martes, 26 de julio de 2011

Se leerá repetitivo, inclusive aburrido este post, pero con el tiempo descubro que lo que los viejitos dicen es cierto: "esta sociedad quiere todo más rápido y en mayor cantidad". Me parecen indignos los espacios públicos que hay en Bogotá, esta ciudad que tanto quise con el tiempo parece construida para todo tipo de objetos, excepto seres humanos. Lo que me parece verdaderamente aberrante es el sistema de transporte, el transmilenio se parece al metro de Tokio, considerando que esta ciudad no sufre del problema demográfico que tiene Japón... A pesar de pensarlo mucho, sólo puedo concluir que el egoismo de las esferas del poder hace que el ciudadano común y corriente tenga que vivir cosas "inhumanas". Los buses por su lado frenan todo el tiempo, tienen una música odiosa... En éstos la gente se golpea, compite, quien es más rápido, quien llega primero... Maltratando al cuerpo. Quizás para el colombiano el cuerpo no merece respeto, suena petulante y atrevida esta afirmación pero una apoteosis al maltrato de éste es el sistema de transporte.

Veo los campos de cultivos y me parecen no sólo más grandes sino más dañinos. Por más de que los viejitos "industriales" pretendan afirmar que los fertilizantes e insecticidas no causan ningún daño... Es un hecho que afectan seriamente a muchos animales y plantas. Cada día Colombia se quiere asemejar más a un país europeo o a Estados Unidos de América... Sin embargo a veces me pregunto ¿qué pasaría si eso sucediera? ¿Debastaríamos los bosques como sucedió en Europa? ¿Tendríamos records mundiales en contaminación atmosférica como sucedió en EEUU? Por otro lado, no es tan evidente lo que tenemos: el agua de nuestros sanitarios es más limpia que las de las botellas de agua de los países norteamericanos, poseemos bosques andinos (altamente biodiversos a nivel mundial) y una capacidad para producir comida "increíble". También es cierto que tenemos índices de pobreza alarmantes.

Cada día, en ese afán de ser más rápidos, infalibles y mecánicos perdemos algo de la esencia de la vida. Generalmente criticamos a los seres del pasado, porque creemos que son inferiores... pero ¿y si ellos nos criticaran? Creo que la crítica más dura sería a nuestra religión: dinero, trabajo y ciencia. Quizás la tercera mencionada es la que más se caracteriza por ser incapaz de entender que en el mundo hay otro tipo de cultos; nos criticarían el hecho de que corremos a la madrugada por la imperiosa necesidad de llegar al mismo lugar, todos los días y a la misma hora. Una vida dedicada al trabajo, es una vida virtual, sin mencionar esos ridículos atuendos (corbatas, zapatos de charol, paños, entre otros tantos) los cuales no son ni prácticos, ni del todo bonitos. Si bien es cierto que ahora tenemos "tecnología" aún los niños y niñas se siguen muriendo, siguen siendo abandonados, hay perros hambrientos en la calle, no hay compasión en la mirada occidental desde esta perspectiva. Y quizás, lo que más los deje aterrados a los seres del pasado sea nuestra "justicia". Mantenemos encerrados, sin ver la luz, en completa penumbra a unos seres que no cumplieron con las leyes que al final hicieron unos cuantos, la pregunta que nos harían nuestros antepasados sería: ¿es eso efectivo?¿Cuando alguien sale de la cárcel "se regenera"? ¿En qué medida una celda hace pensar a alguien sobre el daño personal o social que pudo haber causado? Y en ese momento no tendríamos respuestas, porque tristemente... Nadie piensa el presente.

1 comentario:

Elena P.G. dijo...

Una tierra de grandes contraste, la tuya. Y un gran corazón,el tuyo.