Te he visto perdido, en un mundo que crees real y suficiente.
¿Has olvidado cuando te acompañaba con olor a vainilla?
Y con los días has olvidado la felicidad de ser niño, la despreocupación de saberse bello y amado; perfecto.
Y con los años, te has ido perdiendo entre las cosas que crees importante: dinero, posición social y jerarquía.
Y con las décadas, tu nombre se ha convertido en una firma, tu risa en un instrumento y tu simpatía en soledad.
¿Me preguntas por tu drama? Tu drama comenzó el día que olvidaste lo valioso. Hace muchos años, cuando pasaste por alto la posibilidad de seguir siendo tú.
¿Has olvidado jugar? ¿Has olvidado reír? ¿Has olvidado volar?
Cuando tu alma esté lista, buscaremos un sendero juntos, de hierba verde, sueños azules y atardeceres violeta. Mientras tanto, te seguiré cuidando... Esperando.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Cada vez que entro a tu blog, cada vez que te leo, suspiro en los pequeños detalles del día a día. Tus textos son muy valiosos, son de un corazón grande, soñador, aéreo. Gracias, Vicky, por compartirlos.
Publicar un comentario