El frenesí de los días soleados, acompañados de nubes solitarias. Lluvias taciturnas y el chapusear de las ranas en los páramos. Calles heladas, enamorados y descorazonados. La velocidad de una urbe que nunca para; siempre se extingue.
La muerte en el trópico: imperceptible y perenne. Árboles con flores vivas y hojas marchitas. Estamos en la época del sol, época de miradas oscuras.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
En el último párrafo planteas algo que siempre me pareció mágico... "Imperceptible y perenne"... Y a su vez, me dejas meditabunda, Vicky. Magníficos tus textos, siempre.
"Época de sol, época de miradas oscuras": precioso y profundo, Vicky.
Publicar un comentario