Son momentos oscuros pero de ninguna forma se asemejan a otros períodos de la historia de la especie humana. Recuerdo que en una conferencia de un biólogo evolutivo, comentaba que se estimaba que la plasticidad del cerebro humano, clave para la explosión humana en términos de control del ambiente y reproducción, coincidía con uno de los peores momentos de la historia. En esa época, por causas aún no esclarecidas, nos redujimos a 300 000 individuos. Esa cifra coincide con la de un pueblo pequeño en América Latina. Todos los humanos que había sobre la faz de la tierra, en ese preciso momento, no llenaban una ciudad.
He procurado meditar con más frecuencia y manejar el miedo. Y quizás ésa sea la lección para esta época de la humanidad. No creo que nos reduzcamos a 300 000, vamos no es la peste negra. Pero sin duda quedará una huella en la economía y en la historia ¿cambiarán nuestros cerebros?
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