban y lo acariciaban. Supuse que necesitaba un nombre, entonces lo llamé Abel, pues supongo que si a mí me pudieron llamar Adan, yo le puedo poner abel ¿no? me dije a mí mismo.

En la tarde el animalito tenía como sed, me lo llevé a la fuente y nos pusimos a tomar agua, había algo raro, siempre que me hacía en la fuente, miraba para todos lados, cualquier ataque es la vida. Pero yo bebía y bebía sin miedo, era raro, yo ya no estaba solo, estaba con Abel y era raro, ahora sólo lo miraba a él.

Fuimos a una tienda a pedir comida y para curiosidad de algunos, nos dieron un helado, creo que Abel me estaba trayendo buena suerte.

-Chóquelas Abel.
-Guef.

En eso si no es por nada, pero me cersioré de que nadie nos viera, me daría pena que me vieran comiendo helado con Abel como si fuéramos novios.

Caída la tarde, se me anocheció, todo por culpa del perrito, pero qué cosas, justo me encontré con unos policías. Me manosearon de arriba abajo, esta vez no puse resistencia, pero estos sujetos deslizaron su mirada hasta él; en ese momento sentí que un escalofrío recorría el sendero de mi columna y sentí ansiedad. Cogieron al perrito, lo miraron y se rieron. Me preguntaron si me lo había robado, yo les dije que no de forma muy agresiva, a lo que respondieron si sigue así se lo quitamos. En ese instante, no sé qué me dio, pero comencé a avalanzarme sobre los sujetos, pero estos me detenían, me golpearon varias veces, y de la desesperación se me salieron las lágrimas que salen de la rabia y les dije algo que nunca pensé que diría: todo menos Abel. El perrito intetaba morderles el pantalón, pero era chico. Lo botaron y le pegaron un patadón. En ese momento, no soporté más, recogí a mi amigo a una piedra amiga y la lancé al cuerpo de estos. Salí corriendo, con lágrimas en el rostro, lágrimas que limpiaban mi mirada, lágrimas que limpiaban la tierra, el pasado, lágrimas que no miraban hacia atrás, lágrimas que limpiaban toda la ciudad. Él tenía los ojitos medio cerrados, yo no lo iba a dejar irse, y corría como nunca había corrido, más rápido que un ladrón para llevarlo donde alguien que lo pudiera curar. Llegué a una veterinaria, muy amables los señores me atendieron, no me preguntaron si tenía dinero, sólo me dijheron algo que me sonó medio feo, me dijeron que se debía quedar esta noche, que lo tenía que dejar para que le dieran lo necesario. Yo sé que el cachorro también estaba impaciente, pero le dije: una noche, y le guiñé el ojo.

La noche sin Abel, era algo solo y las estrellas, no sé si es que después de llorar uno ve mejor, o las estrellas estaban más claras. Mi papá cuando me acariciaba me decía que las estrellas eran un lenguaje secreto, lo cual esta noche entendía. Papá me ha faltado toda la vida y ahora me deja solo el animal, ojalá sea por esta noche.

Para no ponerme triste leía la notita, se había casi que desintegrado por el viento, pero quedaba algo: "sé que en el fondo estamos destinados a volvernos a encontrar... en algún lugar de la ciudad...", al dormir, me puse a llorar, la gente no llora, eso se me hace raro, me voy dando cuenta que en un mundo como el nuestro, llorar debería ser cosa de todos los días. Lloré mucho, lloré como nunca y dije tantas veces como pude "Papá" y tantas otras "Abel".

Ansioso bien tempranito me levanté. Me fui despacito a la veterinaria, quería saber si mi amigo estaba bien. Sin querer me tropecé con el andén, vi a una señora con un sombrero muy grande. Eso sería lo primero que le compraría si estaba bien. Pero como la posibilidad de que le hubiera pasado algo grave, para mí era un imposible, decidí entonces comprarle un tamaño muy grande, le compraría un sombrero tan grande como su mirada. El problema es el dinero, creo que un colega le decía "cash" y se reía. Me puse a hacer cara de (no volveré a decir nunca perrito regañado) humano regañado y la gente ayudaba. Igual, no me alcanzó para uno bien bonito, entonces compre todo el papel bonito que pude, y le hice un gorrito de papel. No me quedó como a las personas que hacen ropa, pero bueno, como dicen en los cumpleaños. Lo que importa es el detalle.

Entré a la veterinaria, tenía miedo y las manos me sudaban, le pregunté al señor que ¿cómo había seguido? a lo cuál me respondió con una mirada que acusaba, pues está... está... estable. Pero desnutrido. Respiré, no es que me alegre de verlo desnutrido, pero sé que no está muerto.
Me di cuenta que debía hacer algo por los dos, no podía tenerlo viviendo en mis condiciones,ya era hora de que yo cambiara de vida y él también.

martes, 15 de septiembre de 2009

La verdadera vida

Y comprendiendo la mariposa que el capullo ahora era incómodo, partió a volar y volando fue feliz.

martes, 8 de septiembre de 2009

Cuando se te rompan las alas

Llegará, tal vez sí, tal vez no. Un día en donde la sonrisa se vaya desvaneciendo, y cada vez más gris resuene en tu memoria todo lo que has hecho y lo poco que has conseguido, todo lo que has vivido, lo insignificante de sufrir y tantas desgracias que han cargado los pobres hombros de tu alma.

Llegará el día en el que el resonar del cielo ya no sean truenos, sino tus alas, aquellas blanquecinas que decoraban el cielo y constelaban con el aire, esas mismas, se habrán roto. Pedacito por pedacito irán cayendo, pluma tras pluma, con la misma levedad del desvanecimiento de la esperanza. Una vez te acostumbres a tu desgracia, la luz en tus ojitos se irá esfumando, y tus pupilas se difuminarán en la cotidianidad, en el destino, tal vez en la corriente.

Para ese día no quedará ni siquiera un poquito, ni siquiera una pequeña gota de esperanza y la memoria será aliada de tu odio y resentimiento, estarás tan enfermo de frustración que hasta tu cuerpo te contará historias de terror.

Si eres de los que cae con dignidad, intentarás levantarte, procurando no manchar las huellas con el honor perdido, procurando no llenar de aromas putrefactos el aire que respiras. Ya es tarde, el aire que respiras, está lleno de hondos suspiros que dolieron hasta el alma, que dolieron hasta la fibra más diminuta de tu esencia.

La luz será parte de la fantasía infantil y querrás recordar en el mundo de los juegos, recogiendo los retazos del niño que fuiste. Poco a poco y sin dudar, cada vez más colérica la senda, sentirás un vacío, un vacío sin desesperación, un vacío, aderezo de la soledad y el mitigar una vida entera.

Después de haber gritado, llorado, después de haber matado a Dios y desprestigiado el canto de los pájaros, de haber tomado los restos de las alas y haberlos dispersado por el tacto ligero de las nubes, querrás tener un lugar donde sentarte, tan sólo un lugar donde yacer tranquilo, donde morir en paz.

No nos mientas, ni te mientas, no me mientas... no existe tal lugar.

Para ese entonces comprenderás, que ese lugar existe en tu interior, y que no hay mayor vuelo de libertad que tu esencia. Cuando hayas comprendido que al retornar en una espiral vertiginosa a tu ser, lo único que queda es lo esencial, siéntate en algún lugar y cuéntame como te fue volando de otra manera.

Mereces ser feliz.

martes, 1 de septiembre de 2009

Un día el alma susurra, y escuchas el sonido. Te toma de espaldas, y no se apaga la luz. Porque la luz que surge del corazón, nunca se apaga...

lunes, 24 de agosto de 2009

Recorrido.

Caminando entre dunas el hombre levanta la cabeza y encuentra sus sombras,
desdibuja su cabello absorto devora las entrañas,
absorto incrusta su pasado.

¿Todo para qué? decía la madrugada, decía el sol en la mañana... ¿para qué?... contarse a uno mismo viene cargado de miles de universos, cargado de compasión y paraísos secos, llenos muchas veces de dolor. Todo... todo... ¿todo para qué?...

