Si fueras un muñeco de papel, te haría avión y desde las terrazas te lanzaría. Caída la tarde haría un paracaídas del cual suspendida cuelgue tu alma soñadora. Si fueras un muñeco de periódico transmutaría tus recortes en giros y ángulos, caminos hacia el cuelo. Si tan sólo fueras más liviano, te amarraría a una cometa y te diría adiós; te dejaría volar cual globo de helio... Harías sombra en los tejados. Te amarraría al sol y a las estrellas, para que mires con desdén el planeta dominado por los micos bípedos. Te sostendría sobre nebulosas y espirales de gusanos dorados... Si fueras de papel, tanto podría. Te dejaría ir para que no vuelvas, para que no llores... Para que no sufras y en mi lástima escribiría cartas donde intente imitar tu figura. Pero no eres de papel... Me queda darte alas.
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3 comentarios:
Sin palabras me dejas, de tan bello texto. ¡Gracias!!
El papel nos puede cortar. Alas solo cortan el viento, sin herir a nadie... ¡Vuela siempre!
Leyéndote vino a mi mente la escultura del Vals de Camille Claudel. Da la sensación de que él también desea dar alas sin dejar de ser apoyo.
Un fuerte abrazo, Vicky.
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