domingo, 31 de agosto de 2014

Nada Valió

Y tras estudiar sin cesar, tras sacrificar tu felicidad, tras creer inocentemente en algo... Te enfrentas al mundo, te golpeas con la realidad ¿qué hay? No para tu sector nada, salvo trabajos en los que tu jefe piensa que el páncreas queda en la espalda.

Entonces te preguntas ¿qué sentido tuvo todo? ¿Qué objetivo tiene la vida? ¿Por qué te pasan tantas y tantas y tantas cosas? ¿Por qué no simplemente tirar la toalla y decir no más? ¿Por qué no cerrar los ojos y agitar la mano con calma? Dejar las barcas, el mundo con sus tribulaciones, la Bogotá naranja del atardecer y el ceniciento pasto del centro.

Dejarlo todo, absolutamente todo y las memorias de dolor... Que se disuelva el mundo en el mundo y los desesperados se choquen con los desesperados. Que los ricos coman con los ricos, los pobres con los pobres... Que las calles se colmen de olvidos, de renuncias y de angustias... Y finalmente cuando el cansancio haya llenado los botes... Por fin, por fin pueda estar en paz.

Muerte en las Afueras

Y el erudito cerró sus ojos, pensó en el color de la Sabana y tras dudarlo unos segundos dijo: gracias.

miércoles, 27 de agosto de 2014

La luna: arriba, abajo.

Lunático, ése es el término que mejor me describe. Todo depende del tono de la luna, de la posición, del día. Estas semanas el demente astro me ha llevado a las fauces del minotauro. Lamento con todos los lectores del blog la negatividad y el drama isabelino; sin embargo, creo que me es inevitable recibir las flechas de Diana.

domingo, 24 de agosto de 2014

Monólogo de un Ángel

Te he visto perdido, en un mundo que crees real y suficiente.

¿Has olvidado cuando te acompañaba con olor a vainilla?


Y con los días has olvidado la felicidad de ser niño, la despreocupación de saberse bello y amado; perfecto.

Y con los años, te has ido perdiendo entre las cosas que crees importante: dinero, posición social y jerarquía.

Y con las décadas, tu nombre se ha convertido en una firma, tu risa en un instrumento y tu simpatía en soledad.

¿Me preguntas por tu drama? Tu drama comenzó el día que olvidaste lo valioso. Hace muchos años, cuando pasaste por alto la posibilidad de seguir siendo tú.

¿Has olvidado jugar? ¿Has olvidado reír? ¿Has olvidado volar?

Cuando tu alma esté lista, buscaremos un sendero juntos, de hierba verde, sueños azules y atardeceres violeta. Mientras tanto, te seguiré cuidando... Esperando.

Colombia

Te perdono. Te perdono los buses que demeritan de los ciudadanos, las calles estrechas, los drogadictos empantanados. Te perdono la improvisación, la ignorancia y la crueldad. Te perdono los octubres tristes, mi adolescencia oscura y mi juventud pesada.

Te lo perdono todo pero déjame ir.

jueves, 21 de agosto de 2014

El Laberinto del Minotauro

He vuelto a caer en depresión. Estoy aburrido, desde hace 10 años embiste el minotauro de la manera más salvaje y desenfrenada ¿cómo decirle a mi alma que continuemos que vale la pena continuar? No me gusta mi trabajo, y quisiera ser libre.

lunes, 18 de agosto de 2014

Hoy

Has leído a una persona que amó, luchó, creyó...

Intentó, navegó por aguas turbias, insistió...

Desmayó, se levantó, siguió...

Creyó... Cayó... Soñó...

Soñó...


Los Paisajes, el Miedo y las Ansias.

He tenido que ver el extremo sur de la ciudad, con sus miserias, con su improvisación, con sus casas de ladrillo suplicándole a las nubes un minuto de paz. Las estaciones ataviadas de personas que no pueden pagar el pasaje. Ropa económica, la sonrisa ante un mundo difícil de vivir.

He visto centros de telecomunicaciones, con varillas, con polvo, con técnicos que nunca dejaron de ganar unos cuantos centavos por su trabajo. Gente acostumbrada a esconder, a sentir vergüenza por sus verdades.

Colombia y yo tenemos una realidad difícil, siento que no la merezco y creo que me retiene con unas garras de acero que impiden cualquier fuga. He visto los parques llenos de arena, me he hecho preguntas mirando el cielo. He visto... He visto esta ciudad rota entre los murmullos resentidos de gentes que pudieron ser felices.

Tengo miedo, a ganar poco hasta el final de mi vida, a disfrutar poco... A ser infeliz.

