viernes, 30 de abril de 2010

La estatua

Contemplando con sus ojos pétreos siglos enteros de la marcha humana, por primera vez sonrió. "La Rebeca" fue una de las pocas colegas que subsitió sin embargo en la coyuntura industrial la lluvia ácida la dejó ciega. Él, a diferencia de ella, tenía el gusto de estar en las alturas, de haber visto enamorados, muertos, accidentes, nacimientos e inclusive fue hogar de una que otra ave. Rebeca hace un tiempo empezó a ver de nuevo, los reconstructores se están encargando de devolver a un alma antigua, una mirada nueva.
Se sentía afortunado de poder contar con su compañera de nuevo, a veces se preguntaba su misión en este mundo, quería saber si algún día alguien supo que detrás de ese manto de piedra hay un corazón tan cristalino como el del resto de seres. Pero no era tiempo para cuestionarse, la madurez del fruto tiempo le dio mayor seguridad y comprensión, inclusive para batallar las inquietudes más determinantes.
La ciudad había cambiado bastante, el centro estaba lleno de colectivos un poco más aerodinámicos, con techos llenos de vegetación, como respuesta al plan ambiental que se impuso hace algunos años. Las calles no eran grises, ahora el pavimento era azul, resultado de un material con dicho color, menos denso y más resistente. Algunas casas eran de cristal de colores y los templos eclesiásticos en algunos casos servían como vivienda. Todo había cambiado mucho y a pesar de la invasión que andaba sufriendo el planeta por aquella época, bien sabía que podía sonreir.
A lo lejos vio un platillo dorado, con un tripulante de mirada desconocida, llena de nobleza y vacío. Los militares corrían y una de las grandísimas tanquetas de defensa civil apunto y sin dudarlo disparó. Uno de los escombros calló a sus pies, afligifo por el destino del inocente tripulante, derramó una lágrima.
Aquel día sonrió y lloró por primera vez.

lunes, 26 de abril de 2010

Me equivoqué.

La palabra error nos duele profundo cuando hemos sido verdugos infames de un alma noble. Hay cosas difìciles de perdonar, el mundo está lleno de oportunidades, aunque sea cinco minuticos antes de volar.

La mañana se cargó con limbos y espirales de luz, por un instante vi tus ojos y eran hermosos, quizás sean tus gafas o mi cegera las que no me dejaron ver el brillo intermitente de tu mirada. Siempre te vi como alguien perverso, siempre quise vengarme de ti y sacar provecho. Como si tanto veneno fuera a sanar una herida que llevo clavada en el verso y destilando en la prosa.

Pensé que sería libre el día que te perdonara, de nuevo me equivoqué, creo que ese día sabría que en realidad te quería, que te amaba. Te negué por un buen tiempo el derecho a mis abarazos, a mis confidencias, en general al mundo que llevo dentro y que comparto con la gente especial, me agradaba ver cómo pagabas tu maltrato pero hoy, por hoy, y por el eterno presente creo que entendí que me equivoqué... mucho.

Papá, papi ¿dònde dejamos esa complicidad que nos ligaba?¿dónde está el cordón umbilical que hacía que la brisa de la playa fuera enormemente larga para ligar los continentes? Me duele decirlo pero lo diré: lo siento.

Me di cuenta tarde de cuánto te amaba, y por cruel, o inmaduro que hayas sido, creo que tomé ventaja de tus errores y clave piedras en tu camino. Hay cosas tuyas que guardo en el corazón, ésas que en los momentos que peleamos quiero esconder para no sentir que me haces falta, que me gusta tu forma de abrazar, cosas como tu mirada, como tu ternura... como tu nobleza y aquì entre nos hay un punto en el cual tu presencia imponente y práctica me parece romántica.

Tendré yagas de tus manos, como tú tendrás las que hice yo, sin embargo, como en las películas que los intelectuales les disgustan tanto, podamos abrazarnos y tener un final feliz, o quizás un comienzo feliz.

Tengo grabado con pluma de paloma en la frágil y adolirida carne de mi corazón tu amor de hombre y en especial aquella palabra que me escribiste... que tal vez nunca olvide: "eres el sol que ilumina mi camino".

viernes, 23 de abril de 2010

Para los días tristes.

Ries, caminas, a veces tropiezas y algunas mañanas las cosas a tu alrededor parecen sin sentido.
Los caminos que transitas no están amurallados sin embargo una puerta clava tu mirada en la infinita oscuridad.
Desconfias, te detienes y caes, vencido en el silencio has de encontrar descanso aunque estés perdido.

Recuerda la invisibilidad de tu existencia, no eres todo lo que ves, y lo que no ves, poco lo conoces.
En lo leve y tácito de tu silencio, de tu silencio y el del cosmos, se encuentra la llave para despertar a un nuevo día.

Cuando te pese la vida y haga mucho ruido, recuerda respirar profundo y recordar que puedes volver a ser aquel que fuiste, un ser sin mayor peso más que la elevación.

Los momentos de gloria y de victoria se pueden interpretar de muchas maneras, sin embargo te pareceran cortos; mira las estrellas, titanes que con su enorme luz iluminan la noche, ganadoras ante la oscuridad. Por eso recuerda, las grandes victorias a veces están inmersas en la música asonora, en el inmanifiesto latir del tiempo.

Tus huellas pueden ser borradas por el continuo rose de las olas del tiempo, pero no las que llevas en el corazón. Tus esperanzas desvanecidas por la sepulturera ironía del destino, pero no tu forma de sentir. Podrá ser borrada la palabra insignia de tu frente, esa que llevas en oro y se entende por "dignidad", pero jamás el presente de tu mente, jamás te robarán el instante en el que imaginas y disciernes. Te envolverán en caricias de olvido, cuál engaño vil para que despiertes, mira al horizonte, no eres memoria, eres infinito.

Muchas espaldas puedes ver en tu camino, inclusive rostros que se vuelven espaldas, amistades que se vuelven en indiferencia, inclusive amores que se difuminan en la herida hemorrágica. Mas tu cara aún no se desvanece, por cadaveríca que parezca, le quedan muchas sonrisas llenas como la luna.

Caminando nostalgias cristalinas y quebradizas, con retazos de olores, sabores, momentos y mitologías tan privadas, caerás en una escalera caracol dueña del vacío. Muy abajo, donde el viento es dueño del tránsito, los semáforos infieles se doblarán con sombras rojas ante el señor movimiento.

Estrellas fugaces en el estómago, ya crecido, te parecerán falsas promesas de galaxias. Ignorante el que resa al cielo, sin saber que ya lo pisa. La tierra en su increíble movimiento susurra mantras de lactancia, recordando su verdadero origen... el todo.

Y ahora aquí parad@, mi querido ser, te crees tan limitado, tan corto y tan angosto, cuando en el fondo nuestras almas transparentes como medusa, diluvian guiños de eternidad.

lunes, 19 de abril de 2010

Eligiendo un héroe.

En mi vida he querido muchas clases de héroes, siempre he esperado alguien que tenga la fórmula para cambiar mi realidad. Me gustaría un día levantarme y sentir una mano en mi hombro, acto seguido, una persona mirándome fijamente y diciendo: puedo cambiar tu existencia.

Creo que esa fantasía de la doncella es la que tienen algunos seres de mi planeta. Existe una figura llamada presidente (que es una persona antes los millones de seres que habitan un territorio) la cual después de ser elegida promete una realidad. Se levantan los seres con los corazones llenos de fulgor, algunos con banderas, otros con los ojos brillantes, éste si va a cambiar el país.

Honestamente aprendí a ser una doncella caballero, un ser que se debe rescatar a sí mismo, de modo que pensar que llegará un héroe que va a cambiar mi destino... que lindos son los seres humanos, destilan su ternura en las urnas, como si la realidad la creara un presidente y no los miembros de una nación...

