Aprendí camino a casa
que la vida no debe ser un sesudo rompecabezas
sino un camino tejido a pulso.
Y tras los primeros golpes
descubrí que en la herida hay dolor
y en las cicatrices historias.
Después de todo somos relatos
de múltiples voces
y con innumerables facetas.
Desperté a la sencillez de una mañana victoriosa,
a un plato de lentejas tibias
y al sabor del té africano.
La alegría es para valientes
y hoy es un día oscuro
pero no por ello soy un derrotado.
Me rehúso a la mirada perdida,
al abrazo tardío,
a la vergüenza,
a la culpa,
a la madrugada amargada,
al humo en los pulmones,
a las risas fingidas,
al sexo sin orgasmos
y a no recordar los nombres de quienes me aman.
La vida se debe celebrar
como los viernes:
En ese pub irlandés
con rockeros guapos,
empanadas
y bebidas.
2 comentarios:
... "somos relatos de múltiples voces".
Así es. Nos empeñamos en ser un todo coherente y monolítico cuando, en realidad, somos el resultado siempre cambiante de un vaivén de fuerzas diversas.
Somos coautores de nuestras vidas. Nada más. Y nada menos.
Terso y delicado, bello, este "Lentejas tibias".
Gracias CrisC por tu lectura y siempre bienvenida tu visión, que como dices, somos reflejos de múltiples visiones.
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