El aire que me persigue tan fresco
lleno de ausencias llenas de nombres
Las bellezas de las calles madrugadas
Cosmos ensangrentados con nebulosas de imágenes.
Lágrimas labrando el trazo de mis cejas
sólo me queda ver el vacío y escuchar el latido de los leones.
Caminaré calles vendiendo palabras
cersiorándome de no equivocarme de sentido
no equivocarme de calle
de recuerdo...
Nadaré en el azul océano de lo que pensé
anidaré en la nostalgia que revienta estómagos en la puerta...
poco a poco y suavecito iré dejando la habitación
sin despertar al yo que yace durmiendo
Lo sabes bien no acostumbro a hacer ruido
no romperé el silencio que nos separa y no une
permaneceré unido a las palabras que hubiera gustado escuchar
seré un solo ser con cada paso que quiero ir en reversa.
Los pájaros le dispararán a las escopetas
y las sirenas volverán a cabalgar con sus cabellos rojos
sobre la fragilidad de este océano de lamentos.
A veces pienso que la noche es tan extensa
que no me alcanzan los abrazos de anonimato para cortar el deseo de lo inalcanzable
como la luz que yace en lo profundo de la matriz nocturna
buscaré mi tenue titilar de luciérnaga para llamar mi frágil destino
Seré roca que cae en la playa buscando algo de arena
con sed de firmeza reposaré en los claro-oscuros de mi ser
seré testigo de almohadas sin límites
de camas sin lugar.
miércoles, 31 de marzo de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario