^^ luz

Gracias por acompañarme tanto tiempo, por ser tan amable y dulce conmigo, gracias por enseñarme a ser más descomplicado y seguro de mí mismo. Por aquellos días andaba completamente solo intentando ocultar mi soledad en los libros y tú me preguntaste si estudiábamos lo mismo, yo te dije que sí y me sentí tan confiado con tu presencia que te dije que si querías repasábamos juntos, no te fue muy bien en ese quizz^^. Mientras estudiábamos encontré alguien que sentía lo mismo que yo, nos caían todos mal, nos parecían groseros y superficiales. Poco a poco nos fuimos conociendo y te di indicios de mi inclinación, a lo cual nunca, JAMÁS hiciste un comentario feo, al contrario, me sentía tan seguro contigo. A pesar de que llega un punto en el que me vuelvo aburrido, tú seguías escuchándome como si te contara la última novedad. Este semestre supongo que las circunstancias hicieron que nos uniéramos más, espera, me acordé que el anterior semestre siempre íbamos juntos a comprar comida. Somos completamente opuestos, tú odias el dulce y amas la sal, yo amo el dulce y me gusta la sal, pero no tanto como el dulce. Quería decirte que admiro mucho tu tezón y que sepas leerme el pensamiento, a veces hablo demasiado bajito en los restaurantes (casi en todos los lugares) y tú como siempre es como si captaras de inmediato mis sentimientos y mis mensajes y hablabas por mí, sin que me sintiera excluido. Pensabas mucho en cómo me sentía, tanto así que cuando fuimos a ese restaurante y comí un pedazo de carne por equivocación, te sentiste muy mal. Recuerdo aquel día en el que casi no llegas a la complementaria de física y quizás por tu espíritu luchador o por no quedarme mal, saliste corriendo con tu portátil en mano y te caiste en frente a todo el mundo, te raspaste las rodillas y los pies, y te rompiste el pantalón. En el fondo, creo que has sido de las pocas personas que ha hecho tanto por mí, en cambio yo, ni te di un regalo el día de la mujer. Quería que supieras que en mi corazón te has ganado un gran lugar y quisiera darte un poquito de lo mucho que me has dado, pero mi timidez, mi incapacidad para ser abiertamente cariñoso (me da miedo que tu novio mal interprete las cosas, me cae bien, aunque es un poco serio) me impiden decirte lo mucho que en estos pocos meses has logrado significar para mí.

Hace poquito vi unas fotos de la gente de la carrera, me sentí frustrado pues fueron muchos a una fiesta donde no nos invitaron, ni siquiera supimos que acontecía. Sin embargo, con esta carta me doy cuenta de algo, no es que me caigan mal, pero no cambiaría las veces en las que nos poníamos a hablar abiertamente de esas banalidades llenas de nuestra delicadeza las cuales nunca nadie entenderá. Tal vez nunca seré del todo abierto con quienes aprecio, pero quiero decirte que si algún día necesitas un poquito de fantasía, un poco de luz en los abismos de la vida, si necesitas una gota de colores, pídemelo, soy dueño de un largo historial de sueños que estoy dispuesto a compartir contigo, ya que tú me diste toda esa fuerza para afrontar la realidad, VAYA QUE ERES FUERTE.

Por eso cuando retiraste física me sentí desubicado, mire a todos lados y quería encontrarte. Me pregunté si acaso estabas malhumorada conmigo, o te lastimó lo del parcial, sé que no debí hablar. Y aunque ahora soy un guerrero con yelmo, dispuesto a destruir al que se atraviese en mi camino, tú y únicamente tú, en ese lugar, cuidaste de mí cuando era una ovejita que soñaba cosas imposibles, por eso te mereces mi dulzura. Te quería decir que te extraño mucho y que te quiero demasiado, me alegra ver lo feliz que eres con tu novio (buscaré uno igual jajajaja) pero más allá de tu novio quiero que seas completamente feliz. Creo que ya lo eres, creo que quien ayudó al otro fuiste tú, me sacaste de la enorme soledad que pensaba suficiente para convertirme en un dios, para llevarme al sol de la amistad y mostrarme lo que valen los actos de valor y coraje cuando están llenos de cariño. Hace mucho no le decía esto a nadie, pero tú, tú eres mi amiga.