"cómo son de felices las vírgenes inocentes, el mundo olvidando por el mundo olvidado, eterno resplandor en una mente sin recuerdos, cada plegaria acepta y cada una con resignación"

domingo, 18 de abril de 2010

La crema innata de la sociedad.

Nos reunimos porque nos amamos, y nos alegra volvernos a ver, sentir de nuevo el calor de nuestros cuerpos. Los seres humanos a veces gustamos de estar juntos, sin embargo, da la casualidad que sonreimos no de felicidad, sino por sociedad.

Caminan las personas, desesperadas por pronunciar 200 palabras por segundo, sonriendo cada vez más para demostrar lo felices que son. Vidas que se desmoronan intentan restituir su enorme soledad con un "estoy bien"... la foto es lo más grave, todos se arreglan, todos se preparan, rien, sonríen, todo está muy bien.

Gritan al viento sus amables palabras, sin saber bien si desean dar una impresión de dulzura o impostura. Y finalmente, la dictadora realidad hace que esas sonrisas se vayan a la cama. Cuando la luna ilumina, ya no hay nadie ante quien fingir, ante quien decir "estoy bien", la noche se ha adueñado de la autenticidad de la vida. Y quien gritaba, quien decía que la vida era fácil se acurruca en sus recuerdos y una lágrima rueda. La certeza del vivir se oculta a veces bajo sábanas, quizás no tan eróticas, un tanto más íntimas que el erotismo y el sexo, la soledad.

martes, 13 de abril de 2010

Por fin lo he descubierto. No sé amar...

El rencor.

Los ojos vendados y el camino lleno de cenicientas fugas rojas. Los venados y la vida han anclado en las miradas suyas depredadores incansables. Cada quien busca un destino, cada quien lo encuentra. Los días pasarán, la vida caerá y su rumbo seguirá. El corazón se inflamará y dirá todas las verdades, los puñales de la boca salen directo hacia las víctimas, verdugos en otros tiempos ahora pagan con el luto de la existencia.

Paisajes desconocidos para el ciego que ha hecho su visión aun más obtusa, los pájaros tirando a las escopetas, y las escopetas esperando su destino. La destilación en su máximo esplendor, el aire particulado con puntillas busca romper con la memoria. Y todo rencor será pagado con paciencia y verdad, con todo lo que tienes y has aprendido, con todo lo que eres.

La muerte fiel testigo de las hojas otoñales que surgen del suspiro de ultramundo, arrullan con sigilo la memoria del amor. La piedra de molino que carga sobre quien odia, invoca la fuerza de una flecha y cobra toda deuda. La vida y la distancia se vuelven muy amigas, hay que decir adiós aunque a veces duela, para decir de nuevo hola, y conocernos como si no nos conociéramos.

viernes, 9 de abril de 2010

La mancha escarlata.

La paz y la vida, a veces opuestos, a veces sinónimos, amigos eternos e internos, sólamente extraños en la infinidad; volviendo de su largo viaje a verdades incomprensibles, abrió lentamente los ojos y una maravillosa sorpresa atravesó de nuevo su mirada, los rayos del sol, sólo que esta vez algo obstaculizados por humo y escombros. Venían por él, seres con trajes particulares, emitiendo sonidos de toda clase buscaban a quien dirigía la nave. Con cansancio intentó correr... pero lo único que logró fue rodar a lo largo de la pendiente de hierba, la cual SERÍA TESTIGO DE SU HISTORIA.


Caía sin parar, la gravedad era su aliada.


La calle.


En mi aburrimiento, quise romper con esa rutina de locura, quise salir por un instante a caminar, para esa época tendría 8 años, no podía salir muy lejos solo pero todo me decía: sal ahora o quédate para siempre. Caminé mirando las formas de las nubes, encontré conejos, mariposas, elefantes, amigos y dulces, todo estaba en calma hasta que vi un torbellino de humo a lo lejos, supuse que eran los cerros quemándose de nuevo en su incontable lucha por vivir, sin embargo, la vida me traería una sorpresa.