El mundo humano recorre bosques grises, de presiones, de dolores, de ojos tristes.
Simbiosis tan absurda, tan triste, tan vencida, cual ángel perdido que recorre la ciudad.
Los carros avanzan, la gente hace silencio, todo se ve tan serio, tan adulto, tan real... que da miedo. Da miedo vivir entre humanos, asusta sonreir, asusta existir, asusta el color, escondiendo la cabeza lentamente se encuentras los restos del deseado, de quien fuiste, de quien aparentaste ser. Buscando certezas, buscando refugios en un mundo que cambia como una centrífuga celosa de lo que la circunda. Callar a veces no tiene sentido, callar a veces es llorar en silencio, es perder la esperanza, es cortar las arterias, es silenciar el alma, los gritos, los susurros, las historias con las que ha quedado marcada el alba, las paredes, el amanecer en lugares solitarios, el atardecer en rincones desconocidos de ladrillo.

Comprender que estoy vivo, entender que a veces me muero y que tengo tres opciones dos en realidad, estar muerto en vida, vivir simplemente, o vivir en otro plano.

Mi caminante del desierto, el oasis está cerca.

jueves, 20 de agosto de 2009

A Vicky

Nunca pensaría que le escribiría a Vicky. Al comienzo no te valoré mucho, no te lo negaré, para mí sólo eras un canal, eras un medio, para mí, eras ese rincón enigmático que todos guardamos para plantar una flor y dejarla crecer. Créeme me cuesta hacer esta carta, y requiere mucho esfuerzo plasmarla. Tú, no eras más que una anciana, que tal vez nació en mis eternas tardes de magia, de mi mundo secreto. Comencé a explorar contigo, el abrir la cajita de sueños al mundo, un mundo que como me has hecho ver necesita mucho del agua de la magia, de la dulzura, del corazón, de las emociones, de la sinceridad... todos parecen valores muy simples, es más parecen eso valores, que generalmente son aburridos, quietos y poco sinceros.

Al comienzo, pensé que serías sólo mi instrumento, y como un dios, puse muchas sendas, la diferencia, es que a pesar de ser un dios, tú y yo caminábamos juntos sin mentirnos, tal vez me era fácil pensar que yo quedaría en un estado intacto con o sin ti, que serías tú la única que dependería de mí, poco a poco, fui entendiendo que no naciste esa tarde. Comprendí que llegaste como el principito, la diferencia es que llegaste, para nunca irte.

Que bonito es descubrir que somos ignorantes ante lo genuino de la realidad, porque algo que he aprendido conmigo, con Vicky, es que la fantasía nunca podrá igualar en magia a la realidad. Ahora siento que en este nuevo mundo, tú y yo caminamos, pero me comienzas a levantar con la fuerza, esa extraña fuerza que provoca a los más incautos.

Me has enseñado algo de realeza, de majestuosidad, me has enseñado de los corazones de león y las verdaderas coronas. Porque un verdadero rey, siente como el más débil de sus mendigos, un verdadero rey suele ser anónimo, un verdadero rey tal vez no tiene certezas... tal vez su única certeza es su corazón.

Los reyes no necesitan castillo, su entorno siempre será un castillo.

Me has enseñado a caminar al retornorno a fluir con las hojas, mi querida Vicky, sabes que es absurdo escrbiri de primera a segunda persona en este caso, pero en esta época en la que he vuelto a llorar, a querer escapar, tal vez estás tú ahí, sin más, diciendome que me equivoqué de mundo. Sólo en tu sueño podré retornar a mi hogar, y cogidos de la mano como un sólo ser retornaremos, siendo tú y yo el retorno.

Gracias... no puedo decir más.

lunes, 3 de agosto de 2009

Flores rojas

Hojas de otoño caían, pero ella se sostenía... las demás hojas en la danza el viento caían, caían con el sonido de la tarde, de la mañana, del sol... con el sonido del solsisticio de verano. Ni siquiera el propio árbol entendía porque susodicha hoja se negaba a caer a su libertad. Libertad que las demás hojas anhelaban desde su verdor.

Los hecho sucedieron así, pobre hojita, la primavera anterior se abrió al mundo sin miedos, de color verde para sentir a sangre de la vida, para ser las manos de la tierra. Las flores crecían, todo estaba lleno de color, de felicidad, todo parecía tan perfecto, que era imposible adjudicarle algún adjetivo conocido. Los niños jugaban en el río, y ella era una hoja, sólo eso, una hoja verde, única y valiosa, única y feliz.

Una mañana cuando la hoja levantó su atención, se dio cuenta que ya no había tantas mariposas, tantos picaflores, los niños ya no jugaban y lo hoja se entristeció. Buscó miles de respuestas y el árbol le contestó: lo han dicho muchos y te lo digo hoy, como es día es noche, como es arriba es abajo, como es adentro es afuera y como es muerte es vida.

La hoja cayó en un estado de profunda melancolía, sus lagrimitas hicieron preocupar a las raices, de repente, como en el mundo de las raices los rumores corren rapidamente, un puntico diminuto comenzó a elevarse, tan rojo como la primavera, tan rojo como el atardecer con un zumbido que recordaba las risas de los niños, se posó justo en la hojita.

-¿Por qué lloras?-dijo el puntico.
-¿quien eres?- preguntó la hojita.
-soy una mariquita...-
-una mariquita, nunca había oído mencionar tu nombre-
-verás las mariquitas somos diminutas, no tan populares como las majestuosas abjeas, como las guerreras hormigas, pero sé que lloras porque se acabó la primavera, entonces te quiero proponer un trato.-
-¿un trato? a ver dime rápido de ¿qué se trata?-
-puedo mantener la primavera para ti...-
-ehhh ¿cómo?-
-mira mi color conmigo no te olvidarás de los atardeceres, de las flores silvestres, conmigo a tu lado no olvidarás la sensación de vergüenza y sobretodo no olvidarás el amor-
La hoja supo en ese instante que bajo cualquier circunstancia debía aceptar.

-A cambio tú mi querida hoja, debes no caer-
-¿me voy a caer?-
-llegará el momento en el que yo duerma sobre tu piel, para despertar de nuevo, pare recordarte la primavera, pero para ello no deberás caer, porque si caes no podré despertar y engendrare´el sueño eterno-

Muy apresurada la hojita aceptó sin saber lo que significaría tal afirmación. Cada día que pasaba era más feliz la hoja, por alguna razón no tan fresca ni tan suave, pero tan feliz esperaba que su puntico rojo se posara a abrir sus alas y contarle algún cuento de hadas.

Mientras tanto el tiempo pasó, y el tiempo... el tiempo a veces se lleva consigo lo que desea tomar.

Aquella tarde la mariquita cansada le dijo: es hora de dormir. Cayó en sueño profundo, un sueño tan transversal que hasta las sirenas con su música se impresionarían de tal sueño.

La hojita esperó segura, pero con el tiempo se comenzó a volver roja, muy roja, tan roja qu ya no se distinguía de la mariquita, al comienzo sonrió. Pero subitamente entristeció cuando una de sus hermanas comenzó a caer, tendida en el piso dijo: destino, otra hojita cayó y dijo: ciclo... fueron cayendo antes de caer por completo escuchó la voz de una de sus hermanas más cercanas, fue más bien un susurro: amor...

La hoja en vez de sentirse fuerte, se conmocionó tanto que cayó al piso, con la tortura de haber dejado morir a su compañera.

En la tierra ambas murieron, pero sin querer un día asomó la mirada, y se dio cuenta que ahora era roja, sin ser otoño, ella era roja.

Escuchó la voz de mariquita-hola-
la hoja sólo pudo resistirse, resistirse a creerlo...
y mariquita sólo le dijo, la muerte sólo une lo que siempre ha estado unido. El otoño los devolvió a la tierra, pero la primavera, los retorno a soñar. A vivir...


sábado, 1 de agosto de 2009

El camino del...

