viernes, 31 de enero de 2014

Hurting Sight

If you only knew about my deep whispers
You would not ask questions about my shadowy past
Everything has been answered in January
Even the questions you might never utter in July

August is windy while we cross the chaos city
Sunset is for lovers not for skeptikal faces
We are obliged to hide our inner debility
While the leaves fall down on october traces

We have butterfly tongues
The taste of life tend to unknown ways
If you only knew about my deep whispers
You'd never change my bitter sweet landscape
You'd never, never change your hurting sight...

miércoles, 29 de enero de 2014

Sin Desencuentros


Azul cielo, que me voy al mar sin piel.
Descanso de siluetas afiladas, se disuelven los fantasmas en senderos violáceos.
Reverdece el prado que se extiende entre recuerdos: hierba que deja morir lo innecesario.
La felicidad reposa calma sobre párpados amarillos.
Entre el oro y el estaño he escrito mis penas, todas… Amanezco blanco: sin desencuentros.

domingo, 26 de enero de 2014

Aliento

Acércate sin hacer ruido, tus ojos me cuentan que te han dicho no de nuevo. Tus manos se agitan nerviosas, con miedos infantiles... Acariciaré tus cabellos y dejaré que te envuelvas en mis sábanas celestes.

Acércate, no suspires, nos pueden escuchar. Te envolveré con mi tibieza y susurraré palabras que aún desconoces; tendré el ritmo y el tono para que se relaje tu piel. Seré delicado con tus desconciertos.

Ven, acércate. El reflejo azul nos rodea, el tiempo no existe y afuera llueve. La oscuridad camufla tus esperanzas. El tambaleo de tus rodillas dice cuánto le temes a los desconocidos. Estoy cocinando el afán y derritiendo la prudencia.

El humo de la cocina todavía nos escucha. Déjate llevar como botella en mar y diluye tu electricidad en mi silencio.

viernes, 24 de enero de 2014

La Arena

Recuerdo que amaba jugar en la arenera de mi conjunto residencial. No importaba que las uñas se me desgastaran y que llegara sucio a mi casa. Yo era minero, dueño de castillos, gobernador de ciudades y gerente de empresas. Estos días recuerdo con mayor intensidad esa noche en la que jugaba con uno de mis compañeros y comenzó a llover. No había nada fuera de lo común salvo que era de noche y estábamos empapados; sin embargo, no sé cómo, ni por qué sentí que era yo mismo. Jugaba con naturalidad con un medio desconocido y no tenía miedo... Era yo: no estaba nervioso, no tenía dudas, no temía la imagen que proyectaba... Era yo.

jueves, 23 de enero de 2014

Los hombres de piel oscura

Se acostumbraron a abrir la boca y recibir el alimento. Desnudos comprendieron que no necesitaban más que deambular para obtener lo necesario para vivir. Bajaban de barcas con oro sobre sus cuerpos; su mirada segura, no miraba el cielo más de lo necesario, ni se agachaba más de lo suficiente. Lo tenían todo, por eso nunca fueron un gran imperio.

El sol era su amigo y la luna un centinela que lanzaría flechas a quien perturbase sus sueños. Los espíritus se entrelazaban en sus danzas multicolores. Su rutina era con el leopardo, las esmeraldas, el canto del cóndor y la soledad acompañada de pensarse los únicos en el mundo.

Llegaron unos hombres que hablaban castellano, con imaginarios prestados de sus imperios les resultó fácil pensar que los seres de piel oscura no tenían mucho que contar. Así fue como se conocieron mis dos ancestros.

miércoles, 22 de enero de 2014

La Alicia que Admiro

Lo que más admiro de la Alicia que creó Lewis Caroll es su valor. Amo la manera en la que se adapta a las diferentes formas que adopta sin olvidar que es una niña. La valentía de la protagonista es una característica que el lector intuye desde cuando la pequeña decide saltar a la búsqueda de un conejo sin meditar en las consecuencias.

