domingo, 16 de marzo de 2025

The Black Book – Orhan Pamuk (33/50)

I bought this book close to the Bosporus, while I drank Mokka. Turkey was something new, a center of the world that is usually ignored in the lessons of History taught in the western hemisphere. In that sense, it was a discovery for me, and I wanted to read the author that I left on my table before coming to Germany. One of the last books I tried to read in Colombia was “Istanbul” but time was not enough and I was decided to leave.

“The Black Book” is a long novel written by Orhan Pamuk, a Turkish author and winner of the Nobel Prize. The book was published in 1990 and translated by Maureen Freely. According to the “Afterwords” this book is set in the 80s some months before a coup took place to reestablish order. While during the 60s the country turned to protectionism, save the country from the fleeing industries, a military coup was executed to prevent the loss of religious freedom. In the seventies students turned to the left pursuing to reestablish democracy and as usual, repression arrived after it.

Galip, the main character realizes that his wife has left him. To find her he tries to reach Celal, a journalist whose close bond to his wife might explain why and where she disappeared. While searching Celal he goes through Istanbul and its stories. The book alternates the experiences of Galip and the mysterious columns of Celal.

The journalist has been writing for many years about the life in Istanbul, its past and most of his followers believe that he leaves clues to something bigger. Galip shares this obsession for Celal, a desire to understand his mind and experiences. While he is looking for his wife he must go through the Byzantine, Ottoman and recent past of the city. He gets to learn about religious factions, the relationship between Turkish and Jewish, rebels who try to recover the byzantine Empire, stories of Sultans who were obsessed with dwarfs and let them live in one island and as well about another sultan that walked disguised in pursue of his identity. 

Celal is complex because he writes and disappears, his family does not know about him, and he participated in one of the failed coups against the government. Galip gets to open his apartment and impersonates him when talking by phone to his fan base.  Questions about his own identity emerge and those questions mix with the questions of an old sultan who wore disguises. He feels embarrassed sometimes because some fans know more about Celal than himself, but he keeps answering and trying to find him.

After his adventures in the city, he receives a threatening call from an ex-colleague of Celal. He wants to kill the journalist because he believed in the revolution, while he always examined it with cynicism. Furthermore, Celal cheated with his wife, who was his playground mate. Galip makes an appointment and tries to improve the situation by calming the man calling. However, when Galip leaves the apartment to impersonate Celal, he realizes that the journalist was murdered. All that time that Galip invested looking for his wife was used by them hiding in the same building (City of Hearts). Celal and Rüya were staying in the attic and once they went to watch movies, they were killed.

I like that the book is a very well-informed source of life and past of Istanbul. The characters that Galip meets are representative of different realities or periods of history. Authoritarism is also present, for example navigating is very restricted after some hours. I could see a similar atmosphere when I noticed metal detectors in every train station. I guess some things need time to change. 

I disliked that the main story is not that strong. A husband loses his wife and he wants to find a journalist. I would have liked more complexity in the storyline, finally it is what makes a book stronger when some elements of history are not relevant anymore. I am not suggesting that the criticism of the book is not current but will it be after 200 or 300 years?


jueves, 6 de marzo de 2025

En Algún Lugar

Quizás hay un lugar del mundo en el que alguien ha vivido siempre una vida en paz, en un pueblo en el que nadie pasa necesidades y los pajaritos cantan cuando el sol se asoma. Es una persona con una casita, con un gran amor y con una felicidad que ilumina su vida suavemente, como en una tarde tibia. No sabe cómo, ni por qué ha merecido tanto pero lo acepta con alegría. 

Sin embargo, a menudo se pregunta si habrá alguien al otro lado del mundo que habrá crecido en un país que ha luchado incansablemente por la paz; si quizás habrá crecido bajo la alteridad, siendo parte alguna minoría; si quizás no encuentra el amor; si quizás ha tenido que tolerar sociedades frías y amargadas; si tal vez tuvo que abandonar su territorio para poder imaginar un futuro más bonito. 

Cierra los ojos, deja de pensar tonterías y regresa a casa, preguntándose, si ese alguien, sería tal vez parte de él.

jueves, 13 de febrero de 2025

El Auditor

Este trabajo me dio lo que la pandemia me negó. Me permitió conocer Alemania de cabo a rabo, desde el agitado Danubio, el frío Bodensee, pasando por la estudiantil Gotinga, la silenciosa Spremberg, la antigua Dresde, hasta la industrial Herten. Ahí he estado con un bolígrafo en mano diciéndole a los alemanes qué se espera de ellos.