Cuando no te queda esperanza, cuando la vida hace los caminos cortos, cuando los cuentos de terror se vuelven profecía, cuando lo presientes, cuando tu corazón de cristal se rompe...

En esa ocasión cualquiera que viera vería a un niño mirando las nubes, nadie sabría que pasaba, ni siquiera estas palabras entenderían.

Y es hay historias que no se cuentan, que están al tacto, a un metro de distancia, que están en las paredes en los zapatos, que están en los caminos, que están en el aire, contaminado o no pero al fin y al cabo aire. Hay historias que no se preguntan, hay historias que se lloran con cobijas, hay historias donde se susurra, hay historias donde hay sueños, hay lágrimas que son verdaderas y hay gente que siente de verdad... parece que todos.

Esa tensión de vivir, esa locura que acompaña la frustración, la misma locura que acompaña a los fracasados, a los héroes, a los santos, a los atardeceres.

La vida, vida, vida y duele el corazón cuando dices esta palabra y simplemente callas, vida... duele tanto vivir. Duele sentir. Duele creer... pero que bien se siente, se siente tan bien a veces que en la mañanas frescas en las tardes tranquilas, acompañadas de una sonrisa reivindican tantos desastres.

El cansancio, y esa lucecita que como hada madrina, esa lucecita que te saca de tu espanto, que mientras lloras de fatiga en medio del bosque de la vida con una nota grave seduce tu escepticismo, seduce tus sentidos, y guía a un ciego... un ciego pastor que guía los pensamientos a través del aire, del mismo que devoró el tiempo, áquel que se llevó tantos suspiros, de repente miramos a nuestro alrededor y también hay historias, de odio, de amor, de lo que sea... al fin y al cabo historias, seres que existen que deambulan por las experiencias deslizándose en la vida, comiendo sus palabras, seres que escuchan, seres que tocan, seres simplemente viviendo.

De nuevo la locura, guía fiel del perdido... de nuevo el espanto, acompañante del destrozado, se devuelven a la tierra, se clavan hasta el alma, y susrran nuevos caminos. Caminos arrogantos, unos tantos prometedores, caminos, caminos que no terminan, interminables en sí mismos.

La luz se apaga, y el mismo ser que miraba a las nubes se apaga, ese suspenso que acompaña as malas noticias toma el estómago lo apuñala, lo devora, para luego dejarlo agonizar, agonizar un buen rato, para algunos les toma una vida. Pero hay esperanza... y en ella... por qué? por qué? algo de alegría... la vida y la muerte no se han dado cuenta que la ilusión les ganó la partida tanto que les da una eternidad de ventaja.

Ventaja, ventajas le has dado al cielo, para rendirte, hoy no, hoy no, sería algo impropio, no te levantarás, no caminarás, no hablarás, no escucharás, no sentirás, hoy te ahogarás en un tunel al fondo de este planeta llamado yo, lleno de dudas, lleno de certezas, que no son más que dudas.

La miel recorre cada grano de existencia, las huellas se llenan de neón, cada día te metes en lo más profundo de este aceite oscuro llamado decepción, no lo digas, sé que a veces duele el presente, duele un presente pasado, duele recordar, duele no hacerlo, duele llorar, duele no hacerlo, duele secarse, duele más no intentarlo, duele caer como hoja de otoño, pero duele más ser peremne.

Hoy las hojas caerán, hoy anochecerá, hoy habrá muerte, hoy habrá decepción. Ilusión sorprendida intentará ofrecerte todo, pero se acabó el mar está seco, seco porque alguien lo ha bebido para poder llorar, para poder volar... para poder con la dignidad del sacrificado, con la dignidad del sucio fuego que asota las calderas del alma.

Llamarán a tu puerta, el sabio y el mendigo, abrirá tu sombra, tal vez un relejo, tal vez un recuerdo ajeno. Abrirán la puerta quienes eras y nunca supiste ser... abrirán la puerta con benia llena de soledad y tristeza... como pavos reales entrarán todas las cosas de tu vida. Envolverán la habitación, y la mancha negra que eres se desplazará lejos, muy lejos, a un lugar llamado cercanía y en volúmenes de enciclopedia coserás tu nombre, reemplazarás la nada, y egoísta el todo sin comprenderte enviará jurados.

Todo está perdido, ni siquiera la muerte supera esto.

Llega la pequeña lucecita, con su nota grave... muy grave, merodeando por ahí, pareciera que somos su habitat... merodeando siempre. Contienes la respiración y no sabes, no entiendes... si traicionar lo que ahora eres... o de nuevo seguir...

domingo, 26 de julio de 2009

Mi cama y yo...

Cuando era menor, pensaba que las camas por la noche volaban, a pesar de que sospechaba que no era cierto, me gustaba imaginar que algún día en medio de la noche me levantaría y estaría enfrentando al viento nocturno. Con muchas camas a mi alrededor.



Anoche no podía dormir bien, de modo que siguiendo los consejos de la piedra esmeralda, esta noche dormiría hacia al sur. Hay una hermosa estrella que se asoma por mi ventana, creo que es venus, la vi más pequeña, entonces creo que sí, porque venus dicen que tiene faces como la luna.



Mi cama a la que ahora la miro con cierta suspicacia, ha guardado muchos secretos míos, la mayoría de ellos, parte de mis sueños, de lo que en algún momento de la vida he querido, a veces mi cama se entristece y sabe que la historia se repetirá de eso yo ya no me preocupo, pues parte de esa repetición es que mi cama estará conmigo por un buen tiempo.



Recuerdo que una vez, suspiré profundamente y me lancé hacia ella, mirando el techo sabía bien que estaba pasando (o eso creía) a veces el sol de la tarde pega en su costado.



Mi cama ha guardado mi imaginación...



Poco a poco, con el tiempo he dejado de creer en su capacidad de volar, pero quien sabe, tal vez algún día me sorprenda suspendida en el espacio aéreo de la ciudad, quizás algún día cuando decida volver a soñar, a dejarme llevar por ella, por ella y nada más, quizás en ese momento podré volver a volar.



Hay quienes ven en las camas un significado sexual, yo creo que más que eso, son la guarida de los sueños, de las lágrimas, de los soliloquios, de los insomnios y por qué no de la alegría... me tomará tiempo para volver a decir te quiero cama, pero estoy seguro un día lo volveré a hacer.

jueves, 16 de julio de 2009

...quizás a Dios no lo puedas probar, en cambio el amor no necesita probar nada, su sóla existencia ya lo ha probado todo...

lunes, 13 de julio de 2009

Teléfono

que triste... lo cruel que puedo llegar a ser por orgullo, lo que oculta este orgullo... cuanto me odio a veces...

Me dolió tanto colgar el teléfono, en realidad ni sé por qué lo hice, me dolió mucho, me dolió más que volvieras a llamar, me dolió la humildad con la que te querías reivindicar, y me duele más que intente encontrar motivos para excusar mi actitud.

