lunes, 3 de mayo de 2010

La luna y la tez.

Me levanté con el estómago bastante maltratado, una mezcla entre dolor y náuseas me acompañó todo el trayecto. La mañana para luchar se convirtió en la de la derrota. He sido derrotado.

Me costaron muchos meses decir con aire autosuficiente: "puedo vivir sin ti", "me vale lo que pienses", "voy a disfrutar mi vida" y "ya no te amo". Bastaron dos segundos para que toda mi fuerza, toda mi autosuficiencia, se fuera a la basura.

El universo una vez más me demostró lo débil que soy, apenas lo vi, lo vi caminando. Fue poco el tiempo que necesité para sentirme nervioso, para tocarme el cabello, para mirarme al espejo y preguntarme si me miraba bien. Fue corto, instantáneo el recorrido, duré negándome todo lo que sentía por aquel sendero... sin embargo, aquí me tienes corazón, de nuevo como postre tuyo "ton joli dessert" aquí estoy, cuál presa matutina de lo que quieras reparar.

Me cansé de luchar, soy lobo sin dientes, águila sin garras y creo que siempre te amaré aunque me pese aún más la mañana. Por un instante pensé en hablar contigo hacer las paces y volver a soñar un futuro tan largo como el horizonte, donde sólo nos alcanzaran los rayos que difracta el arcoiris, donde la felicidad sea el calor de tu mano. Pero no, me costó mucho volverme malo e insensible, no te daré la oportunidad de nuevo. No mentiré más. Cuando te vi, sentí de nuevo que el mundo me iba a devorar, sentí que estaba en otra galaxia.

¿Para qué borrar?¿para qué olvidar? Te amo y punto, es mi desgracia o mi fortuna, pero sé que algún día, tal vez lejano, ni siquiera tanto amor pueda con mi rencor.

Espero perdonarte, espero perdonarme, pero es injusto que de un día para otro te cruces en mi camino después de un duelo casi de cuatro años. Crees que es muy fácil para mí cargar con todas las lágrimas que no he llorado, que humedecen mis ventanas en las mañanas de la capital de ladrillo. Hoy tal vez vea el atardecer, como en aquellas épocas, sin ti...

Y seré sincero, esta vez quiero ganar, aunque no hay objeto en ello, sé que algo lograré, así sea amarte sin sentir que cada vez que se le antoja al cosmos cruzarnos siento que me voy a morir.

No sé que quiere la vida, ni mucho menos mi alma, tampoco mi corazón. Pero, me declaro vencido, rendido, estoy a tus pies corazón, pero mucho cuidado, te equivocas una vez más y me matas. Por ello te digo, valoro mucho la vida, no latas por nada más, te lo suplico. HAZ LO QUE QUIERAS, ME TIENE SIN CUIDADO EN QUÉ ORILLA DE LA PLAYA CAIGA ESTA SIRENA.

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