Día de la mujer es la forma en la que conmemoramos las masacres y ponemos el dedo en la herida. Ambas energías en un principio, al igual que los niños, se miraron con curiosidad y se notaron tan diferentes e incomprensibles entre ellas que decidieron separarse y congregarse únicamente con sus semejantes. Ambas en energías decidieron conocerse, tal como los adolescentes, y en este conocimiento eran como los niños, sólo que está vez corriendo el riesgo a cuestionarse. Una De las energías quiso dominar, tal como los adultos, y el mundo se volvió de hombres.
A través de la fuerza directa, de la línea recta, del pensamiento lineal y la individialidad se configuró una jerarquía destinada a ignorar la fuerza femenina. Los siglos pasaron, las guerras crecieron. Sin embargo las mujeres no dejaron de sangrar por mes, de embarazarse, de acoger, "de cuidar y elegir el lugar de residencia", pero como se dijo, al igual que los adultos, una de las energías subvaloró a la otra.
La energía femenina, implosiva, enfrentada a las constantes explosiones de la masculina, espero con calma mientras esta se auto destruía. Y sin darse cuenta la segunda destinada a una nostalgia tan profunda, tuvo que voltear su mirada sobre el mar, sobre la noche, sobre la oscuridad, sobre el vientre, sobre la vida y la comunidad.
Pronto ambas energías están a punto de vivir una segunda adolescencia, donde separadas se busquen, jueguen entre árboles y se enamoren. Consumiran su deseo de unidad con la consumación. Y al estar juntas de nuevo, habrán hecho de la realidad "una", recordando que la excusa de la distancia, es el camino a la unidad.
Ambas energías, una realidad, ya comienzan su adolescencia. De ahí el nacimiento de hombres más afeminados y mujeres más masculinas, a pesar de que a las antiguas generaciones (de hace muy poco tiempo, inclusive años si se quiere) no les guste, se seguirá buscando el retorno, para ser el uno.
A través de la fuerza directa, de la línea recta, del pensamiento lineal y la individialidad se configuró una jerarquía destinada a ignorar la fuerza femenina. Los siglos pasaron, las guerras crecieron. Sin embargo las mujeres no dejaron de sangrar por mes, de embarazarse, de acoger, "de cuidar y elegir el lugar de residencia", pero como se dijo, al igual que los adultos, una de las energías subvaloró a la otra.
La energía femenina, implosiva, enfrentada a las constantes explosiones de la masculina, espero con calma mientras esta se auto destruía. Y sin darse cuenta la segunda destinada a una nostalgia tan profunda, tuvo que voltear su mirada sobre el mar, sobre la noche, sobre la oscuridad, sobre el vientre, sobre la vida y la comunidad.
Pronto ambas energías están a punto de vivir una segunda adolescencia, donde separadas se busquen, jueguen entre árboles y se enamoren. Consumiran su deseo de unidad con la consumación. Y al estar juntas de nuevo, habrán hecho de la realidad "una", recordando que la excusa de la distancia, es el camino a la unidad.
Ambas energías, una realidad, ya comienzan su adolescencia. De ahí el nacimiento de hombres más afeminados y mujeres más masculinas, a pesar de que a las antiguas generaciones (de hace muy poco tiempo, inclusive años si se quiere) no les guste, se seguirá buscando el retorno, para ser el uno.
1 comentario:
Como decian los antigüos griegos.
Para volver a ser super humanos de 8 extremidades y dos cabezas.
El retorno al origen...
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