El ermitaño es la carta número nueve del tarot. Antes del carro y después de la fuerza; todos estaban acompañados, se recostaban en el hombro del otro, se acariciaban. Inclusive un grupo de tres estudiantes apoyaba a su compañera por si las cosas salían como las temían. Por otro lado yo estaba sentado y en ese instante deseé tener alguien a mi lado apoyándome, abracé mi maleta y saqué la fortaleza que no tenía, me entregué a la rueda de mi vida. Mientras me alejaba de ese lugar el cielo andaba encantado... pronto saldría el manto estelar, veía mi reflejo en cristales que pasaban a toda velocidad. Y junto con la soledad que cargaba en aquel instante dejé de sentirme víctima de mis circunstancias, mientras que por un instante salió una palabra de valor de mis labios, casi una declaración de libertad que duraría seis años en ser capaz de pronunciar: "hasta donde ha llegado todo esto, sólo porque no me ames no me voy a morir ¿dónde queda mi amor entonces? de él también puedo vivir" el edificio naranja, guardián de mi historia escuchó mi declarición la cual iba a menos de 80 Km/h.
lunes, 8 de marzo de 2010
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1 comentario:
Mas libre... dificil
Cuando el amor propio es el mas grande, los demás amores, que antes se veían majestuosos, no son mas grandes que la mejor carta de una baraja.
Y te lo digo yo, jejeje
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