Gracias por la vida.

domingo, 17 de agosto de 2014

El Papiro Omnipotente

Estaré contigo cuando quiebres en llanto y sospeches no queda nada que hacer. Cuando el pasado te atormente y veas lo triviales que eran tus problemas ante el ocaso. Te enseñaré a jugar cuando hayas crecido y a tomarte en serio las cosas de niños cuando envejezcas. Te enseñaré a tolerar con amor, a buscar lo que te gusta, a luchar por lo que te llena, a pesar de ellos, a pesar de todos, a pesar de ti...

Aun cuando la vida se torne gris y aburrida, patearemos rocas frente al mar... Cuando lleguen las epidemias, cuando se acabe la esperanza, estaré ahí ¿sabes qué es lo mejor? No callaré, nunca.

Pedro

Cuando era niño, recuerdo me defendías de mi otro hermano. Sabía que no podría transgredirme, si tú estabas ahí. Comencé a vincularte como una figura que brindaba seguridad. Eras (y aún lo eres) callado, reservado y dócil.

Contabas (y cuentas) con una inteligencia para la tecnología. Se trataba de una especie de don mental que te permitía a la edad de 12 años jugar con circuitos, me enseñaste qué era una fotocelda.

A los 16 años decidiste ser piloto. Hiciste todo los trámites por tu propia cuenta y no pasaste ¿cómo ibas a pasar si aún te faltaban algunos conocimientos matemáticos? Luego intentaste en la Armada, tampoco se pudo, después intentaste de nuevo tener alas: lo lograste.

Cuando te fuiste tus ojos estaban aguados y mi alma rota. Fue la primera vez en mi vida que tuve una depresión. Duré varios meses extrañándote. Y ahora lo entiendo, a tu lado sentía una calma que sólo surge con algunas personas: sentía que nada malo podía ocurrir.

Superé la depresión, acepté tu ausencia, inclusive tuvimos discusiones, volvimos a hablar. Dentro de poco te vuelves a ir, un sentimiento similar al que dejaste la primera vez que te fuiste surge. Te admiro desde el fondo de mi corazón, porque eres inteligente, porque eres de buen corazón, porque eres persistente y porque logras tus sueños. Tienes todas las características que me hubiera gustado tener... Excepto quizás, tu incapacidad para manifestar lo que sientes.

Siempre que te marchas, un sentimiento me embarga. Quisiera adoptar cosas de ti, siento una ausencia descontrolada en el plexo solar. A veces creo que es un trauma que viene de otras vidas, es una sensación de desarraigo muy intensa. 

Te quiero y te admiro. Todo lo que tienes, el empleo maravilloso, la pareja que te ama, el apartamento que acabas de comprar, todo, todo, todo, te lo mereces. Llegarás lejos, de eso no cabe la menor duda. Fuiste como un segundo papá.

sábado, 16 de agosto de 2014

Cuentos Antes del Alba (3/7)

Nubes arremolinadas, el viento sopla. Un carro atraviesa veloz la avenida séptima, el  sonido del motor se escucha desde los andenes. Habitantes de la calle duermen bajo los techos de las tiendas, los pliegues de sus harapos cobran un color halógeno. Los semáforos de sur a norte están en rojo. El pavimento es azulado en horas de la madrugada. El hombre que conduce el auto enciende la radio: se escucha Génesis.

Una lámpara titila, el conductor no se percata. Una rata come queso en una de las esquinas, nadie se da cuenta. Avanza hacia la séptima con 63, el tiempo se detiene, el panorámico se quiebra, mil pedacitos de cristal le caen en la cara, siente un golpe contundente como la embestida de un minotauro. 

El conductor, siente humedad en la frente; una gota se desliza hasta sus labios: es sangre. Cuando frota su pecho en el timón, duele, es una sensación infame. Abre los ojos, dos cristales se clavaron en sus manos. Desciende del vehículo, se sacude, mira la avenida larga, sola y fría; es una serpiente.

Escucha un gemido ¿habría estrellado a alguien? Desde el ángulo donde estaba no podía verlo: un niño de unos 11 años sobre el suelo. Su rostro tiene chorros del líquido de la vida, sus ojos se cierran y se abren, parecen contemplar dos mundos... La superficie y el fondo de un agua metafísica.

Nicolás, matemático especializado en lógica, lo toma entre sus brazos: ¿qué hace un niño de 11 años a esta hora en la avenida? Por su ropa deduce que pertenece a la clase media. Ningún documento en sus bolsillos. El matemático piensa en la paradoja de la vida: podemos morir en brazos de alguien que no supo y no sabrá quién fuimos. Nota una pulsera de amatistas, gema que es símbolo de la transformación.

Nicolás observa el norte, sus ojos grises se llenan del vacío de la avenida. Piensa en el edificio alto y grande, la aseguradora donde es modelador de riesgos. Sabe que existen dos caminos, la impunidad o la normalidad, todo es cuestión de saber actuar. Los grandes riesgos a menudo significan grandes ganancias o pérdidas, el perfil de quién los toma es poco común pero a menudo afortunado. In dubio pro reo.