La verdad quería decirte que no importaba, dejar que todo continuara igual, pero ¿sería eso lo que yo verdaderamente quería?, no lo sé pero me dolió mucho dejarte con la palabra en la boca, tratarte tan mal, y acabar una amistad de tantos años con un muchas gracias, ahora que recuerdo una vez tú la acabaste con una moneda de quinientos, pues no es por nada, pero de una u otra forma, es como si una parte de mi alma te estuviera devolviendo las cosas. Pero me duele, y me dolió mucho tener que hacerlo, más de esa manera tan ruín, pero hasta cierto punto siento que aguanté mucho, soporté demasiado, en parte sí, mi rabia estaba llena de sentimientos mezquinos tal vez porque a veces me es difícil reconocer la genialidad en otros seres, tal vez porque quizás aún no me convenso de que soy genial y único, quizás envidiaba que cada momento de tu vida lo vivieras con tanta sensibilidad e intensidad, que vivieras tu vida, que la apreciaras, quizás en el fondo te admiraba, quizás... mi vida se llena de quizás te das cuenta. Quizás tú eras el ser genial, y quería sacarte de mi panorama para no reconocer que te apreciaba, que te querí de verdad que te valoraba y que me lastiamaba mucho que me trataras tan mal, que me fastidiara que me dijeras mentiras, mentiras que yo hubiera querido decir, porque no las digo no porque aprecie la sinceridad, sino porque me da miedo no ser suficiente ante mí mismo, porque me duele tratarme mal, juzgarme y a demás tener motivos para eso, pero creeme que me duele, y me tocó retener las lágrimas mientras te decía eso y fingir un tono de tranquilidad. ¿De qué me sirve decírtelo por acá?, ¿qué busco escribiendo?, exorcizar, que concepto más absurdo cuando debería ser la realidad la que exorcise las letras... bueno sólo sé que hay un gran sentimiento hacia ti y es que te quiero mucho y que te quiero perdonar, pero por alguna razón me vengo cansando de la gente que me trata mal, y es como si pusieras en una balanza el amor propio por el amor ajeno, antes el resultado hubiera sido previsible, pero ahora apesar de mi dolor dije adiós, y me duele mucho, es más creo que ni te lo mereces, pero bueno ¿qué más puedo hacer?, lo sé, lo sé, puedo hacer muchas cosas, pero estoy tan dolido que llorar ahorita me dolería aún más, lo lamento tanto, no te lo merecías... cuanto lo siento, cuanto siento cargarte mis problemas y mis traumas mis complejos de edipo de mentiras, cuanto lamento haberte tratado así, tómalo como una venganza, pero me duele. Me duele tanto que todo el in de semana estuve pensando en eso, quería que repercutiera en ti y sufrieras, pero sabes, te convertiste en mi amigo y curiosamente en contra de todo pronóstico, me dolió mucho o quien sabe más que a ti...

lo siento, espero que la vida me perdone, y te de todo lo que sueñes querido amigo, no sé si decir adiós fue lo mejor, pero espero que tu vida si sea la mejor como la de todos los seres que amo, te quiero muchísimo

domingo, 12 de julio de 2009

Yo soñé atardeceres, soñé amores. No imaginas cuantos soles heridos soñé destilando el rojo en las nubes, cuando moho en el cielo imaginé con la caída del sol, soñé de veras que lo hice.

Cosí alas para no sufrir con el suelo a veces pesado y agreste, las cosí con mis sueños rotos, con mis deseos.

Ahora que me ves caminando por la calle, ves a un personaje que en vez de ojos tiene botones, y ves mi rebelde cabello jugando con el viento, enamorándose de una fantasía, de un reloj...

No imaginas lo que este cabello color azabache ha tenido que recorrer. Esquinas que hice mías, a las que le puse experiencias mías para que no me olvidaran, para que las alcantarillas lloraran mi nombre, para que los robles atardecieran con mis pupilas. Para que los ojos color miel de los girasoles declinaran ante mis penas, me volví un dictador de emociones... llené de papeles viejos mi boca para poder soportar la soledad, avidrié mis ojos con retratos y vitrales eclesiásticos.

Puse formol a cada rincón de mi memoria para poder invocar a mis muertos, para hacer mitología con cada uno de los seres que me abandonó, hice de mí mismo una escultura de papel, para que cuando lloviera todo el piso llorara mi pena, llorara mi ser, para que los restos quedaran chorreados por charcos dignos de poemas eternos, charcos que en medio de ese gris muerte son capaces de reflejar el cielo y creer con amaneceres mortales.

Comencé a caminar recto, para no perderme en un mundo que abre la boca para devorarme, para hacerme etiqueta de sus células, un mundo que devora en bares y casas de la cultura.

Cuando sigas mis pasos, llenos de cuarzos y de símbolos extraños para ser un poco más feliz, mis memorias de niño delfín. Recuerdos con acercamientos ajenos, de una cámara ajena, con personajes terciarios que baticinan entre el odio y el estupor.

Hoy mi corazón ha cedido, y ha dejado que la vida crezca, las plantas crecen, mientras los suicidas diluvian de grandes monumentos a la sociedad, mientras yo diluvio entre pensamientos, tronantes y poco lógicos, pensamientos indignos de un botón de oro, de una rosa silvetre, pensamientos indignos del aroma de un manzano, de la sonrisa de un niño...

Los hombros se me han vuelto de piedra, y el mundo mi cabeza pesa, pesa mucho, tanto que se me tuerce y retuerce, como lámpara de lava caé en colores halógenos mientras la hierba lo disocia.

Estoy solo eso bien lo sé, estoy muy solo, soy un desconocido en un cuerpo conocido, un foráneo que pretende disfrazar con piel lo que construyó con huesos, un foráneo de siglos desconocidos, de viajes astrales de un ciego. Soy foráneo de caricias, de besos y de halagos. Personaje de cuento de hadas con sombrero de hongo, con sombrero de hongo negro, soy quizás o tal vez el que piensa en sí mismo, perfectamente calcinaría metal para erigir en el mundo un monumento a mi grandeza, grandeza que esconde mi falta de autoestima, mi rencor, mi envidia, mis celos, mis inseguridades, mi miedo a no ser suficiente... que esconde experiencias de la niñez que esconde peluches y profesores que odio, profesores que mi lado más oscuro apuñalaría sólo con la mirada, muñecos budú etiquetados en facebook, máquinas de contestar en msn...

Todo esto para decir que simplemente estoy triste, que cada vez que la vida avanza me saca las entrañas y las pone a secar, para luego cuando estén por dentro, con trocidos de cristal incrustados, tomar mucha agua para llorar y sacar volando las desgracias de los eternos veranos europeos, de las eternas primaveras tropicales, de los susurros cetáceos, de las miradas marítimas, de los sueños montañeros, de las águilas polares, para decir... que estoy muy triste y necesito que me abracen que me digan que no debo tener miedo, que me cuiden como a un niño pra que nada me pase, necesito un Dios que cuide el cosmos, necesito un guardian inter espacial, necesito saber que de nuevo como en la memoria lactante tal vez todo está bien y mirar a las estrellas no sea más que cuestión de suerte y casualidad, donde la luna se encante en velos santos y de nuevo me haga llorar y pensar que todo está bien...

Amor...

sábado, 11 de julio de 2009

Los amigos invisibles.

Es cierto que cuando dos personas se llevan mal, es porque ambos lo han decidido así en algún nivel de su ser.

Pero últimamente lo que siento es cansancio, es como cuando vas a entrar a una nueva era y todos los viejos hábitos quieren continuar, pero se les olvida algo, que tú ya no eres igual.

Lo triste es que esto se le olvide a los que con orgullo se autodenominan amigos, que quieren seguir yendo por la vida con sus hábitos. Y lo peor quieren que los compartas.

No sé si tengo algo de rareza, o simplemente soy un ser extraño, antisocial, o con problemas mentales.

Pero las relaciones de cualquier tipo con seres humanos siempre han sido muy complicadas para mí, de pronto por eso porque les es imposible entenderme, o porque simplemente soy muy difícil de tratar y el corazón se me ha ido cerrando al punto de no soportar más, no soportar más de nadie; he aprendido que el sacrifico, como tal la palabra significaba sacralizar. Para mí cosas como soportar, aguantar, tolerar etc, son definiciones de un estado de resignación. Creo que cuando Jesucristo cargó su cruz, no lo hizo por sacrifico, lo hizo porque era muy inteligente y quería cumplir citas con varias cosas a través de sus contemporaneos. La teoría la confirmé cuando me tendí en el piso en forma de cruz e imaginé la multitud oyende del discurso de la sangre; al contrario de lo que la mayoría pensaría dejé de sentir tanta compasión por su condición, al hacer esto me entró una sensación de paz, de unidad, de conexión. Creo que si algo sintió este hombre fue una profunda conexión con cada uno de aquellos que lo rodeaban, con el cielo, con el viento, con la humedad y consigo mismo.

Bien simplemente me comienzo a dar cuenta que mi camino, al contrario de lo que algún día pensé debe ser un camino ermitaño, simplemente me ha comenzado a aburrir la imagen de un amor ideal, aquella imagen que antes me hacía suspirar y lanzarme a la cama con las manos en el pecho me dejó de agradar, aquella imagen y fantasías de una vida llena de elixires de almendras me dejó de gustar, quizás porque me he vuelto más autónomo, quizás porque me amo aún más.