Y he atravesado los bosques del racismo y las típicas polémicas que una auditoría implica. Tras casi 7 años siendo auditor, defendiendo la acreditación de conglomerados industriales o en su defecto, reconociéndola, me pregunto si todo esto ha tenido sentido.

Aceleraba rumbo a Frankfurt y me preguntaba qué de toda esta aventura me ha quedado a mí. No siento que las cosas sean más fáciles, sigo leyendo métodos difusos para entender lo que debo solicitar, a menudo me siento cansado y sin ánimo de ser mal agradecido, quizás esto ya no es para mí.

Me agota semanalmente crucificar gente que sé que hace lo mejor que puede y que sé que muchas veces no cuenta con el apoyo de la gerencia. Me entristece ver cómo algunos se van y me pregunto a menudo si estoy disfrutando esta corta vida. Eso sumado a que las autoridades migratorias siguen siendo unas inútiles que no nos hacen la vida más fácil a los que llevamos varios años aquí. En general, da la sensación que cargo con el mundo a mis hombros y que el premio por eso es poder vivir acá.

El entorno político en Alemania también es para perder el aliento. La AfD, el partido de ultraderecha, racista y en contra de la inmigración da pasos gigantes al poder. La inflación sumada a los problemas de crecimiento económico y los recientes atentados terroristas, hacen que la gente elija el discurso de odio de un partiducho que sólo propone discriminación.

¿Qué lugar en el mundo es libre y próspero? ¿En qué lugar cabe una persona como yo?

domingo, 2 de febrero de 2025

La Marea de Bodensee

En la marea de Bodensee,

rodeada de casitas anónimas

y personas con nombres

que nadie conoce,

habita la memoria de un viejo amor,

De esos con palabras que no se dijeron.


En la orillas se ven los besos

Que se descalabran contra los filos de las heridas

Y frágiles exponen soledades indeseadas

Separaciones súbitas

La soledad de quererse y no elegirse.


Sobre la iglesia una luz que dibuja la angustia,

Y las caricias que quedaron pendientes.

Ese abrazo de despedida que ellos dos nunca se dieron.


domingo, 26 de enero de 2025

Estambul: Primeras Horas

Me fui a Estambul, como quién reconstruye un espejo roto. Y ya desde el avión una turca y su hija "turca" de segunda generación compartieron pan conmigo y me dieron consejos sobre la ciudad. Llegué en la noche y como no tenía Internet tomar el metro fue una odisea. Ya desde las estaciones vi gatos echados en los filtros de seguridad y pensé en otro gato, que alguna vez conocí.

Me sorprendió ver en cada estación un detector de metales y vigilantes chequeando que todo estuviera en orden. Eso me recordó Colombia, con sus autoritarismos derivados de una fuerte tensión con el terrorismo y la delincuencia. Sin embargo, Estambul ya tenía una diferencia importante con Bogotá: A pesar de ser una ciudad de 16.000.000, sí tiene metro.

Llegar al hotel fue difícil y el barrio no me gustaba en particular, salvo por la mezquita que se erigía en la cima de la calle. Sin embargo, nunca me sentí en peligro o amenazado. Dormí unas horas y en la mañana vi desde mi ventana cómo el cielo estaba lleno de smog. Supuse que la ciudad, como la mayoría de las que están en vía de desarrollo, padecía de problemas de calidad del aire. El cielo opaco estaba acompañado de cánticos provenientes de la mezquita.

Me gusta recorrer las ciudades a pie, en metro o en tren. Y me gusta exprimirles todo lo que puedo. El primer día fui a Hagia Sofia, la basílica del imperio bizantino que los otomanos convirtieron en mezquita. Una vez en la estación, me parecía increíble haber llegado tan lejos en mis viajes. Siendo muy chico se me hacía imposible pensar que recorrería tanto el mundo y que socializaría con tantos seres humanos tan diferentes a mí. El mundo es hermoso porque está lleno de criaturas distintas.