Se observa un auto, en la avenida séptima con música de Génesis, se dirige al norte a gran velocidad. Los primeros rayos del sol colorean las nubes de rojo. En uno de los semáforos compra un periódico que habla de lo de siempre: la inflación, la corrupción y la muerte. En un titular secundario de la página siete alcanza a leer: "Muere Niño de 12 Años en la Carrera Séptima con 63". No le interesó el título tanto como la descripción: "Familiares afirman que huía de casa en búsqueda del amanecer". 

Parqueó su auto, miró el reloj, saludó al gerente y miró las amatistas.
 

domingo, 10 de agosto de 2014

Homero

Imagen: http://www.elhuevodechocolate.com/

Borges a través de sus personajes decía "todos somos Homero". No son pocas las referencias al laberinto de Creta, al minotauro (¿tendría cabeza de toro y cuerpo de humano o cabeza de humano y cuerpo de toro?).

En un principio, las nociones de los clásicos me resultaban aburridas ¿quién es Homero? ¿Qué sentido tiene un laberito misterioso?

Herman Melville hablaba de libros, ballenas y de mar. Sin embargo, su referencia a la Odisea (la aburrida) era constante. Algún estudioso, con algún nombre que no recuerdo, decía que su propuesta filosófica se concentraba en lo salvaje de la naturaleza (¿conocería las fuerzas de los Titanes? ¿El civilizado Olimpo que jugaba con las vísceras divinas?)

De la mitología amo que habla en muchas ocasiones de estados del alma. He llegado a Joyce, cuya obsesión es Dédalo. Este artesano fue el autor del laberinto, envidioso y amoroso, mató a un rival y construyó alas para su hijo. Comprendí que los seres alados en la pintura de la oficina de mi psicóloga no eran ángeles, eran Dédalo e Ícaro: el cuadro en el que el padre empujaba al hijo. 

En los diálogos de Platón, es común la referencia a los dioses que rigen el amor, la ciencia, el licor... Es común hablar de entes abstractos dueños de lo que se puede tocar de vez en cuando. Sócrates se rehúsa a hacer poesía pero al final de sus días escribe "Preludio a Apolo".

Quizás Borges no se equivocaba: todos somos Homero. Y yo soy el Dédalo Divino, dueño de mis laberintos, esclavo de mis obscenas pasiones, creyente en el aire... Libre a través del que seré.

sábado, 9 de agosto de 2014

Para Nosotros.

Desde el fulgor de una mañana fría,
hasta el aire que nos vincula
para nosotros ha quedado el fuego que circula.

Nuestra humanidad postrada
sobre huesos de sirena.
Éste es un camino sin posada,
                         me eclipso...

Y las calles sin lavanda
y los amantes que sonríen en el paraíso
¿quién nos desterró, amigo mío?
¿Quién nos postró con puntillas en el piso?

Somos de cuartos en penumbra,
de amores retóricos y adversos.
Nuestros ojos no parecen conversos;
agonía de luciérnagas que alumbran.

Y miramos las estrellas,
y creemos que es posible,
y caemos en centellas,
y nos quiebra lo imposible.



miércoles, 6 de agosto de 2014

Cuentos Antes del Alba (2/7)


Caminaba por la avenida séptima, extrañaba el sonido de los autos. El piso se veía azul, el aire olía a bazuco. Un hombre con el rostro lleno de ampollas se levantó desesperado, gritaba: "hijueputas, hijueputas comunistas". Armando, le chorreó la cerveza sobre la cabeza y de un empujón lo botó al pavimento.

Se escuchaba a la distancia el sonido de los disparos, hombres con sombrero, se esfumaban y aparecían. Armando, anarquista desde los 14 años se dio golpesitos en la frente y siguió su camino hacia el norte. Se tropezó, rió. Era un hombre vigoroso, atractivo y disidente; peligroso.

Observó un parque con torres de ladrillo. Una estructura redonda resaltaba: la nostalgia de recordar cuando de niño lo llevaban a ver las estrellas sobre el domo. Ya han pasado 5 años desde que dejó de hablar con su madre. Recordaba las historias sobre la revolución en contra del imperio español. Todo fue gestado en esa estructura inofensiva ¿dónde más? Sólo quien ve el cielo puede concebir la libertad.

Siguió caminando al sur, un poco menos alterado, un poco más atractivo. La noche anterior terminó con Lucía. Pelearon por los celos de él: " tus celos, siempre tus celos, ya no puedo salir a almorzar con mi hermano". Armando le gritó: "puta, puta, puta". 