Este camino de tristezas aguantadas y reprimidas, me comienza a cansar, y llevaré el teatro hasta donde mi paciencia lo permita, pero no lo puedo llevar muy lejos porque me voy a intoxicar. Intoxicar con un país que se desbarata por puro gusto, con la gente que cree que me puede botar sus problemas toda una vida, como sintiendo placer por el hecho de tenerlos. Ya no, esto se comienza a acabar y el aguador ya se dio cuenta que la campana comienza a sonar.

Me cansé de la manipulación emocional, de que pretendan hacerme sentir culpa, de que me usen y para colmo dependan de mí. Si tienes un hábito destructivo que incluya a alguien más, ten cuidado porque en el momento en el que evolucione, esa persona, tú o la vida tomarán decisiones. Y es que no es lo mismo ser guiado mientras uno esta ciego, a ser guiado cuando uno abre los ojos.

Y sí aunque sé que no es la mejor forma, me cansé, de intentar solucionarlo todo, de intentar solucionarme a mí, de cubrir mis grietas con telarañas, me canse de las personas que se quieren autodestruir y disfrutan devorando la compasión ajena y sobretodo me cansé de mí, me cansé de tener el corazón tan cerrado, de esperar abrazos, de esperar en una silla, de pretender ser normal, de pretender encajar, de pretender entender a unos seres que viven para morir, me cansé... sobre todo me cansé, de no pertenecer a esta realidad e intentar hacerlo.

Por eso, y quizás sea lo mejor, me entrego a los amigos invisibles, de pronto cuando tenemos la posibilidad de verlos, y somos los pocos o los únicos que lo hacen es porque tal vez, son eso nuestros "amigos", son los amigos que soplan suavemente en la nuca mientras atardece, son los amigos que mientras tienes los ojos entreabiertos te sonrien y al parpadear parecen esfumase, son los amigos que cuando cierras los ojos en la cama te observan aún parados, son aquellos los mismos que como decía mi profesor de gramática: están al otro lado del silencio.

"que hay amigos al otro lado del silencio"

domingo, 21 de junio de 2009

Papá

Si tan sólo lo dijeras, lo viera de tus labios salir, lo sientiera llegar a mi piel, penetrar mis oidos.

Tan sólo dos palabras creo que serían capaces de borrar el dolor y los rincones oscuros que creamos, los maltratos las lágrimas, el ser en que te convertiste.

Dos palabras harían que volviera a pensar que eres el más fuerte, el más inteligente, el que nunca está frio...

quizás sin que te lo pidiera, si tan sólo dijeras TE AMO ambos seríamos libres.

martes, 16 de junio de 2009

Carta a mi niñ@ interior

He notado que a veces en la tarde piensas mirando hacia las nubes como si te desaparecieras,
ya sé, ya lo sé, has aprendido esa palabra... has aprendido la palabra costumbre, disciplina y otras tantas que torturan tu mentecita.

Miro a través de tus ojos veo sujetos que caminan como fantasmas de aquí para allá, hablan de trabajo y cuando reclamas tiempo eres un manipulador, también sé que las cosas se ven muy extrañas, hace unos cuantos años que viniste a este planeta de ese mar espeso tierno y maternal, sin embargo te exigen demasiado, eso debe asustarte mucho.

Eres alguien que recuerda lullabies, alguien que le interesa saber qué siente un árbol, alguien que intenta cantar como pajarito, alguien que por suerte todavía tiene mala educación, alguien que duerme con dos personas a las cuales les profeza el más profundo amor.

Si tu papá es algo duro, te he de decir no todos los hombres son como él, ni tienes que dejarte llevar por la sed de su vida, después de todo hace tanto que dejó de ser niño que le es difícil entenderte, después de todo le pagan por entender a su jefe.

A veces la ciudad te asusta, a veces hay cosas que ves por la TV que te impactan y te dan tristeza lo sé. Y no me tienes que decir mentiras, sé que estás enamorad@ de tu mamá o de tu papá por eso arrancas flores y se las das.

Yo también lloré en un rincón, también le tuve miedo a la oscuridad, y aquí entre nos todavía le tengo miedo a la gente.

He visto que tus papás quieren que te relaciones con otros niños sin embargo quieren que olvides a tus actuales amigos, ¿es tan difícil entenderte?, he visto que meten duendes y hadas en vasos de cristal, que te quitan muñecas y carritos porque son muy viejos. Si supieran por cuanto multiplican la edad de tus jueguetes. Inventan fantasías que no puedes ver, y llaman a lo que ves fantasía, es absurdo la decepción que tienes que asumir en navidad, sin embargo les importa poco o nada decirte, los duendes, las hadas... etc son tu imaginación... sin embargo te ponen monstruos religiosos ansiosos por espiar tu intimidad y dar una opinión sobre tus acciones.

Si eres hombre aunque se supone se ha superado el machismo, todvía esos vestijios de la triste caballerosidad, si eres niña digámoslo así la escoba intentarán regalartela, a pesar de que barrer no sea más que un juego hoy.

Sé que cuando miras fijamente te sonríen, inclusive los más inescrupulosos.

Pero yo tengo algo para ti, te vendo un mundo de sueños, de duendes y hadas, si quieres con príncipe o princesa incluido, sin monstruos, sólo con amigos en particular, te vendo una noche maternal, te doy la oportunidad de que sean tus muñecos los que decidan si se quedan o se van... sé que el mundo parece increiblemente distinto, pero creeme hay magia, sólo hay que ver con atención, si pones cuidado y te lanzas en la hierba, verás en el cielo después de un tiempo colores. ¿Por qué estudiar? si eres tú quien me debe enseñar a vivir la vida...

Vámonos en una barca a donde no lleguen los ruidos de la paranoía y juguemos hasta cansarnos, dejemos que la tarde caliente y acaricie nuestros cabellos, miremos el cielo escuchando la sinfonía de las aves, fuguémonos mirando mucho atrás para por un momento sonreir. Fuguemonos, sin chistar, volemos, los ángeles existen y murmuran como dicen...

Que lo que para mí sea un sueño para ti sea una opción...

jueves, 11 de junio de 2009

Momentos

Azules en mi cabeza,
erizos rodean mi caminar los zapatos me tallan
el corazón cansado se endereza.

Montañas desde montañas,
siempre te veo corriendo de aquí para allá,
con esa mirada que necesita cortar las marañas.

Oremos juntos,
cortémonos la frente
escupamos pensamientos difuntos.

Caminas como si caminaras,
vives como si vivieras
hablas de ti
y caminas...

Sigues el camino desde que saltaste por la ventana,
caiste justo en la madrugada
pensaste que sería suficiente una lantana
pero te negaron el amor de madre, pareces flor ahogada.

En estrellas lejanas quizás estamos viendo,
sin correr, sin acelerarse sólo contemplando
esta gran ciudad que nos ha visto caminar
que nos ha visto llorar.

Llorar, llorar, sé que lo haces a escondidas,
escondes tu dolor
cimentas tu pasado
y no te queda más que sonreirle a las estrellas para que estén bien servidas.

Eres un suprehéroe de tu vida,
aquella noche tomado me dijiste que eras una porquería
yo agradezco haberte conocido
y agradezco poder sentir que tal vez soy la amistad, tu ser requería.

La tarde cae en nuestras cabezas,
recordando llamadas por teléfono
atravesando en otros tiempos algún semáforo.

Reir hasta estallar de la risa,
burlarnos de nuestra vida
destruyendo el mundo que crearon para nosotros
arruinando la vida nuestra que al final es de otros.

Recuerdo que no te sentías hermoso,
cual secreto silencioso,
Recuerdo que no te sentías feliz,
bueno digamos que como una perdiz(jajajaja).