No niego que aún la tristeza habitaba mi mente pero era inevitable también pensar en la belleza. Hagia Sofía está llena de detalles y mosaicos. Y dado que los musulmanes parecen no buscar representaciones humanas, reemplazan eso con una celebración botánica de la vida: Flores y plantas pintadas por doquier. En algunas de las esquinas de la mezquita quedan mosaicos de Cristo y los fundadores del imperio bizantino. A Santa Sofía la tienen cubierta para que los musulmanes que van a rezar, no terminen adorándola.

Camine por unos parques en la zona anterior a la mezquita, no sin antes pensar en las muchas veces que había visto en Colombia las pinturas de los sultanes. Ese enorme paño que los caracterizaba y esos colores intensos y al mismo tiempo con combinaciones suaves. No pensé que al otro lado del mundo habría amigos e historias que se mezclarían conmigo, provenientes de ese lejano reino.

A pesar de que había gatitos y perritos callejeros, no vi que la gente los maltratara o los pateara. Al contrario, vi mucha más humanidad en Turquía que en Colombia. Muchas personas les ponían colchonetas en las estaciones de tren y a menudo vi gente dándoles de comer. Es una sociedad intentando prosperar económicamente pero no por eso se comportan con la violencia pasional de los latinos.

En la tarde fui a comprar recuerdos y decidí seguir caminando en dirección al Bósforo. Encontré un malecón hermoso desde dónde se veía toda la ciudad y frente a una estatua de Atatürk, me propuse caminarlo hasta llegar a un nuevo lugar. Durante un día soleado de invierno con la brisa de uno de los estrechos más navegados de la humanidad, me propuse caminar y pensar. Me hace bien caminar y pensar, siempre ha sido así.

Varias veces me pregunté qué tanto de la ciudad había en ti y cuántas veces pisé tus pasos sin saberlo. Estambul es así, amigable, antigua, caótica, oscura y misteriosa.

lunes, 20 de enero de 2025

Gatos en Estambul-55

Se fue buscándolo sobre los tejados de la torre Galata, por los bazares y las mezquitas. Nadie lo había visto. En el norte, frente al mar de Marmara escuchó su maullido. Se restregaron, se lamieron y celebraron que eran distintos y por eso se podían tocar. Era una caricia acariciando a otra caricia sin parar.

sábado, 11 de enero de 2025

Binodini, Rabindranath Tagore (32/50)

Este libro lo compré en 2024 en la feria del libro de Frankfurt, en un estante dedicado a la literatura India. Para entenderlo hay que remontarse a la cultura India en la cual aún hoy en día se acuerdan matrimonios. Escrito a mediados del siglo XX, cuenta la historia de una viuda que vivía en la pobreza y que dadas las circunstancia de Mahindra, un joven consentido por su madre (también viuda), se va a vivir a la casa de ellos.

Según pude inferir en el libro, se asume que la esposa haga las tareas domésticas y se encargue de los asuntos del hogar. Así, Mahindra se casa con Asha, quién es incompetente para colaborarle a su suegra. Sin embargo, él insiste en "instruirla" y mantenerla alejada de dichas tareas. En paralelo, Bihari, el mejor amigo de Mahindra y quién también estudia medicina, por vaivenes del destino, no pudo casarse con Asha pero se mantiene fiel al cariño que siente por su amigo y su familia.

Binodini en su lugar es altamente competente y expresa su amor a los miembros de la casa. Inicialmente envidia a Asha y su fortuna pero con el tiempo, es Bihari quién se roba su corazón. Y es precisamente el amor de Bihari por Asha lo que pone en líos a la familia. Eso, sin ahondar en que en paralelo Mahindra le confiesa su amor a Binodini. 

Bihari la envía a su aldea, donde aparentemente lo que hizo es algo "horrible" y nadie la quiere recibir. Sin embargo, Mahindra, en su inmenso capricho va a buscarla y ella lo rechaza. Ella ha descubierto que ama a Bihari.

En casa la madre de Mahindra enferma y Asha cuida de ella. El joven caprichoso regresa y le cuentan del estado de su madre. Cuando Bihari regresa (con Binodini) todos le prestan atención a él (incluida la madre de Mahindra). Y así termina la historia.

La historia se cuenta en tercera persona y creo que su grandeza radica en describir la complejidad del amor y los sentimientos humanos frente a las normas sociales. Y creo que la forma salvaje del amor es precisamente la fuerza de varias tragedias griegas y libros de realismo mágico. Supongo que lo humano no puede ser sometido o determinado, y el amor es lo más humano.