El asfalto bajo mis tenis estaba tibio, los carros de la circunvalar pasaban esporádicamente, pero el miedo surgió cuando aquel incendió dejó de ser algo "normal". La policía especial deambulaba en la montaña, gritando miles de cosas, queriendo encontrar a un ser para hacerlo plato principal de sus masacres. Pensé en salir corriendo, hasta que vi un bulto dorado caer en el piso. Lo pensé mucho antes de acercarme, en esos días la aventura y la curiosidad costaban mucho, pero algo me incitaba a caminar, a ver algo diferente a las noticias.
Una esperanza.
En el piso, con polvo sobre todo su cuerpo vislumbró a uno de los humanos. No parecía ser como lo dibujaban, este tenía ojos grandes y una presencia cálida como el amanecer. De repente comenzó a exclamar con un miedo que le hacía temblar las rodillas: "extraterrestre, extraterrestre". Sabiendo que sería asesinado cerró los ojos de nuevo. Después de un minuto de estar tendido quiso saber por qué no había muerto, al abrir su mirada de nuevo al cielo, vio el rostro del humanito mirándolo fijamente. Esa inocencia temerosa, hizo que intentara gesticular palabra, pero en contra de sus deseos, sólo podía balbucear. El niño le pregunto: ¿quien eres?, para ese momento no sabía cómo actuar, si usaba la telepatía sería descubierto, de modo que recurrió a la única palabra que recordaba: "delfín".
-no pareces un delfín-. replicó
-delfín-repitió



Equinoccios que llueven.