A veces te dabas cuenta de las bombas que alojaba en mi corazón,
y lamento si a veces no he sido incondicional
a veces espero mucho de los que viven fuera de mi caparazón

Pero continua guerrerito,
nunca te rindas la vida continua
el amor toda tristeza la atenua,
algún día dejaremos de ser los que envidien vidas
pasando a ser por la vida envidiados,
volaremos a lugares que el intelecto no conoce,
nuestras historias serán anillos en un árbol de aire,
las entrañas se llenarán de vacío, de mucho vacío,
tanto vacío que no cabrá nada;
no lloraremos, no recordaremos.
Seremos tiempo, seremos luz,
seremos galaxias, verdes pastos,
seremos la luz, seremos la verdad.

Y en especial tú, quiero que sepas que eres genial.

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No olvides tres cosas.

Eres el amor
Eres por y para la alegría.
Eres verdadero.

"VOLTEANDO SANTOS EN EL MAR, VOLTEANDSE COMO UNA CANCION DE CUNA ENFERMIZA, BROMEANDO CON TU EXCUSA ,PERO ES SOLO EL PRECIO QUE PAGO, EL DESTINO, ME ESTA LLAMANDO, ABRE TUS OJOS ANSIOSOS PORQUE SOY EL SR. LADOBRILLANTE"


Para un amigo. LG

martes, 26 de mayo de 2009

Escondidas

¿Has sentido alguna vez la necesidad de perder la personalidad,vivir y ser algo completamente desconocido en fin trascendender?

Las relaciones que uno lleva en la vida por más dulces que sean a veces toman un tinte común, o por lo menos las amistades. Porque hay amores que aunque cotidianos son tan intensos que declinan en la tarde como un atardecer para seguir alumbrando. Amo la noche, pero hasta ahorita me doy cuento que estoy en ella.

Es como si en tu niñez te hubieran dado un mapa, te hubieran llenado de afirmaciones que al pasar por varias estaciones, derrotando muchas ventiscas, tendrías que llevar acabo. Como un pulpo comienzas a tejer muchas cosas, cosas a veces tan ilógicas como, eres hombre, eres mujer, eres alto, eres gay, eres humano.

Llega un momento en que la única certeza que tienes es tus dudas, y te cansas, te cansas de la luz y de la oscuridad, ambas cosas ni malas ni buenas, son conceptos muy parciales de la realidad.

En el claroscuro, ya ni siquiera tu intelecto tiene pie.

Necesitas tantas cosas... en fin... tantas cosas para llenar esos espacios que te enseñaron a negar.

Tu día nada más lo llenas con miles de cosas para poder volver a dormir... comienzas a caminar a respirar, cualquier cosa que hagas es común y le tienes respuesta. Pero a pesar de tenerle respuesta a todo comienzas a estar aburrido, te dijeron que ante esa situación bastaba con ser creativo, pero lo has intentado todo, no tienes respuesta, hay una parte de ti que perteenece a las estrellas y quiere volver.

Abres el msn lo primero que encuentras es la misma vida, la gente te hace las mismas acciones para que emitas las mismas reacciones. De repente estás congelado, algún niño cruel jugó estatuas pero nadie te desencantó de la piedra en que te has convertido.

Quieres que pase algo, pero eso ya es historia patria, has esperado toda tu vida que ocurra un milagro, has esperado príncipes y princesas, has esperado castillos y casas, has esperado soles y oscuridad, créeme lo has esperado todo... todo... hasta has esperado un redentor que te prometió felicidad. Luego creiste que tú serías redenter y te ves parado, frente a un espejo frunciendo el seño y mirando a ese ser.

Ni la poesía, ni el dulce, ni el amargo, ni el neutro, ni el ácido, ni siquiera lo salado pueden moverte fibra alguna. Mi querido insensible, estás aburrido...

Y volverás a dormir, diciendo que rompiste la rutina. Cuando tienes que romper contigo.

"DESENCANTADO."

sábado, 23 de mayo de 2009

domingo, 26 de abril de 2009

Amanece

Se había levantado de su cama, bueno no de su cama, era una cama tan ajena como la espalda que veía al descubierto. Si acaso recordaba su nombre, había recorrido cada rincón de ese cuerpo pero desconocía completamente el espíritu que yacía a su costado, se quedó mirando un instante su columna iluminada por la blanca luz matutina de la mañana.

Se bañó, mientras sentía como esas gotas caían sobre su somnoliento cuerpo, un cuerpo que ahora deseaba por sí mismo. Desde su adolescencia había hecho de su cuerpo un medio, un hobbie.

Miró cómo caían las gotas, lentamente, era como si el tiempo se quisiera detener, como si su corazón quisiera dejar de latir. Por un momento quiso llorar, pero se le había enseñado que los hombres no lloran. Recorrió su niñez en un abrir y cerrar de ojos, recorrió culumpios, parques de rodaderos de colores, mamás cariñosas, complejos de Edipo.

Era tanta su concentración que ya sentía los latidos de su corazón, podía escucharlos… la melodía de la vida, o de la muerte.

Salió a tomar el transporte público, y recordó justo ese instante, cuando se levantó de la cama. A su memoria arribó un cuadro, se llamaba “fragilidad”, el hombre del cuadro tenía treinta años más o menos. Y sintió que un vacío le recorría el estómago al darse cuenta que tenía treinta años, había tenido sexo como una bestia, había hecho llorar, había llorado, se había vengado pero nunca había sentido una sensación similar. Por primera vez se sintió de papel, frágil, sintió como si ese título se lo hubiesen dedicado a él.

Se dejó de bobadas, pues cada sensación para él era una bobada, por lo menos por los últimos 17 años.

Entró a la centrífuga roja y comenzó a diseccionar la ciudad, antes era suficiente con mirar al piso, o mirar la puerta. Pero ahora para él existían ventanas. El paisaje dejaba entre ver las coronas del sol, diversos tonos de azul, los seres que iban le parecían grises, despreciables, indignos del genio paisajístico de la mañana.

EL amanecer asomaba su rostro, y la luz dorada comenzaba a penetrar las montañas, los árboles, los pájaros, las nubes y ahora su propia vida. Se tapó su boca con la mano, después de reflexionar se la quitó, “parezco una mujer”, pensó.

Llegó a su estación, como los demás cuerpos con los que compartía espacio se bajó. Un anciano se le acercó lentamente, le preguntó: ¿cómo hago para llegar a esta estación?, él se quedó detallándolo, su rostro, su pálida piel, sus hermosos ojos índigo, su pastosa voz. Intentó sonreír y le dijo cómo llegar a lo que su desprevenido personaje respondió con una sonrisa tan frágil como una nube.

Ahora había dos sentimientos desesperación y miedo. Ese anciano era el símbolo de su situación.

Y de nuevo sintió que estaba desubicado, que lo había estado toda una vida y hasta ahora se daba cuenta. Veía familias en carros, niños que iban al colegio, pero él, ¿él a dónde iba?... sentía como si su posición actual sólo hubiera sido resultado de un río que lo arrastró por tres décadas a este espacio y a este sentimiento, del tiempo ni hablar era un factor que desde su adolescencia había perdido práctico para aplicar en clase de física.

Hablando de física, la ciudad tenía átomos, moléculas, compuestos químicos y lo tenía a él, un sujeto extraño, un espécimen que provenía de un río llamado destino.

Llevaba un vestido de paño que lo hacía ver como un diminuto cuervo ante la gigantesca panorámica del cielo.

Su celular sonó , de nuevo su director gruñendo porque no había llegado, con esa frialdad masculina, con esa seguridad que esconde un complejo, con esa bestia que esconde a un conejo.

Este hombre en otras oportunidades, se hubiera excusado y hubiera ido a su oficina, hubiera trabajado, hubiera soportado la mirada de su jefe, habría salido a la calle a almorzar. Su día probablemente terminaría en su casa, luego iría en búsqueda de sexo, y repetiría el día, la única diferencia la tendría el calendario, la única diferencia sería que la tierra se movió de su órbita, que la luna se iluminó un poquito más. Pero había un inconveniente, él, él ya no era un hombre.