Al final de sus días Borges se lamentaba por los errores que no cometió. Alicia se lamentaría por los que dejó de cometer. No era para menos, cambió su cuerpo todo lo que quiso y quizás sea en eso en lo único que nos parecemos. Cambiar de rumbo, apariencia, identidad y decisiones resulta conflictivo no sólo porque debemos redefinirnos, en algunos casos desafiar el mundo.

Cuando la reina de corazones se acerca, los súbditos agachan la cabeza. La protagonista mantiene su mirada firme, vacila pero resulta ser una de mis insolentes favoritas: duda, se cuestiona y se rebela. Poco a poco la cartografía de su mundo se tornaría más parecida a una partitura de John Cage. A medida que crezco me resultan menos claras las fronteras; he conocido toda clase de personas con historias fascinantes y difíciles de imaginar.


La pobre chiquilla tenía el dilema de la estatura. No estaba insatisfecha con la que alguna vez fue, le desesperaba no volver a serlo. Cada paso que daba en búsqueda de recuperarse a sí misma la llevaba a concluir que era otra. Me pregunto si a medida que caminamos en búsqueda de reconstruir una autobiografía torcida, no es cuando descubrimos que nuestro nombre se conserva fonéticamente pero la semántica voluble que imprime el alma resulta innegable.

Me queda


Me queda la sonrisa de mi madre, 
los secretos que susurré, las flores lila. Me quedan las películas en las que lloré y los hombres que amé hasta quemar mis entrañas. Me queda el miedo paralizante y la alegría que fusila los problemas. Me queda la angustia que callé y la soledad que no compartí. Me queda... Me quedan las personas que me quisieron conocer. Me queda el rocío de la mañana y la angustia de no ver a mis seres queridos cuando llegara a casa. Me quedan los ángeles en los que creí, mis adversarios y el cansancio de intentar y no lograr. Me queda la sensación de triunfo y reconocimiento. Me quedo con el enamoramiento, el amor, la amistad y la alegría. 
Me quedo con la sonrisa de mi madre.

sábado, 18 de enero de 2014

Avenida Rojas



Al lado de ese salón comunal con amplios ventanales y campos que me recordaron épocas del colegio caminé. Conocí a Evelyn, Santiago, Ximena y Diana; dos de ellas tenían hijos y buscaban empleo. Escuché historias llenas de matices: dulces, tristes, heroicas y desesperantes. Miré hacia el nororiente y pensé en ti. 

Recuerdo que era raro verte en reuniones familiares, de tu vida supe poco salvo algún percance. Al nororiente vi una universidad, de repente recordé que fue tu alma máter. Las aulas de ese recinto parecían contener tu juventud. Entonces pensé que tu vida debió ser hermosa, sin mapas como la de la mayoría de los homosexuales pero hermosa. Imaginé a tus amantes, tus pensamientos, tus sentimientos, tus vacilaciones y tus desconciertos. Te imaginé campeando la Bogotá de los buses y de las calles que devoran. Te vi en bares besar y susurrar. Yacías sobre los campos del Jardín Botánico con algún amor que debiste ocultar en el cajón de los recuerdos. Te desdoblabas por ese barrio anacrónico de personalidad ambigua como el universitario que no conocí; que nadie conoció salvo sus compañeros de piel. Estabas tendido sobre este universo que también es mío y por un momento pensé que tu vida fue como el agua mineral: vibrante y silenciosa.


Quise por un instante saltar la limitación de la palabra, quizás entender con claridad lo que otro ser humano experimentaba; las oraciones y los sentidos físicos se quedaron cortos. Recordé un sueño en el que te acercabas feliz, atrás dejabas un basurero y le dabas el rostro al sol. Ahora que lo pienso, todos tus éxitos en el presente son merecidos; aunque si te soy sincero, no deja de intrigarme la cartografía oculta de tu vida.

viernes, 17 de enero de 2014

Déjame

Escucha mis pasos, soy el espíritu que protege a los animales y a los niños; abre los caminos para que deambule en los arroyos y guíe a los sedientos. Quiero la licencia para conceder alivio al que vibra ante mi aleteo. Transmútame en el rocío que llueve en el rostro desesperado, el abrigo que acoge al huérfano y el susurro que acompaña a la soledad. 