Nuevamente los hombres de sombrero aparecían. La ciudad se asemejaba a las películas de Chaplin. Un anciano con paño vendía lotería al lado del Museo Nacional: "¡Viva Gaitán!" gritaba ronco. Un par de golpes en la frente bastaron para retornar. 

El silencio era aniquilado por el caer de las hojas. Armando miraba atrás con furia, temía reconocer que sentía pasos a sus espaldas. Un sonido fuerte y grave confirmó sus sospechas. Se agachó, se acurrucó y protegió su cuerpo. No había pasado nada, quizás algún poeta que se habría dado un disparo en el corazón. Tan sólo una madrugada de música de alas.

Otro habitante de las calles le dijo: "tiene que estar muy desocupado para andar en ésas". Armando quiso insultarlo pero el sueño le ganó. Buscó un banco donde dormir pero todo estaba ocupado por paños de polvo humano. Entonces optó por la estatua. Lentamente recostó su cabeza sobre la Rebeca. Entre la niebla la ciudad se deformó y se volvió sueño. Los primeros rayos de sol acariciaban la cara de la estatua y los primeros autos invadían el centro de Bogotá.


Juventud

Mi niñez no fue particularmente excitante y mi juventud ha sido llena de restricciones. Cuando estaba en el colegio quería esfumarme, no toleraba el régimen autoritario de los maristas. En la universidad el estudio era tan absorbente que no podía darme el lujo de ser humano; durante los primeros meses sólo quería escaparme lejos... Solía mirar los cerros vecinos y contemplar las mariposas. He descubierto que la cúspide de la automatización es el empleo: el mundo laboral (hasta el adjetivo huele a grasa de engranajes). Y ahora medito ¿disfruté mi juventud? No, quise huir... Simplemente huir y sentir el viento en el cabello. 

domingo, 3 de agosto de 2014

La Virgen de los Sicarios- Fernando Vallejo (15/50)



Fernando Vallejo nació en Medellín, Colombia, aún no ha muerto. Radicado en México, su historia se desenvuelve en la defensa de los animales, el señalamiento a la iglesia y una fina necropsia a la Colombia que lo censuró. Gramático de corazón, ha profundizado en poetas como Silva o Barbajacob. Su último proyecto biográfico se enfocó en José Rufino Cuervo (el cuervo blanco). Crítico de la vida, amante de los diálogos letales, presenta la desesperación.

La Virgen de los Sicarios es un libro que se desarrolla en Medellín, durante una época en la cual el narcotráfico había perdido un poco de su protagonismo. Los sicarios, las comunas y la muerte son elementos que conforman un libro sólido y coherente con la época que Colombia vivió.

Fernando Vallejo, un gramático que vive en un apartamento casi vacío, sólo con lo necesario, conoce a Alexis, un joven sicario de Medellín. Su primer encuentro se da en el Cuarto de las Mariposas, un lugar con relojes detenidos. La pareja recorre la capital de Antioquia asesinando gente grosera y personajes molestos para el autor. El primero de ellos es un punk que simplemente Fernando no tolera.

Medellín es una ciudad que ha sido dividida en dos: la zona superior y la zona inferior. La zona superior está plagada por las comunas, donde todos se matan a los 12 años. La zona inferior a la cual el autor llama Medellín, está llena de vistas panorámicas y lugares para extenuar a los trabajdores; el fin de extenuarlos es evitar la copulación incansable de la ciudad.

En un caño el amor entre Fernando y Alexis se ve nítidamente. El gramático ve un perro ahogándose. La pareja intenta salvarlo; sin embargo, tiene la cadera rota. Fernando le ruega a su amante asesine al gozque pero Alexis se rehusa. Fernando le dispara al corazón. Los dos, en medio de la mierda lloran y se abrazan.

Alexis es asesinado por otro sicario. Fernando busca vengarse, se entera que el asesino se llamaba Laguna Azul. Durante su desazón conoce a Wílmer, a quien a menudo llama Alexis. Aprende a amarlo. Con Wílmer se dedican a recorrer la ciudad, sus vírgenes y sus iglesias: a matar. 

Fernando descubre que Wílmer es el asesino de Alexis. Lo mató como venganza por la muerte de su hermano. Wílmer, es asesinado en un bus, desde una moto por otro sicario. El gramático se convierte en un hombre invisible, recorre la muerte y deja al lector en la desazón.

La Virgen es un elemento que dota de poder al libro. Los sicarios acostumbran a cargar escapularios en tres zonas del cuerpo, rezan las balas y suplican a la señora. Medellín se ha llenado de vírgenes de sicarios, un poco diferentes, un poco iguales a las de Vallejo.


sábado, 2 de agosto de 2014

Días de Plomo

¿Cuándo seré libre? ¿Cuándo seré feliz? Mis decisiones a lo largo de mi vida han sido entorno a esos dos conceptos y parece que erro más de lo normal.