Es tan difícil asumir que te han desnaturalizado, que eres una criatura que ya ni se puede maldecir en el espejo, porque no estás seguro si eres tú.
Es como si te botaran a volar, como cuando aprendías a caminar o a montar bicicleta.
Pero él ya conocía que hacer cuando el paisaje de las emociones era un paisaje extraño. Todo se reducía a una palabra, a una sensación y ¿por qué no? A una adicción. Su ser interior sintió un guiño

-ya sé qué haré a la próxima persona medio pinta que pase la persigo- volvió a la calma, sentía orgullo por haber solucionado su necesidad de sentirse seguro, de sentirse atrapado en un mismo día.

Pasaron varias personas, hasta que llegó alguien más joven que él, con ropa que resaltaba su anatomía. Lo comenzó a seguir con una sonrisa maliciosa, después de una cuadra, el personaje volteó su mirada y ambos la cruzaron, comenzó a correr como una liebre. Él quedó consternado, era la primera vez que ante su sonrisa maliciosa alguien huía, su orgullo hizo que su velocidad aumentara considerablemente, con los rayos del sol en su contra comenzó a seguir a lo que hasta ahora para él era nada más que una presa. Los carros corrían, las voces corrían, la ansiedad aumentaba, los pensamientos corrían y su respiración se aceleraba. Siguió con su mirada a su objetivo y vio cómo subía un puente peatonal . Con más ira, con más ansiedad, con más confusión subió esas escaleras metálicas al ritmo de la desesperación. Cuando llegó a la cima, ya cansado sin poder continuar vio como su objetivo se sumergía entre las profundidades de la gente. Se sintió rechazado, se sintió vulnerado, y miró de nuevo al cielo. Que tonto fue, se acababa de dar cuenta que una vez has visto el amanecer, no puedes repetir el día por más de que lo intentes.

Comenzaba a calentar el pacífico sol post amanecer.

Estaba más que perdido, en ese puente, él era la perfecta escultura de un niño perdido.

-por favor- susurró en tono de súplica.

Las nubes seguían en su absorta tarea de divagar por los cielos.

Bajó las cejas y determinado, comenzó a correr, bajó las escaleras y continuo su carrera por la calle, botó el maletín (la gente lo veía como a un demente), no podía creer lo emocionante que era dejarse llevar por precisamente las emociones, sentía el aire golpeando su piel con la levedad de la libertad, botó su fastidioso saco, se quitó esa asfixiante corbata, y con la sensación de ser libre, de ser un pájaro siguió su recorrido camino a los cerros, de vez en cuando cerraba los ojos y sonreía ni él mismo podía creer este momento tan soñado, tan estimulante, tan vivo.

Frenó en una cuadra poco transitada a esa hora del día, y comenzó a dar vueltas mirando cada nube, lo ridículo de la situación le daba risa, y lo hermoso de la misma la acrecentaba. La hierba impregnada de brillo, la frescura de esa precisa hora de la madrugada, todo era genial, los pájaros cantaban con cada vuelta que desesperadamente daba, ya los pensamientos eran una antigua tradición. Se sentía uno con su ambiente, por fin, por fin, por fin y sin planearlo había alcanzado una gran felicidad. La gente hablaba en la ciudad, la gente caminaba en la ciudad, la gente oía en la ciudad, la gente tocaba en la ciudad, la gente olía en la ciudad, pero no se podría decir a qué sentido él estaba haciendo referencia en este instante, quizás a todos, o al único.

Sus vueltas se habían convertido en centrífugas tan rápidas y amplias que terminaron por colapsar en la fresca hierba, cayó como las gotas de su ducha al cuerpo de la tierra. Cerró los ojos y de la forma más apoteósica sonrió y se dejó llevar por los fulminantes sentidos y emociones que lo rodeaban. Era una especie de Dios urbano atrapado en un cuerpo mortal.

Comenzó a caminar, y después de ese éxtasis mirar al cielo era como una inyección de emociones nunca antes vividas.

Cada vez se acercaba más a los cerros del oriente. Sus ojos seguían cada surco de esas montañas que habían dejado de ser azules para ser verdes, la gente parecía más amable, parecía que la felicidad estaba en el aire.

Miró a su derecha y para su sorpresa había un parque. Sentía cada momento de su niñez, sentía su niñez, ya ni siquiera la podía llamar niñez, porque era su etapa de la vida actual.
Se subió a los culumpios, se bajó e inmediatamente se dirigió a la centrífuga, comenzó por dar vueltas, más y más rápidas, lanzó su cabeza para atrás, de nuevo el silencio recorrió su alrededor, cada uno de sus cabellos era hechizado por el movimiento. Cerró los ojos, y la espiral arriba suyo comenzó a oscurecerse.

No supo en qué momento estaba en el cielo, liviano, se mantenía el cielo, vio su cuerpo tendido en la hierba de un hermoso parque, mientras aquella centrífuga apenas podía mantenerse dando vueltas por el impulso ya dado.
Percibía el tiempo más rápidamente, como cuando un músico interpreta piezas a velocidades super huamanas.

Desde esa perspectiva se veía su casa, su oficina y la casa de su mamá. Se veían los barrios que más odiaba y los que más amaba.
Liviano impersonal a su propio ser se iba disolviendo en el aire, iluminado por ese amarillo intenso, se iba disolviendo.

Apenas podía percibir una leve diferencia entre él y su entorno, ya ni siquiera era su vida.
En un lugar muy blanco, lleno de luz, se encontraba él, siendo no más que luz en el infinito, y alcanzó a distinguir al ser que le había huido, se deslizó rápidamente hacia él, ambas almas ahora más cerca que si lo hubiera alcanzado eran conscientes de que eran una sola, eran una caricia que se acaricia a sí misma. La sed ya no existía. Eran el éxtasis puro.

De repente como cuando daba vueltas, esta vez colapsaba de este estado de magnánimes alcances.

Volvía a la oscuridad. Abrió sus parpados y arriba una vendedora de obleas, unos transeúntes y el cielo.

-a la próxima tenga cuidado chico- dijo la vendedora.


-tranquilos estoy bien- respondió despachándolos.


Solo en ese parque mirando al cielo, sonriendo, recordando al personaje, sabía que una delgada línea dividía su vida, ahora él era real.

lunes, 30 de marzo de 2009

Condenas bajo cero

Érase una vez un pingüino. El pingüino vivía muy solo en un iglú, los demás no lo querían porque era diferente, además de todo, no sabía hablar el idioma pingüino.

Constantemente sólo compartía el momento de comer con los demás, realmente ese polo sur para él era un desierto, de sentimientos sobre todo. Todo daba vueltas para él.

El pobrecito se refugiaba en su iglú; un día decidió abrirle un huequito para poder ver el cielo, y se prometió a sí mismo ver el cielo siempre cuando pudiera. Veía el cielo siempre.

Un pingüino perdido le pidió ayuda, pues eran sus últimos momentos de vida. Le pidió que le mostrara algo muy bello.

El pingüino lo recostó sobre su cama y lo abrazó... le susurró: "mira al cielo". El pingüino moribundo sin palabras en su pico nunca había visto un iglú igual. Había pensado haberlovisto todo, pero no se había percatado que la infinidad apsaba por ese hueco, de repente, ambos pingüinos lloraron de felicidad al ver una aurora boreal que son nada más que rayos cósmicos rosando la tierra. El pingüino murió muy feliz y le dijo: gracias por conocer el ser que verdaderamente fui, murió cn una sonrisa.

Los demás pingüinos se enteraron y lo acusaron de haberlo asesinado, después de todo los seres que actuan distinto siempre serán un peligro para la inconformidad. Lo condenaron a hundirse con un témpano, en un tempano...

Partió en ese témpano, él intentó explicarlo todo pero nadie le creyó, nadie creería que habría lues de colores ma´gicos justo aquí.

El pingüino solo y con muchas lágrimas que caían de sus ojos partió en ese témpano. Justo cuando no quedaba nada de hielo sore sus paticas, el cuerpo del pingüino muerto se convirtió en una aurora boreal y a través de las lágrimas del pingüino injustamente acusado reflejó la luz hacia todos los lados, era tan inevitable ver esa luz que inclusive quienes no miraban más que al piso tuvieron que reconocer que las auroras existieron.