Mírame brillar, soy el amanecer que inquieta al depresivo, la brisa fresca que envuelve al febril enfermo, el limbo donde las lágrimas se acaban para el desahuciado. Quiero ser la señal de algo mejor para el perdido, la flecha en el laberinto... El guiño del universo.

Estoy aquí, en los círculos pacíficos del agua. Me disuelvo en el aire después del llanto, mírame invisible, acariciar tus cabellos que ondean al sonido de tiempos prometedores. Déjame ser ese compañero que espante tus dudas y te conceda un mejor mañana.

lunes, 13 de enero de 2014

El Sol y sus Delirios

Ese astro adorado por mis ancestros, enorme y refulgente, rojo y agresivo, se ha dejado ver constantemente en enero. Metáfora de la vida y el poder, ha llenado el primer mes de los colores deseados por aquellos que habitan en climas más cálidos. Quisiera saber si quizás esa bola de gases también ilumina las almas y las vidas sombrías. Asociado al oro, el símbolo de los grandes reyes se asoma sin saber si habla de la guerra que todos luchamos o de la vida que todos queremos, o creemos tener.

miércoles, 8 de enero de 2014

Marina la del Mar


La madre de Francisca se lamentaba sobre estrellas de mar azules -¿Cómo se me fue a morir así, toda ahogadita?- decía adolorida. El mar chocaba las rocas y se burlaba. Pasó los días reclamándole al azul compañero por su adorada hija de ojos aguamarina.

Los primeros días se emborrachaba en la orilla y lloraba a grito herido sus penas. Tras un mes de llamar cloaca al océano y asumir el duelo, conoció las barnaclas ¿cómo podían existir esos animalitos tan traviesos en la costa? Se asoman misteriosas cuando una ola las acoge y oportunistas se diluyen en sus hoyos, seguras de lo inerte y lo mutable.

El segundo mes comprendió la diferencia entre los moluscos y los artrópodos. Vio caracoles del océano y cangrejos, gusanos y almejas, corales y langostas, camarones y atardeceres, enamorados y desencantados. Se dedicó a vituperar a Ares recogiendo conchas, tejió un tramado de víctimas mortales, hasta que la fatiga y la curiosidad le ganaron.

Durante una estadía en los puertos vio un buque estacando sobre arrecifes: comprendió que el mar también es frágil y a veces mortal. Una noche de luciérnagas traviesas y violetas, se dedicó a recorrer las murallas de esa ciudad antigua que llamaba hogar. El olor del agua salada le recordó las vacaciones en Italia, su primer amor y el parto de Francisca.

Se emborrachó esa noche del 24 de octubre, tomó hasta que se le reventó el sentido común. En medio de sus bailes y oscilaciones conservaba la consciencia de la vida, la alegoría del momento. El cielo llovía sobre esa choza improvisada, cualquier transeúnte la confundiría a Marina con una pordiosera de la playa. Ella agitaba las manos, hacía sátiras sobre los dioses y las oceánides, se orinaba, celebraba y tenía pequeños sueños.

La noche devoraba las consciencias, las figuras coloridas ahora monocromáticas siluetas formaban un teatro de ambigüedad. Marina llena de tequila, pobrecita Marina que te llenas de alcohol; Marina que bailas en la oscuridad frente a los truenos y susurros... Marina sin infinito, Marina sin hija. Marina que sin querer te enamoraste del mar, Marina que lo odias, Marina que te vas.

Dormida sobre las costas golpeadas por el amanecer, en medio de su sueño etílico sintió un aleteo. Sus ojos desorbitados se posaron sobre el agua y lograron divisar una mujer sonriente nadando encima de un delfín. No puede ser ella Marina, debes estar borracha; no estás Marina, es Francisca nadando sobre el mar. Marina que te vas, Marina que te ahogas, Marina de corales, barnaclas y oceánides. Marina la profana, Marina la del mar.


lunes, 6 de enero de 2014

Sobre Túneles y Destinos

Este fin de semana caminé por Suesca, un pueblo de Cundinamarca cerca a Bogotá.  El que fuera uno de los puntos importantes de cruce de caminos precolombinos tuvo que presenciar la llegada de Gonzalo Jiménez de Quesada, la construcción de casas, el adoctrinamiento, la popularidad de escalar y el deterioro de sus caminos.