Sus ojos se abrían lentamente, los párpados pesados dejaban pasar rayos de luz, similares a cristales de hielo. A medida que la cortina oscura se levantaba, se obserbava al gran rey con sus coronas. Absorto por este hermoso lugar, cayó que su cápsula estaba constelando en las coordenadas exactas.
Debía comenzar a prerparar su descenso, pero la vista de las bailarinas gigantes no le permitía concentrarse. Esferas verdes, rojas, azules y de muchos otros colores, acompañados de la música de arpa que emiten los rayos del sol a esa distancia.
Su misión no era fácil, pero era al fin y al cabo la de muchos, encontrar su destino; descendía su conciencia, junto con la nave hacia la atmósfera de mercurio, la intensidad de la atmósfera lo hacía sentirse diferente, vapores y ondas electromagnéticas circundaban sus sentidos, era un dulce sueño cada aterrizaje... era un dulce sueño.
Caminando con sigilo para no alterar la vida presente en ese lugar procedió a recoger algunas rocas. Llenas de ese dorado fugaz emitían lo que se necesitaba para sonreri y quedar en un letargo casi letal. Escuchó unos cuantos sonidos y sabía que era hora de escapar, sin embargo, se hallaba demasiado lejos de su carruaje interplanetario. Movió torpemente sus pies, se acercó a una caverna y se ocultó. La brisa era extraña, parecía lastimar su piel, como si el medio estuviera lleno de cristales de punta fina.
A pesar del miedo que causaban las cosas nuevas, la intimidad de ese refugio le hizo recordar los más profundos caminos de su vida. No sabía en qué momento había dejado de ser alguien digno de su lugar de origen, desconocía su vida lejos, estaba confundido y triste. Susurró por un momento: "Amamantis". Era la estrella que siempre veía cuando la oscuridad circundaba su corazón.
Pasado el peligro, tomó todas las rocas y saltó hacia otro lugar... el segundo planeta.
Venus.
Los pobladores tienen relaciones neutrales con los de su especie. Nunca han tenido un movimiento en masa para encontrarse físicamente, sin embargo, tampoco han tenido desacuerdos ideológicos lo suficientemente fuertes como para distanciar sus corazones.
Descendía esta vez a un lugar sobre el cuál se tenía más conocimiento. Ciudades, naves y el centro de artes electromagnéticas resaltaban en la inmensidad. No informó al planeta sobre su llegada, era poco el tiempo que iba a estar y aquello que hacía no estaba contra las leyes del lugar. En un lugar alejado y poco poblado, correría el gran riesgo de ser víctima de la voluntad de otros sólo por un rayo de luz... por un rayo de luz.
El centro de artes electromagnéticas estaba por dicha época sin los "sacerdotes" encargados de la manipulación de los espectros de emisión por lo cual era relativamente seguro usurpar aquella urna de colores. Debería ser muy preciso en su llegada, sincronizar los pensamientos, los sentimientos, el impulso creador, con su falta de cordialidad, la valentía y la pasión.
La gente que estaba en ese lugar vio pasar a alguien dorado a una velocidad increíble hasta el altar. En frente al altar por unos segundos desapareció el mundo y cuidadosamente tocó aquel rayo con sus manos, era como lo describían: violeta, femenino, dulce, fuerte, miesterioso y cauteloso. Otro recuerdó lo asaltó al ritmo de sus temblorosas rodillas. Una villa grande, llena de lluvias de polvo azulado y una mujer que lo acariciaba, por un instante le decía: no tenegaré nada.
Los guardianes del templo entraron por el corredor rojizo y se percataron de su presencia, dirigiéndose lentamente hacia él rompieron el segundo de nada que había construido para ese instante de seguridad. Una lágrima de color plata rodó por su mejilla y cayó en el suelo como recuerdo del recuerdo, recuerdo de la verdad, recuerdo de lo que fue y será.
Incendió sus sentidos de esperanza y con algo del rayo en sus manos, corrió hacia la nave. El templo alterado buscaba una explicación, pero sus pensamientos se encontraban tan distantes, sus sentimientos tan alterados y su mirada tan lejana, que era imposible saber quien era y qué quería. La nave se elevó y se dirigió a las profundidades del cielo, como si fuese devorada por un destino cósmico que cambiaría su vida.
Tierra
En las estrellas las cosas son más claras y las comunicaciones innecesarias. Miraba absorto el movimiento lleno de fuerza de los copos blancos, sobre el enorme lago azul, el cual a su vez cargaba sobre sí algo verde... del mismo color del rayo de paralización que cambió su destino, que lo hizo extranjero en todas partes y desconocido inclusive para sí.
Descendió con sigilo nuevamente, en aquellas montañas que a pesar de ser poco seguras le aseguraban encontrar lo que buscana en este planeta. Abrió su compuerta y notó que su cenit era de color azul muy claro, aquellos ojos amarillos se encontraron con un opuesto al buscar, aquel cielo era más que simplemente una nube de gas. El ambiente lo hacía sentirse pesado, sus cabellos se movían con regularidad y al lado suyo una enorme urbe gris daba gritos hacia todas las direcciones. Dudó encontrar lo que buscaba, hasta que sintió el cosquilleo de las plantas abajos suyo... vaya que eran curiosas, tupidas y en medio de su simpleza, tan soberbias. Sabía que había criaturas agresivas, algunas pacíficas, pero la mayoría de ellas desconfiaba bastante de los extranjeros y daba importancia a la comunicación a través de ondas de sonido. Movió su cuerpo que aún no se acostumbraba a la lluvia de sonidos y vio aves cantar, aves que saltaban y corrían, pero él, no ignorante de donde estaba, sonrió. Buscó en las copas de los árboles, en medio del pasto, en los nidos de los pájaros y se acostumbro al jovial baile del bosque. Este lugar era seguro de invasiones y sus pobladores no serían capaces de detectarlo con facilidad. Se sentó en una roca húmeda y suspiró, cuando de repente, un racimo de hojas asomaba dulces grietas con aroma a nacimiento. Con sigilo y mientras las pupilas se le abrían cada vez más, acercaba su rostro a aquella construcción matriz. Rompía con fuerza, intentaba lograrlo, quería ver como él, el sol una vez más, sus esfuerzos eran necesarios, eran lo único que tenía, aquel ser tenía dos opciones o cambiaba o moría. Asomó dos antenas, luego con más fuerza un cuerpo y finalmente un par de alas de los colores más increíbles insospechados para un forastero. El visitante absorto de la similitud de dicho animal con cierta nebulosa, sintió haber llenado todas las espectativas sobre este planeta. Preparado para despegar encendió los conversores multi-dimensión y a unos cuantos metros de elevación, desde el edificio más grande, vio un cañón de fuerza perpendicular el cual dirigía sus ondas destructoras a su nave. Vio romperse los cristales, los metales, los espectros básicos de tripulación, cogió todo lo que él era, lo abrazó y le dijo a la vida: "gracias".
Bogotá.
Los medios de comunicación anunciaban un plan de defensa. Mamá decía que no estaba de acuerdo con la manipulación que otras razas habían hecho de nosotros, sin embargo, repetía sin parar que la violencia no era camino para la paz. No entiendía para aquella época lo que significaba la guerra, lo que significaba defenderse, sólo sé que crecí sin papá y que mi mami era todo lo que tenía.
Me había prometido que ese día saldríamos a comer helado, pero los enfrentamientos no dan espera y toda la dulzura de una tarde la opacaron los noticieros. Por aquella época salían políticos diciéndonos: "esta raza extraterrestre es la que ha causado tantos daños a nuestra ciudad, a nuestra población y en general a nuestra humanidad, cualqueira de ustedes que los vea debe denunciar ante las autoridades". A mí nada de eso me interesaba, todo lo que dicen los grandes es cierto de modo que los dueños de la verdad se pueden quedar con ella y hacer lo que se les antoje, mientras tanto yo me encargo de vivir.
...