La aurora envolvió al pingüino y lo convirtió en otro rayo de luz, pasaron por el cielo y por primera vez todos en esa sociedad de pingüinos miraron al cielo con desconcierto tal espectáculo, parecía una benia al cosmos sobre hielo y ambos fueron rayos de luz en el cosmos conscientes de que existe algo más allá, y ese más allá ahora son ellos.

jueves, 5 de marzo de 2009

Retorno a la inocencia...

Hace mucho temía por mí, me cubría con caparazones, me ponía uno tras otro y no sé si quizás este sea uno nuevo que me pongo...

No lo sé... y no tiene sentido saberlo, porque el coocimiento fue otro de mis refugios, refugio del frio del diario vivir, al espejo un desconocid que con tinta cina dibujaba paisajes sórdidos...

Creía que posándome al lado del fuego todo pasaría, que quizás el chocolate me cuidaría...

Quizás ignorarlo todo, volverme duro, volver excesivamente suave, quizás quizás quizás...

Corrí por senderos de luces oscuras estrellas tan propias que en la sinfonía de la vida escribían reltos de otro ser, lloraba, corría por calles ajenas. Calles al final tan mías como mi anatomía.

Teoricé la vida y el amor, me teoricé a mí... parecía que la mente me guardaría celosa de los demonios que ella misma había creado, para el miedo una cama lo suficientemnte grande era más que segura, para las noches frías echarme las cobijas encima y respirar hondo tan hondo que el suspiro se disolviera jnto con mis penamientos y al fin toda mi voluntad callera directo a las cervicales y de allí al suelo...

El amor de los demás, uno de los objetivos de mi caparazón, quizás daba seguridad y amparo, sin saberlo de nuevo construía paisajes idílicos, cada día más encerrados...

Pensé que estaría seguro de todas las cosas a las que tenía miedo... hice toda estrategia, tal, que será intocable, sería el reino de la seguridad...

Pero quizás todas las armaduras se oxidan y llega un mometo en el que debes dialogar con la oscuridad, sentar la depresión y rozar sus manos, acostarte a dormir abrazado con los monstruos que antes dormían debajo de la cama, con los demonios de la vida real, más que perdonarlos amarlos más allá de lo que puedan aspirar...

No es que haya sido un camaleón, es que en muchos casos hice un papel diferente en el teatro donde mi alma o quizás nadie era el espectador...

La autocompasión... es tan dulce al comienzo... es deliciosa para qué negarlo, es preciosa... creo ue lo que nos gusta de la autocompasión es que es un minuto para querernos para ser comprensivos, para decir listo me quiero, me entiendo, pobrecito yo después de todo...

Creo... que en vez de aprender a ser modestos aprendiéramos a ser dulces con nosotros mismos muchos de los rezos dominicales cambiarían... creo que a Dios no se le pediría como si fuera un viejo tirano... en fin... nadie tiene la culpa... la culpa no existe...

Me refugié en odios y culpas que se llevaba el viento, en películas, obsesione sy personakes de otas tierras que me venían a visitar, que a cambio pedían una lágrima... yo...

Inclusive me refugié en mis miedos, en memorias borrosas y opacas, del pasado del ser del futuro...

Hubieron muchas cuevas por las cuales transité, le reclamé a Dios... dije adiós, dije hola, dije por favor y dije listo, dije no me importa y muchas otras frases importantes...

Creí tener la santidad en mis manos, la pulcritud en mi interior... pero ese blanco se llenó de rojo y me llené de ira.

Intenté sentirme especial, sentirme un ser único, sin sospechar que era otro refugio, de un temor tan pasado que podría ser borrado con una bocanada de aire que llegue directo a la entraña correcta y borre ese recuerdo, aunque nada se borre, quizás no lo borra sino lo hace natural...

Intenté hacer muchas cosas, en fin...

Ahora no tengo miedo, no creo, aunque sí tengo miedo, pero este miedo es un aliciente que me empuja a retornar, retornar como una hoja otoñal...

Ya me cansé de correr, de esconderme, de ser camaleón...

Quiero bailar al pulso del corazón, con mirada perdida al cielo y la infinidad, volando en paisajes que nunca conocí...

Quiero bailar una noche de luna llena rodead de lobos... quiero bailar con mis demonios, con la depresión... quiero jugar a ver quien se asusta más...

Quiero jugar con el escepticismo y la esterilidad de corazón, sacarle la lengua, echarle agua de charco a ver si sigue tan quieta, tan estática, tan muerta...

Quiero ser una X que abre los brazos y recibe cualquier cosa sin miedo, ya no tengo miedo universo...

Ahora soy frágil y disfruto sentir esta piel tan mía, algo herida, pero mía, una piel que siente el frío de esta noche de blancos destellos...

Me siento tan frágil... me siento tan yo... eseyo tan leve, tan inexistente...

Soy como ese blanco lunar que no pretende más...

Me siento en fin libre...

Me abro sin miedo...

Vuelvo a mi estado incial

La pureza...

cualquier cosa que pase no importa después de todo

Soy sólo danza nocturna, tácita en el aire...

Y por alguna razón... soy feliz

jueves, 19 de febrero de 2009

En cada esquina de mi mirada hay un pedacito de mi pasado...

Cada árbol...

Cada aterdecer...




Y no fue feliz...

martes, 17 de febrero de 2009

Las manos delicadas se mezclan con la suavidad del aire,
mientras los viernes cada vez son más cortos
aún le canta el entauro al sol
con la nota grave qu escondió todo fulgor.

Aún las rosas tienen gotas arcoiris
que recorren mi gargante y la llenan de sensaciones,
entretejida entre fibras sigue el rastro de aquel iris.

El horizonte es más largo,
y la lluvia lo persigue
ha caido una lágrima en el lago
mientras sigiloso el cielo la sigue.

Pienso aún que ando en reversa,
cual molusco sin cabeza
los camino son sombras lánguidas
que siguen sin certeza...

Me ves diariamente nocturn y fantasmagóric,
como ave que partió dejando retazos de colores
retazos que son su nombre olvidado en la aurora
retazos que siguen meditabundos el aroma de las flores...

Cada letra y cada paso,
son memorias del pasado,
cada sombra y cada nombres
residencias del amado.

Claros en el bosque vislumbras quietos zorros,
claros que nunca han llorado por un nombre ajeno
vivos entre ausencias y anonimatos borrosos
ojos que deambulan entorno al antiguo leño.

Todo da vueltas en esta ruleta llamada decisión,
el que llegue primero tendrá su bastón,
todo gira como piedras entorno al corazón
que nunca decida sin importar la opresión.

Delicadas letras surgen en el llanto
de labios que sin sueño han bebida tanto,
la caricia alguna rebasó su canto
la caricia suya te dejó algún rastro.

Cada día que pasa eres sólo más puro,
corazón partido,
alfin y al cabo redimido
corazón de piel cristalina
que no olvida
que no olbiga
corazón libre
corazón sin pesares,
corazón infinito magnánime,
caballero del alma que no olvida las tardes de ánime,
que no se le olvida el amor platónico,
sincero y lejano para ael raciocionio pasajero,
al fin al cabo uno
al fin y al cabo amor.

No reces más, cierra la boca y escucha,
no busques más estados fuera de este estanque
ya no sigas en la lucha,
duerme en este cielo preparado para el alma como infinito tanque...

Cada lágrima es un paso,
para recordar la esencia
como la sonrisa
para hacerla realidad.

Ningún paso fue en falso alma pasajera,
sólo incomprendido,
es hora de volar
aunque ya no sepas lo que significa,
porque el susurro nocturno ya lo testifica
entre montañas e infinitos
éxtasis divinos
amores inmortales.

Y volarás, consciente de tu todo,
corazón rápido,
de mágicos conscientes y rincones...

Al fin y al cabo tú al fin y al cabo libre...