La sabana tiene una magia que nunca podré descifrar: paisajes imponentes, verdes a mil tonalidades, lagunas con historias y un silencio con susurro de aves... Iglesias con cuadros de ángeles proscritos, caminos del virreinato, piedras con insignias milenarias y habitantes con un caminar acompasado por la caricia del viento.


Historias de colonizadores se mezclan con cuentos locales de mineros del carbón, con paisajes descorazonadores de deforestación y extracción de roca. Basta caminar unos pasos para encontrar vestigios del imperio español, la nostalgia por los aventureros en búsqueda de oro y túneles de ferrocarriles nunca construidos. Letras en los arcos que desesperadamente pretenden develar un enigma de siglos pero cada misterio tiene un descubridor.


Nunca en mi vida mi rumbo había resultado tan descabezado, el año pasado fui lanzado al aire cual pájaro planeador. Entonces es cuando me pregunto por nuestras certezas y fortuna. No hace mucho que fui donde un tarotista que me decía qué senderos recorrer, me auguraba una vida llena de abundancia y la necesidad de no olvidar el mundo espiritual. A estas alturas creo que estoy lejos de ambos planetas, el de los santos y el de los ricos.



Sólo me queda esperar... Seguir pataleando, esperar un guiño del universo mientras busco en las entrañas de la vida las respuestas que hasta ahora parecían irrelevantes ¿cuál es mi camino? ¿De piedras milenarias? ¿De túneles y ferrocarriles fantasmas? ¿De minas y vírgenes protectoras? ¿Acaso la montaña? ¿El cielo? ¿Las nubes? ¿Quién seré dentro de 10 años?



domingo, 5 de enero de 2014

"Cuando te digo que si no medito me muero, veo que piensas si es una metáfora o una advertencia. Las dos cosas, ésa es la respuesta".

viernes, 3 de enero de 2014

Fuerzas para Soñar

Ya que el 2013 me quitó los horizontes y me apuñaló con pólvora iridiscente, en 2014 he de recorrer un sendero para recuperar los sueños. Con triste y lánguido carácter debí aceptar las calles y sus portezuelas. Bogotá crujía mientras yo la veía dormirse espumeante sobre luces citadinas, inocuas y llenas de un cansancio nocturno con hedor a whisky.

Le pido a este año una licencia para la locura, un permiso para perder el sentido común, una autorización para volar sin mapas... Le pido al caballo un poco de su gallardía, de su majestuosidad y nobleza. Quiero con las fuerzas que me faltan trazar trayectos a mundos donde los niños fantasiosos y los adolescentes enamorados aún no han llegado. Deseo regar mi aroma por los campos monocromáticos y las casas engolfadas en desvanecimientos verdes. 

Estoy ávido de aventuras silvestres con aromas de páramo. Me sueño con el tacto, la piel; los ojos, la vista; la lengua, el gusto; los oídos, la audición; la nariz y el olfato. Porque yo soy el mar que aún no ha inundado el ignoto microcosmos humano, yo soy el agua que fluye sin caballeros, sin licencias y sin miramientos. Quiero ser un vendaval. 

miércoles, 1 de enero de 2014

En otra vida debiste haber conocido castillos rodeados de lavanda. Percibiste fuego: el azahar de las naranjas en primavera; distopías sumergidas en oraciones, la roca labrada en monasterios y sueños cultivados con agua de río.


En otros pies caminaste sin mirar nunca a los lados. Tu mundo era aquel pueblo de tapia pisada; suenan las campanas: el cosmos termina en las montañas. Los domingos crujen como avena y susurran voz de lobos. Arremolinábase el cabello entre las aspas.  



Sabes de siglos sin letargos, sin angustias y sin miedos... Lagos inmensos en Como o en Noruega de latinos y vikingos. Susurrabas idiomas de gramáticas olvidadas, tu nombre era un anagrama de Dios y en tu piel selvática estaba tatuado el universo.