Personalmente me disgustó la sensación de que la vida de las mujeres, a cada paso y centímetro, depende de un montón de vecinos chismosos y un par de hombres confundidos. Lo triste es que aún hoy, muchos de los temas del libro son vigentes. Hablar de la libertad de la mujer, es hablar de la libertad de todos los seres humanos.


miércoles, 1 de enero de 2025

2024

2024 es el resultado de los años anteriores, de los retos, de la excesiva prudencia y fuerza mental que me exigió la vida. Llegué a Alemania con 4 maletas inmensas, persiguiendo un sueño en una de las ciudades más snobs, hermosas y cerradas de la República Federal. Me encontré con muchas formas de racismo y en general, con la actitud odiosa de los bávaros que en invierno hacen de su ciudad un desierto de soledad. Luego llegó la pandemia que sumada a la burocracia, varias veces me dejaron en un limbo y en la confusión absoluta. No sé cómo, ni por qué pero en 2021 pude terminar mi maestría con un buen resultado y además con la buena noticia de que tendría un buen empleo en una pequeña ciudad de Hesse. 

Por esos días, acababa de conocer a alguien que me recordaba cosas de mí mismo: Mis heridas, mi temor al amor. Sin embargo, ese movimiento del destino nos separó. Más adelante él se iría para Berlín y yo seguiría mi vida en el corazón de Alemania. Seguimos hablando, seguimos siendo amigos pero para mí era difícil leer y entender lo que él a veces quería decirme. Ciertamente él estaba más solo. El mundo gay es una jungla en la que uno debe tener la piel de acero y nunca perder el buen corazón.

Con mi trabajo actual comencé bien y mal. Bien porque tengo un jefe adorable que no estalla con mis errores. Mal porque el chico que me entrenaba estaba lleno de resentimiento e inseguridades, además hizo mi proceso de entrenamiento lo más difícil que pudo. 

Afortunadamente todo eso sucedió en 2021 y 2022. Tuve que llenarme de valor, confiar en mí mismo, leer mucho, aprender un idioma que no me gustaba y moverme con mucho tacto. En 2024 hice lo que sabía hacer, auditar; sin embargo, sentí que la empresa tomaba mucho de mí y no me daba tanto a cambio. Tengo poco tiempo para mí mismo y debo viajar a lo largo y ancho de Alemania. A estas alturas comienzo a sentir que eso está afectando mi vida personal y mi capacidad de tener una rutina.

Sumado a eso, abrí algunos traumas de infancia, el recuerdo de la pérdida de mi mejor amiga me golpeó durante varios meses y a final de mes, casi pierdo a ese amigo a quién siempre debo leerle la mente y el corazón para entender qué es lo que le pasa.

Como desde que llegué a Alemania los burócratas tienen mi destino en sus manos y ellos son quiénes deciden si me aprueban o no nuevos permisos, la diferencia es que ahora las aplicaciones son para mejorar mi destino y no simplemente para salvar un sueño. En mi trabajo, con lo de la crisis no hay aumentos significativos y yo simplemente quiero algo de paz. Quiero caminar callejuelas en verano, cerrar los ojos y sentirme seguro y amado ¿no es eso lo que todos necesitamos?

Afortunadamente la gente que amo sigue viva, sin problemas serios de salud y eso sí que es un regalo. Quizás el más valioso. Tengo un trabajo que puedo desempeñar con relativa facilidad. Las personas que audito han comenzado a quererme. Siento que Wiesbaden se queda pequeña para mí, así que he decidido ir a más fiestas electrónicas con mis amigos de Frankfurt y de vez en cuando camino alrededor del río Main con un grupo de gente adorable. He comenzado a buscar un apartamento chiquito para vivir solo y quisiera todos los días de este año dormir tranquilo y sentir que la vida es como una tarde tibia iluminada por un sol tierno y refulgente.

Por estos días me ha seguido picando el bichito de hacer un doctorado. Quiero hacerlo en algo que involucre tener contacto con personas, tomadores de decisiones y ciencia. No quiero encerrarme en un cuarto a debatir con la pared sobre la histeresis de los acuíferos cársticos. Si investigo, quisiera que fuera en algo que me haga sentir conectado con la vida. Que me haga sentir, que la vida tiene sentido. 

Soy afortunado aunque a veces no sepa valorarlo.