jueves, 8 de abril de 2010

Por un segundo

Por un día quisiera que fuera suficiente con ser yo mism. Descubrir que puedo vivir tranquilamente, sentir la espontaneidad de lo que soy y lo que siento, decir tonterías, como cosas que surgen del corazón. Sólo por un instante quisiera no tomarme la vida tan en serio y equivocarme un poco más, un poco más... sólo para disfrutar de la humildad del error y la humillación.

lunes, 5 de abril de 2010

Cuentos de un día azul.

Hay un lugar en el fondo del océano donde no miento, donde soy yo. Un lugar donde no hay puntos ni comas, ni palabras, ni letras... sólo estoy yo. Abajo, en la corriente termoclina, que fría lleva con serenidad de tus cabellos las memorias más azules de la soledad, ésa que guarda tus secretos, esconde algo de mí.



Muy profundo, donde la luz del sol no llega y las seguridades se parecen a las inseguridades. Aquel lugar donde no soy más que movimiento de arena, estoy esperando. Abajo, en lo más intenso del llanto, del verso, de las verdades que no piensas, está todo lo que callamos, todo lo que no nos dijimos... aquello que siempre fingimos.



Nada lento mi querido buzo, porque en ese sitio de tempestades silenciosas hay muchos "te amo" y tan sólo un recuerdo del mismo sentimiento; no miento, no soy orgulloso, no lloro, no te creo, no te odio, ni tan siquiera sé que es seguridad. En ese lugar... tal vez te diga la verdad.

Cette nuit

Aquella noche, había perdido lo único que creía tener. Cerró los ojos y sin confiar ya en su destino se entrego a la oscuridad amiga de los párpados. Sentía que descendía por una escalera de caracol a un encuentro frontal con el final, sin embargo, la vida está llena de sorpresas como la muerte.

Por esa misma época las estrellas inhalaron tanto aire, que cuando él estaba a punto de darle un beso al inframundo, un aire con olor a constelación circundó el ambiente y lo absorbió al vacío. Aquellas noches negras que pases en vela, dedícaselas a las estrellas, ellas saben inhalar.

domingo, 4 de abril de 2010

Tierra: ¿por qué siempre me llamas madre?¿no puedo ser hija, hermana o esposa?¿por qué madre?¿por qué mujer?¿por qué no puedo ser tú?

sábado, 3 de abril de 2010

Sobre ellas...

La gente usualmente las usa como símbolo de burla, parece que su profesión, es muy graciosa. Yo me he visto a mí muchos casos burlándome y pisoteando sin nada de vergüenza lo que ésta significa. Ellas diariamente se levantan a limpiar retretes, pisos y espejos, todo brilla por ellas y el pago no es más que un sueldo mínimo. Las empresas muestran con orgullo a sus gerentes, pero ellas, dudosamente aparecen en los medios, de hecho ni siquiera tienen asociaciones que las defiendan. No se sabe a qué ministerio pertenecen, por lo cual no tienen un régimen especial de pensión, pese a todas estas circunstancias y ser tratadas como un "trapo viejo", ellas se siguen levantando tempranito a limpiar los baños de todos los estratos. Corren por las mañanas sin descanso, para ganarse unos cuantos reglones en una telenovela, o un "muy bien hecho".

La ciudad está llena de ellas, generalmente la gente camina mientras ellas trapean, pocos les sonríen y casi nadie sabe su nombre. Han adquirido el don de la invisibilidad, tanto financiera como humana, el día en que los seres del planeta comprendan el papel que juegan los seres de su universo y lo importante de ello, quizás se habrá construido un cambio de conciencia.

Caminan sin vergüenza con prendas no tan finas, pasean al perro y después de muchos años alguien les dice: "muchas gracias y adiós", es curioso como son las únicas que no hacen parte de la familia después de cumplir muchos años. Acompañan depresiones, riqueza, pobreza y es cierto que algunas pertenecen a bandas criminales, pero la gran mayoría está muy cerca haciendo lo de todos los días, subsistiendo.

Una empresa sin ellas aunque sea por una semana, perdería todo su prestigio, además, el mismo gerente tendría que bajar al primer piso, para decirle al abogado recién graduado que limpie las escaleras. Ellas, sólo ellas, mantienen el espacio tal como lo conoces... sin embargo la sociedad las considera invisibles.

Cuando comprenda el humano la importancia del aire, sabrá que a pesar de ser invisible, no puede vivir sin él. Para entonces el oro se devaluará y con trampas para mariposa los ejecutivos saldrán a atrapar un poco.

GRACIAS, por todo lo soportado y el gran esfuerzo y valor de su existencia. Algún día tendrán lo que se merecen.

viernes, 2 de abril de 2010

El azul...

Llega un punto en que las manecillas no se mueven como tus brazos,
el espacio azul se extiende de forma tan radical, que inclusive pierdes algo de ti.

Tantos secretos bajo el manto de esa extraña eternidad,
una historia horizontal echando agua por los aires
y crees que es la última vuelta, pero habrán muchas más.

Al comienzo hace frío, pero poco a poco te aclimatas a este universo
y sigues avanzando como si la pared que tocas fuese recompensa para los sususrros del agua.

Ya no hay voces, no hay carros afuera,
ni tan siquiera el susurro de los pensamientos animales que rasgan el alma
sólo estás tú en ese universo que recorrieron tantos.

A veces tormentas cambian tu rumbo,
a veces el sol quema tu piel
sin embargo avanzas inertemente como si lo único que quisieras fuera llegar

Inclusive cuando sales de ese lugar,
sigues persistiendo en llegar al otro lado,
los relojes avanzan y tú en contra de ellos.

Te levantas y avanzas, la tierra se mueve,
llegarás de primer@ o de últim@
pero llegarás.